Pepe Yunes es un mito. Pepe Yunes es más de lo mismo. Pepe Yunes es una basura política. Y como basura que es, hay que ponerla en su lugar.

Veracruz es tierra de políticos. Pero cada vez hay menos políticos con ética y moral. Abundan, en cambio, los filibusteros, los asaltantes de presupuesto, los negociantes con dinero del pueblo. Y Pepe Yunes es producto chatarra de esa grilla veracruzana.

Ha resultado una nulidad como representante popular. Su estadía en el Senado es un gasto oneroso e inútil. Sirve para poco. O mejor dicho, sólo ha servido para levantar el dedo y respaldar —a motu propio— las reformas del gobierno federal, que es tanto como apuñalar al pueblo.

Yo ya busqué y no encontré gran cosa. El mentado Pepe Yunes sólo ha sido comparsa en la Cámara Alta, el Senado, donde debiera darse el pacto federal, donde se ha de garantizar la unidad de la nación.

Pero el senador José Francisco Yunes Zorrilla no está ahí para servirle a Veracruz. Para eso no. Sí para servirse del Senado. Sí para construir una imagen de senador joven. Sí para hacerle creer a los veracruzanos que hace algo a favor del pueblo. Y eso es tanto como mentir y sorprender a los que apenas lo conocen.

La forma es fondo, decía don Jesús Reyes Heroles. Lo que un político hace, es lo que es. Y el ideólogo priísta, veracruzano, tuxpeño, no se equivocó.

Y ahora yo me pregunto: ¿Qué se trae este joven acelerado, el tal Pepe Yunes, para hacernos creer que es la solución para Veracruz?

Si nos vamos a la forma, es más del sistema podrido y corrupto. Y hace lo mismo que quienes han pasado por el gobierno o que han aspirado a él.

Pepe Yunes anda en campaña a gobernador de Veracruz, en una evidente campaña adelantada en la que predomina es el descaro y la desfachatez. Y que alguien me diga que no.

Ahí ta’ su informe de actividades. Parecía que era el del gobernador. Me cruzó por la mente Fidel Herrera, tan dado al derroche publicitario, a la saturación de imagen política, a meterse hasta en la sopa de los veracruzanos como si los políticos fueran artículo de primera necesidad.

Pepe Yunes hizo lo mismo que Fidel. Promocionó su segundo informe de labores —¿cuáles labores, güey?— con un faraónico despilfarro publicitario que tiene un costo millonario para “posicionarse” en el colectivo social.

Pepe Yunes en la ciudad. Pepe Yunes en el campo. Pepe Yunes en carreteras. Pepe Yunes en estadios. Pepe Yunes en internet. Pepe Yunes hasta en la cama de los recién casados.

Que no joda. El mentado anuncio con la cara de este caguenche chamaco que para lo único que sirve es para aprobar las reformas de Peña Nieto y darnos en la madre a todos, termina por reventarle la paciencia a cualquiera.

“México tiene rumbo”, dice el eslogan de Pepe Yunes. ¿Qué, qué, qué? ¿Y Ayotzinapa? ¿Y Tlatlaya? ¿Y Michoacán? ¿Y Veracruz? ¿Y el Politécnico Nacional? Eso es no tener rumbo.
Lo único que tiene rumbo es el desmadre organizado por Peña Miente, Salinas, Beltrones, Videgaray, Gamboa Patrón, Madero, los Chuchos, los verdes, los panales.

Pero el vato se aloca con semejante afirmación. “México tiene rumbo” cuando la pobreza cada vez es peor, cuando el narco sigue avanzando para dominar a las instituciones y cuando cualquier forma de protesta es reprimida.

Y le vale un pito usar cantidades insultantes de dinero que le permitan seguir pegado a la ubre presupuestal, un día diputado, otro día senador, uno más gobernador, mientras a los gobernados nos va como en feria en lo político y lo social.

Pepe Yunes resultó otro Fidelito. No es gobernador pero se comporta como tal. Inunda con espectaculares Veracruz. Nos receta su mentira difundida mil veces para que creamos que es verdad. Y cuando llegue el tiempo de la verdad, como le pasó a Fidel, nos encontraremos que Pepe Yunes es un producto más de la corrupta clase política que no le da nada a la sociedad y sí le quieta lo poco que tiene.

Y a todo esto nos queda una reflexión: ¿Vale la pena seguir votando por ellos? Hacerlo es permitir que los traidores sigan clavando los puñales en la espalda del pueblo. Darles el voto es dejar que sigan obteniendo recursos que les permitan tan costosas campañas y avalar su permanencia en el poder.

O lo que es lo mismo. Ya nos chingó Fidel. Ya nos recontrachingó Duarte. Y ahora nos viene a archirecontrachingar Pepe Yunes.

¿Tú lo vas a permitir? Yo tampoco.
 
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