Carlos Romero Deschamps ya no duerme. Los del PRI tampoco. Les preocupan sus enanos, los dirigentes sindicales que quieren ser diputados o que ven los escaños legislativos como herencia patrimonial, reducto para sus esposas, para sus hijos o para ellos mismos.

No duermen porque ya ven la derrota ahí, cerquita, a la vuelta de la esquina. Ven una derrota humillante, quizá la peor de que se tenga memoria, a menos, claro, que se de un golpe de timón.

Romero Deschamps y el PRI son los dueños del circo, pero el problema son los enanos. Un día les dio por crecer. Y crecieron. Ahora no hay cómo pararlos.

Así es la ambición. La bronca está en el sur de Veracruz y Tabasco, en tres distritos, donde los líderes seccionales un día se acostaron petroleros y al otro se amanecieron con que querían ser diputados o poner a su parentela en el Congreso. Pinches soñadores.

El primero es Jorge Wade, líder de la Sección 10. Ta’ güey este güey. Es el dirigente de los petroleros y mandamás de Minatitlán, pero ahora sale con la ocurrencia de que la predestinada es su reina, sí, la reina de su alcoba, nada más y nada menos que Reyna León, su mujer, su esposa, la dueña de sus quincenas.

Wade ha de estar loco. Doña Reyna apenas si sabe hablar y ya la quiere diputada. No arregla ni el DIF de Minatitlán, donde es presidenta, y ya la ve haciendo leyes, levantando el dedito, defendiendo al Peña Nieto, aprobando cuanta pendejada envíe al Congreso. Bueno, que para aprobarle al copetes sus ocurrencias, hasta Romero Deschamps cuando anda pedo, que es todos los días.

Y si no va Reyna León de Wade, va Saúl Wade León, que es el tesorero del ayuntamiento de Minatitlán, muy bueno el chamaco para los negocios que se hacen al amparo del erario municipal. Su vástago es repudiado, pero es el hijo de papá aunque se la rasquen los minatitlecos.

Reyna y Saúl son los que gobiernan Minatitlán. Ella mueve al DIF y él mueve el dinero. ¿Y el alcalde José Luis Sáenz Soto? Bien, gracias. ¿Sabes para qué sirven las macetas? ¿Sabes lo que es un presidente de membrete? ¿Sabes lo que significa “no estorbar”? Él no manda, ellos sí.

El distrito XIV federal electoral lo conforman Mina, Las Choapas, Uxpanapa, Hidalgotitlán, Moloacán, Jesús Carranza e Ixhuatlán. Una parte de los votos los ponen los petroleros, pero la gran mayoría están en el campo. Y eso no lo ve Wade, quien es perdedor por partida doble: una alcaldía y una diputación. Es un suicidio político. Contra viento y marea quiere imponer a su esposa o a su hijo.

El distrito de Mina es un bastión campesino. Los líderes petroleros ni lo atienden ni lo entienden. Y cómo no, si su vida cómoda, nadando entre millones, viajes, hoteles, grandes comilonas, el chupe, los tienen alejados de la realidad, mientras las familias y comunidades campesinas realizan una lucha titánica por encontrar la manera de sobrevivir en un país hundido en la corrupción y la inseguridad.

Otro que no canta mal las rancheras es el líder de la Sección 16 de Cuichapa, Omar Ricárdez Chong, puro verbo y pocos resultados, que también trae en mente insertar a su esposa, Teresa Estrada Martínez, como candidata a alcaldesa del municipio que hoy gobierna.

En Las Choapas, el secretario general de la Sección 26, Carlos Jiménez Jiménez, se mueve y se acelera para posicionarse, con todo lo que ello implica sindical y financieramente, para ser el próximo candidato a diputado federal por el segundo distrito del vecino estado de Tabasco.

 Y llegamos al distrito XI federal de Veracruz. Es Coatzacoalcos. Allá los petroleros sólo sirven de plato de segunda mesa. Esa es posición del sector popular. Allá manda Marcelo Montiel, el ex alcalde y actual delegado de la Sedesol. Lo que le dejan a los petroleros es la suplencia, que siempre había sido para Nanchital y que en la última se la dieron a los maestros. Joaquín Caballero era diputado, pidió licencia y la diputada es la maestra Patricia Peña, que sólo sirve para... nada.

 El alcalde de Agua Dulce y “líder moral” de la Sección 22 del sindicato petrolero, Daniel Martínez, la quiere. Anda envuelto por el canto de las sirenas y a merced de los caprichitos de la primera dama, Neri Segura Bolaina. La quiere insertar como suplente de quien sea el candidato del grupo de las 3M (Marcelo Montiel Montiel) a diputado federal del PRI, ya sea Marcelo o su hijo político, Víctor Rodríguez Gallegos.

Soñar no cuesta nada. Daniel y la esposa quieren que se repita lo de Caballero. Éste dejó en la diputación a Patricia Peña. Si Marcelo o Víctor Rodríguez ganan y luego se retiran, doña Neri va a ser diputada. Y luego va a querer ser senadora, gobernadora y presidenta de México. De veras que el poder embrutece.

Por estos locos es que Romero Deschamps no duerme. Sólo ellos no ven que son impopulares, que el pueblo los repudia, que en vez de sumar restan y que perderían aunque no tuvieran contrincante enfrente.

Son enanos del circo que un día crecieron y que ya sienten que tienen la estatura de su líder nacional. Y eso preocupa en el PRI. Si las cuotas para el STPRM se respetan, van rumbo a una sonora derrota. A menos que den un golpe de timón y los regresen a la realidad.

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