Ahí los vemos y nada decimos. Ahí los tenemos y no hay quien alce la voz. No, qué alzar la voz ni qué las arañas; debemos actuar, pasar del enchilamiento a la acción, exigir cuentas, deslindar responsabilidades, que los ladrones devuelvan el dinero, que las obras públicas sean de calidad y le den servicio a todos.

¿Y por qué el reclamo? Porque en la pujante Coatzacoalcos, ahí donde está el segundo más alto presupuesto de Veracruz, ahí en la que llaman la capital del sur de Veracruz, ahí donde está la capital mundial de la petroquímica, ahí hay un elefante blanco que se ha tragado muchos millones y no va a servirle a nadie.

Se trata del Libramiento Vial. Se trata de una obra que aliviaría el tránsito vehicular pues evitaría que los vehículos pesados entraran a la ciudad para dirigirse a la zona portuaria. Se trata de una de las grandes inversiones del gobierno federal en el sur de Veracruz.

Comenzó en el sexenio de Fox, pasó por el Calderón y ya va en el de Peña Nieto. ¿Y saben qué? No tiene para cuándo acabar.

La inversión sería de 150 millones de pesos. Así lo anunciaban en 2005, cuando arrancó como parte del maratón carretero del ex presidente Vicente Fox. Hoy son más de 600 millones que ha erogado el gobierno federal y no hay para cuándo terminarlo.

Año con año ha sido la misma historia. Le inyectan recursos. El Congreso Federal aprueba nuevas inversiones. Llega la lana. Dicen que la aplican. Y el pinche libramiento se ve igual de jodido que siempre.

Ahora nos salen con que la construcción está detenida porque hay dueños de predios que no se arreglan con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el pago de la afectación. O sea, el derecho de vía no está liberado.

¿Ah sí? O sea que sin haber liquidado las afectaciones, la SCT comenzó a construir. O lo que es lo mismo, sin ser dueños del predio iniciaron la obra.

Son ya nueve años. El banderazo se dio en 2005. La obra comenzó meses después y luego empezó a cascabelear. Dos de las constructoras fueron echadas por ineficiencia. Decían que se las iba a investigar pero nada les hicieron.

El Congreso Federal le seguía autorizando recursos a pesar de que no se veía que avanzara la obra. El entonces senador Juan Bueno Torio, del PAN, dijo que el proyecto se tuvo que modificar por errores en el piloteo. Eso decía, pero la SCT aclaró que no, que el proyecto era el original y que el asunto de los pilotes seguía como estaba proyectado inicialmente.

Han pasado los años. Ahora el asunto se ha vuelto doblemente grave: la construcción está detenida por no estar liberado el derecho de vía, y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción sostiene que el Libramiento Vial ha comenzado a hundirse.

Y ahí es donde me queda el ojo cuadrado.
Nueve años después, se hace evidente la negligencia. Los millones invertidos no sirvieron para nada. Según la CMIC, la obra presenta daños en su estructura. Tiene hundimientos en diversos puntos.
La obra no se va a caer, pero así no puede funcionar. CMIC dice que fue mal proyectada y la calidad es pésima.
Hay mil errores técnicos, falta de supervisión. Se usó arena no apta para una obra de tal dimensión. Obvio, el asentamiento se nota en todo el Libramiento Vial.

Yo sé de matemáticas y de sentido común. Usted también. Si se invierten 600 millones a una obra pública federal y no sirve, hay negligencia. Es dinero tirado a la basura. Es falta de aplicación de la SCT y es indolencia de las autoridades.

Pero si se tiran a la basura 600 millones de pesos y la obra resulta defectuosa, y no hay acciones legales, entonces lo que hay es complicidad.

El Libramiento Vial es un elefante blanco que está a media construcción. Técnicamente ya es un fracaso. Y antes de inyectarle más dinero bueno al malo, deben pagarse las afectaciones de terrenos a los legítimos propietarios. Así se librará el derecho de vía.

La negligencia está a la vista y lo peor, lo peor, es que se habla con lenguaje común de que hay errores técnicos y un proyecto mal realizado, usando arena no apta para este tipo de construcciones, pero no hay quien diga que alguien tiene responsabilidad en este fraude.

El Libramiento Vial de Coatzacoalcos es un elefante blanco, uno más en la ya larga cadena de inversiones del gobierno, que simplemente nos llevan a concluir que se tiran recursos públicos a la basura y que no pasa nada. ¿Y saben por qué? Porque hay corrupción.
 
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