Por eso dicen que mientras conozco a los políticos, más quiero a mi perro. Y con ese contralor que tiene el gobierno de Veracruz, hasta los pulpos crudos saben a manjar.

Este personaje, Ricardo García Guzmán, no está para cuidar los recursos de los veracruzanos, traer cortos a los funcionarios o detectar irregularidades y fincar responsabilidades, sino para tapar la corrupción y el enriquecimiento de la gente protegida del gobernador Javier Duarte.

Fue al Congreso estatal como parte de la glosa del Cuarto Informe de Actividades de Duarte.

 Debía dar cuenta del proceder en sus cargos de los funcionarios y, sobre todo, cómo manejan los dineros del pueblo; a quiénes se ha sancionado; de qué tipo son las sanciones; quiénes están sujetos a procedimientos administrativos; quiénes están involucrados en procesos penales.

Interesante comparecencia, se esperaba. Sí, se esperaba, porque resultó una decepción, vomitiva, nauseabunda y descarada.

La comparecencia del contralor del estado ante el Congreso se convirtió en una especie de Teletón político, en el que los diputados, mequetrefes del poder, regalaron sendas cartas de impunidad a conocidos políticos que en el ejercicio de sus funciones cometieron evidentes atracos al erario público.

El más grande payaso estuvo en el Congreso. Fue la figura central y, como se esperaba, terminó dando la peor exhibición. El Señor de los candados ahí, frente a los diputados locales, haciéndola de tapadera de todo un gobierno corrupto, aunque le duela reconocer que es parte de un gobierno sin moral.

Que si a Gabriel Deantes alguien lo persigue, ni mais. Que si a Edgar Spinoso le encontraron alguna triquiñuela, ni soñarlo. Que si por qué los cesaron, es que no los cesaron, se fueron una temporada y regresaron. Que si provocaron daño patrimonial, no hay investigación sobre ello.

Qué espectáculo tan indignante cuando todo Veracruz lo sabe. El descarado contralor echándole Vel Rosita a la pileta de lodo en que se han movido los más desprestigiados funcionarios del duartismo. Dijo que no existe ninguna investigación que implique a ex funcionarios del gobierno veracruzano, hayan sido los que fueron cesados o que presentaron su renuncia.

Los diputados priistas y los de la oposición domesticada, sólo sirvieron a ir a aplaudirle y sobarle el lomo a García Guzmán. Y a los que realmente lo cuestionaron, entre ellos Fidel Robles Guadarrama, les dio respuestas evasivas y cómplices.

Dijo que ni madres, que no tiene notificación de la Dirección de Responsabilidad y Situación Patrimonial, en donde “se aprecie alguna falta de ética a la responsabilidad y el compromiso de estos funcionarios”.

Y no, no hay pillos. Sólo “blancas palomitas”. Deantes, Spinoso, Leticia Perlasca, ex titular de la Secretaría de Turismo, que fue atrapada pagándole facturas a la empresa de una de sus colaboradoras y por eso la echaron a la banca pero no le fincaron responsabilidades. “No hay de parte nuestra ninguna investigación en lo absoluto por ninguno de los funcionarios que aquí han señalado”, dijo.

También le lavó la enlodada cara a la ex coordinadora de Comunicación Social del gobierno de Veracruz, Gina Domínguez. Ahí checaron y checaron. Le buscaron tres pies al gato. Le encontraron cuatro. La lana se aplicó como debía ser. Revisaron todo y a fondo y no encontraron ningún faltante.

El diputado Robles Guadarrama fue quien más lo cuestionó. Le pidió explicar el pasivo consolidado de 98 mil millones de pesos que enfrenta Veracruz, según cifras de la propia Secretaría de Finanzas y Planeación.

García Guzmán le sacó la vuelta. Se hizo güey. Evadió la respuesta, así fuera evidente que los recursos no se aplicaron de manera correcta o que al presupuesto le metieron mano los ratones.

Uta. 98 mil millones de pesos de deuda cuando el secretario de Finanzas hablaba de 35 mil millones. Y ahora el contralor se queda mudo.

García Guzmán es la tapadera de los funcionarios corruptos del gobierno de Javier Duarte y, además, es un mal actor que no comparece ante el Congreso y le falta al respeto a ese Poder.

Su obligación era responder con datos reales. Pero llegó sólo a justificar y encubrir a los peores corruptos que ha tenido el gobierno de Veracruz, los más señalados y los más descarados.

Y luego se encabrona el gobernador cuando se le dice que su gobierno es opaco, ineficiente y sumamente corrupto. Y con un contralor así, ni cómo ayuDuarte.
 
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