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Juan Ciudadano

Los Gobernados

La culpa es de Renato... pero más de Duarte

31/10/2014 09:09 a.m.

Renato ha labrado su propia historia. Es ruin. Es un rufián de la política y es un pseudo diputado. Y ha hecho todo lo que no debe hacer un gobernante, comenzando por reprimir al pueblo que dice representar.

Pero no se ha hecho solo. Los caciques como él, los caciques surgidos de la improvisación, los caciques que se imponen por las armas y el terror, no surgen solos; no son espontáneos; no son obra de casualidad.

En Veracruz se deben a un responsable, a quien ha provocado la inestabilidad social del estado, a la caricatura de gobernador que resulta ser el dizque doctor —que no cura ni un pulque—, Javier Duarte de Ochoa.

Déjenme que se los explico. No por omisión, sino por complicidad, Duarte de Ochoa y la camarilla que gobierna, han creado y alimentado con impunidad a monstruos del caos, tales como César del Ángel Fuentes —de la organización llamada Los 400 Pueblos—, Tronco Gómez —de la Unión de Ejidos 25 de Abril del 2000—, a Samuel Aguirre —de Antorcha Campesina— y a Nino Baxi —del sindicato de pepenadores del puerto de Veracruz—.

Son la escoria del sistema, los golpeadores, los invasores, los agresores de la vida institucional, los forajidos que toman un palacio municipal, los piratas que bloquean carreteras, los roedores de los drenajes de la sociedad.

Y todos, absolutamente todos, sabemos qué hacen, cómo lo hacen y por qué lo hacen.

Pero hoy no ando de humor. Los alacranes me fastidian. Hoy hay que hablar del dueño del circo, no de los animales.

Hoy no dedicaré tiempo a esas hienas de la política, que se alimentan de los rastrojos y la corrupción, sino de la manera en que los grandes corruptores, los grandes culpables, los utilizan y los hacen crecer.

De por sí, estirar a un enano está cabrón. Ahora que darles talla de políticos, de alcaldes, de diputados, de funcionarios de alto nivel, está en chino. Los enanos mentales nacieron para eso: para ser enanos mentales. ¿Estamos?

Pues de eso se encarga Javier Duarte. El dueño del circo no sabe un pito de finanzas, a pesar de su “doctorado” en economía. El dueño del circo no sabe un comino de política social, así sea gobernador de Veracruz.

Pero está amaestrado para cumplir compromisos de campaña. Sí, así como lo leyó: para cumplir compromisos de campaña.

A cuatro años, todavía está saldando deudas de su campaña al gobierno de Veracruz. Le paga a los gusanos de la campaña priista todo el trabajo sucio que hicieron para que hoy sea el inquilino del palacio de gobierno en Xalapa.

Ellos hicieron de las suyas y Javier Duarte les entregó medio Veracruz. Renato, por ejemplo, operó en el distrito XXX. Le llenaron las talegas de dinero, lo usaron para comprar votos; le dieron obra para engatusar a los campesinos, aunque las obras se hicieran a medias o no se hicieran pero aparezcan como realizadas y cobradas; le dieron control sobre la policía para infundir miedo en la zona rural. Y Renato volvió a ser alcalde y también pseudo diputado, pues ni se para por el Congreso.

Los 400 Pueblos —¿400? Preséntenmelos que esta es la hora que no los encuentro— se dedicaron a sabotear a Yunes Linares, a encuerar a las viejitas campesinas y a los barrigones zánganos que las acompañan. Y ahora el hijo de César del Ángel es diputado.

Samuel Aguirre encabeza Antorcha Campesina. Invade tierras, hace mitote y luego esos terrenos los reclaman los políticos del PRI. Ahora su esposa Minerva es diputada local.

Y lo mismo el Rey de la Basura del puerto de Veracruz, que cobra en la nómina del ayuntamiento como si fuera doctorado en ciencias políticas y aparte en el Congreso del estado, donde no sirve ni para entretener a sus congéneres. Eso sí, si se trata de hacer bulla, enfrentar a la oposición violentamente o robar votos, el mugroso de Nino Baxi está más puesto que un calcetín.

Ellos son una lacra, pero la culpa de su existencia es del gobernador.

Proliferan los caciques porque hay un Duarte que así lo quiere. Reprimen a sus pueblos porque hay un gobernador que no sólo es omiso, sino también cómplice. Se roban las elecciones porque hay un mandatario al que así le conviene.

Corríjanme si me equivoco. La podredumbre está ahí. Los caciques existen porque el que ejerce el gobierno los tiene a su servicio, les solapa todo, los encubre en sus crímenes y les otorga el beneficio de la impunidad.

Javier Duarte gobierna a chingadazos. Y se vale de estos rufianes. Les permite que repriman a la sociedad, que se roben el erario, que hagan negocio desde el poder.

Ellos podrán ser muy caciques, pero no lo serían si no hubiera un gobernante de su nivel.

Si el gobernador tuviera talla de estadista, no habría caciques de quinta categoría. No habría Renato, ni 400 Pueblos, ni Antorcha Campesina, ni Rey de la Basura, ni gusanos que se le parecieran.

Renato Ratón no existiría si Veracruz tuviera un gobernador con alcances y no la caricatura de político que resultó Javier Duarte.

Renato tiene su propia historia, pero el culpable de sus desmanes es el gobernador.

(Comentarios y tips a: [email protected])


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