#Yamecansé no sólo es el grito por los 43 normalistas de Ayotzinapa. #Yamecansé no únicamente es el grito de los millones de mexicanos que ya no soportan a este sistema político. #Yamecansé es también la voz de los padres de familia del CBTIS 113 de Las Choapas, que están decididos a acabar con la tiranía de un grupo sindical que está destruyendo la vida estudiantil de sus hijos.

Muchos nos unimos al grito de repudio por las prácticas viciadas, los paros laborales, el secuestro de las instalaciones, los pleitos prefabricados que siempre han resultado en la destitución de directivos a quienes siempre se les acusa de malos manejos y fraudes pero nunca se les ha probado nada.

Para ellos, para esos padres de familia de la comunidad estudiantil del CBTIS 113, lo que viven sus hijos es claro ejemplo de que las reformas educativas y el supuesto rigor del gobierno de Enrique Peña Nieto en ese sector es solamente demagogia, letra muerta. Es, en cambio, la muestra de que la SEP es una dependencia inmersa en la negligencia, en la apatía, complaciente con los cacicazgos del charrismo magisterial.

Esos líderes sindicales no son formadores de nuevas generaciones de estudiantes ni los preparan para una vida profesional. En el CBTIS 113 hay algo peor: el secuestro de la institución para hacer de los alumnos un lucrativo negocio con sus tienditas, las calificaciones y las perversiones.

En el CBTIS 113 hay corrupción y hay negligencia. Hay corrupción de la parte sindical y hay negligencia de las autoridades educativas. Unos hacen las transas y otros los solapan.

Quienes han convertido al CBTIS 113 en un verdadero desmadre son las hermanitas Cobos Reyes: Themis y Soledad, una verdadera lacra. Y quien lo permite es ese viejo lagarto el sindicalismo que lleva por nombre y apellidos Juan Nicolás Callejas Arroyo, que aprovechando la anarquía en la se encuentra la delegación de la SEP en Veracruz, como en los demás estados de la República, protege y solapa toda clase de abusos que le representen negocio o placer. ¡Ah, qué viejito tan cabrón!

Yo fui de los que llegó a pensar que el CBTIS 113 era una institución modelo. Luego, al ver las chingaderas de los malos profes, tumbando directores que no se prestan a sus enjuagues, caí en la cuenta que ahí todo está perdido. Pero no pensé en la decisión de los padres de familia de nivel preparatorio, que ya le hallaron cómo hacer sentir su fuerza.

Su convocatoria no es descabellada. Incitan a los padres de familia a no pagar cuotas de inscripción porque la ley así se los permite. Las reformas legislativas dicen que las cuotas de inscripción no son obligatorias y que quien intente coaccionar a los padres estaría incurriendo en un delito.

Esta lucha la encabezan un número considerable de padres de familia que intentan comprometer a las autoridades educativas en la solución de múltiples problemas que aquejan a la institución y que pudieran frustrar los sueños de muchos estudiantes de tener una formación profesional acorde con lo que la sociedad exige.

¡Que chingamadrazo! Le pegan al CBTIS 113 y a las Cobos donde les duele. Y si deciden aplicar represalias, las van a denunciar. Y si no dejan entrar alumnos que no hayan pagado su cuota de inscripción, entonces qué van a vender las tienditas y cómo van a vender las calificaciones.

Muchos padres quizá no paguen las cuotas; otros quizá sí. Los que lo hagan estarán consintiendo este desastre que afecta a sus hijos; estarán solapando que cuantas veces lo quieran, las hermanas Cobos secuestren el CBTIS 113, que tumben directores, que mantengan a los alumnos sin clases.

¿Qué decía Enrique Peña Nieto de la reforma educativa? Que era la fórmula para lograr una educación de calidad. ¡Guácala! Lo que hay en el CBTIS 113 no es calidad, es corrupción de las ratas sindicales y negligencia de las autoridades.

Chuayffet, el secretario de Educación Pública, lo dijo el 20 de marzo de 2013: las cuotas no son obligatorias y quienes intenten presionar a los padres de familia, incurren en un delito: “Vamos a impedir que las cuotas sirvan para condicionar inscripción”. Más clarito, ni el agua.

Gracias a las hermanas Cobos, el CBTIS 113 permanece la mayor parte del año secuestrado. Le ponen candados a las puertas; exhiben mantas donde descalifican a los directivos; hay divisionismo, gritos, amenazas, insultos y hasta grupos de choque a los que les pagan 400 pesos al día para “custodiar” el plantel como si fueran sicarios.

El CBTIS 113 dejó de ser una escuela. Ahora es un refugio de corruptos. El grupo que tiene secuestrado el plantel está encabezado por Themis Cobos Reyes, Soledad Cobos Reyes, Pablo Rodríguez Balcázar, Rigoberto Núñez Barrales, Jesús Olivares Barrales, Irving Jiménez Maza y siete bichos más. Y tienen en la incertidumbre a otros docentes, a los alumnos y a sus padres.

Los padres y el grupo de docentes que no están en el grupo de las Cobos, han cursado oficios a las autoridades de la SEP y de la SEV. ¿Y qué ha pasado? Nada.

Muchos jóvenes viajan desde ciudades vecinas para asistir a clases y se encuentran con que el plantel está tomado. ¿Quién les va a reponer lo que gastan sus padres en el transporte?

Pero nada de esto se daría, ni las Cobos no tendrían tanto güegüeche para acusar a los directores de fraudes, si no hubiera un líder corrupto que todo les permite. Ese líder es el antiguo Juan Nicolás Callejas Arroyo.

¿A qué bolsillo creen que va a parar la cuota de las tienditas escolares? ¡Ni lo dude!

¿Y la venta de plazas? No hay maestro que se integre a la plantilla laboral del CBTIS 113 si no es con el visto bueno de la lideresa sindical, Themis Cobos.

Por eso, qué bueno que los padres de familia manden a la goma las cuotas de inscripción. La ley se los permite.

Con esa decisión nos dicen #Yamecansé. Y tienen razón. Nosotros también.

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