Ira qué suave. Por la CMAS de Coatzacoalcos han pasado tipos que no tenían petate en qué caerse muertos y salieron de ahí podridos en lana, con los millones chorreándoles hasta por las orejas.

La Comisión Municipal de Agua y Saneamiento es una mina de oro. Sus directores hacen negocios sin cuidarse que se sepa que para ello incurren en fraudes. Es una empresa que a veces sale tablas y otras trae números rojos, pero sus directivos gozan de salarios exorbitantes y además se chingan el presupuesto.

Y a lo largo de los años, Coatzacoalcos ha tenido agua de baja calidad, con múltiples períodos en que no llega a los hogares; otras veces suspenden el suministro porque la lluvia la pone turbia.

Desde 2007, por la falta de cumplimiento de los convenios entre el gobierno de Veracruz y los habitantes de Tatahuicapan, ha sido bloqueada la presa Yuribia en diferentes ocasiones.

Eso implica un caos. A esperar que llegue la pipa. Otros, a comprar la pipa con proveedores particulares. Otros, a suplicar que el ayuntamiento les llene sus tambos y cubetas. Otros, a comprar garrafones de agua purificada. Un absoluto y total desmadre.

¿Y los pillos que han manejado la CMAS? Ellos cosechando los millones, pagando facturas por trabajos inexistentes, llevando sus propias compañías para hacer obras, cobrando diezmo a las que contratan y llenando de aviadores la nómina de la empresa.

Gracias a ello, un personaje al que antes no le alcanzaba ni para comprarse calzones, terminó como Rico Mac Pato. Ese güey es Roberto Chagra. Robó como si tuviera maestría y doctorado en delincuencia. O quizá sí la tenía pero no quería que se supiera.

Chagra botaba la lana en los teiboldans. Pagaba cuentones de 40 o 50 mil pesos, pero todos los días. Y no salía de su bolsillo. Todo se ha publicado en los periódicos. A cualquiera lo hubieran investigado y hasta metido a la cárcel, pero a Chagra no. Su talismán, su amuleto, su pata de conejo, es su hermana Mily, la favorita del entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán. No pos así, hasta yo se la perdono. Ta rechula la chamaca.

Terminó con casas, edificios, carros, ranchos, negocios y cuentas millonarias por todas partes que no podría acreditar con el solo salario que percibía. Y después se lo lleva Fidel a su gobierno. Y ahí el cuñado se dedica a hacer transa y media en el área de carreteras. Después regresa a Coatzacoalcos como síndico en el ayuntamiento. Actualmente es el presidente del equipo de futbol Atlético Coatzacoalcos donde invirtió una millonada. Lo que deja el robo a la sociedad.

Le siguió Alberto Mijangos. Ese se enamoraba hasta de una escoba con minifalda. Llegó con un carro y salió con siete, entre ellos un Mustang poca madre, terrenos, casas y cuentas bancarias. Los medios se lo acababan. Se fue como un potentado. Después lo pusieron en Patrimonio del Estado y ahora es asesor del director de CAEV en el estado, donde por supuesto no sirve para una chingada si se trata de arreglar conflictos por el agua.

El que sigue: Jorge Tubilla. A este lo importaron de Miami. Allá causaba pena con un negocio que no pegó. Se sentía gusano cubano, pero de último nivel. Eso sí, cuando llegó le empezó a aflorar lo rata. Regresó a CMAS al equipo de trabajo de Chagra. O sea, Chagra siguió mandando. Y los dos cosecharon más millones.

Saliendo de CMAS, Tubilla puso un restaurant. Compró un terreno en el malecón de Coatza. Le costó varios millones. Es el Wings Army. Y como pegó, compró el terreno de al lado y ahí puso otro restaurant, el Cabo Grill. ¿Y el agua para el pueblo? Bien gracias. Ahora Tubilla es subdelegado de IMSS en el sur de Veracruz.

Los dos últimos directores de CMAS aún no dan color. Eduardo García Luna capoteó los problemas de agua, echó a calle a un buen número de aviadores, depuró las compañías contratistas y regularizó el abasto de agua. Quizá por eso lo corrieron. Es gente de Antonio Macías, el suegro del gobernador Javier Duarte.

El actual es Sergio Amaro, quien viene desde la época de Tubilla como subdirector de Comercialización. No se le sabe rico, pero es el equipo del delegado federal de Sedesol, a quien le ha de estar poniendo el billete para sus proyectos políticos.

Gacho pues para el pueblo. La CMAS sirve para enriquecer a los políticos que llegan a dirigirla y el problema del agua cada vez está peor. Desde 2007 la presa Yuribia es bloqueada por los habitantes de Tatahuicapan y el pueblo es rehén de sus enjuagues políticos y sus negocios a costa de la institución.

Hoy se viven las consecuencias de lo que representan los negocios al amparo de los sistemas de agua. Los responsables tienen nombre. Son los Chagra, Mijangos y Tubilla. Se han enriquecido por la impunidad y maniobran para seguir pegados a la ubre, mientras se burlan de los porteños que son los que padecen la crisis.

Pinches abusivos.

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