Le creo y no. Le creo que está loco. Y no le creo que vaya a ser diputado federal por Coatzacoalcos y después gobernador.
 
Pero como dicen, al loco hay que seguirle la corriente.
 
Renato Tronco dice muchas barbaridades. Siempre va de ocurrencia en ocurrencia y lo peor es que el primero que se engaña es él.
 
En el PRI no lo aguantaron, ya que no sólo divide a los priistas sino que se vuelve incontrolable y le dice al gobernador Javier Duarte de Ochoa hasta de qué se va a morir. O toma carreteras provocando un caos. O va a decirle a los diputados, sus pares en el Congreso, cómo se debe legislar, como si el pobre ignorante tuviera un kilo de preparación y un litro de compromiso con la gente.
 
Dice el Ratón Vaquero que no quiere ser diputado por Minatitlán, ni por Cosoleacaque, ni por Córdoba, ni por Cosamaloapan. No, fuchi. Quiere quedarse con la joya de la corona: Coatzacoalcos.
 
Se le hace poco la diputación por el distrito de Mina, al que pertenece Las Choapas, su pueblo, donde tiene presencia en una parte de los ejidos, donde todavía no despiertan y lo siguen adorando porque les arroja unas migajas mientras él se queda con todo el pastel.
 
Renato colecciona partidos políticos. Primero fue panucho, después tricolor, más adelante verde y ahora naranja del Movimiento Ciudadano, al que claro va a desquiciar una vez que afilie a los tronquistas y sean mayoría. Entonces se van a quedar con la dirigencia local y el regidor Urdapilleta va a tener que renunciar antes que lo echen de la peor manera.
 
Dante Delgado le está dando espacio en Movimiento Ciudadano, sin pensar que le va a hacer lo mismo que a Fidel Herrera y a Javier Duarte. A éstos les sacó lo que quiso y después los andaba mandando al diablo, los presionó y hasta los obligó a negociar.
 
Movimiento Ciudadano es su tabla de salvación y la está aprovechando para meterse en la política de Coatzacoalcos. Ya se siente candidato a diputado federal en ese distrito y hasta presume que no realizará precampaña porque no la necesita. Ah jijo, está bien sobrado el Ratón.
 
Va contra políticos corridos y con tiempo en el ambiente. Uno es Rafael García Bringas, compañero suyo en el Congreso de Veracruz y ex diputado federal; Armando Rotter Maldonado, ex alcalde de Coatzacoalcos, muy posicionado mediáticamente; Rocío Nahle García, ex candidata a diputada federal por el PRD y ahora en Morena; Alejandro Wong Ramos, ex regidor y consejero estatal del PRD; Gloria Santos, una mujer que se ha dedicado a atender a niños con cáncer, y hasta es posible que Gonzalo Guízar Valladares, ex diputado federal, ex diputado local y líder estatal del Partido Esfuerzo Social. Pura batería pesada.
 
La joya de la corona va a tener su costo y tendrá que enfrentar a personajes de sobra conocidos por los porteños, que no hacen las locuras que Renato ni se les acusa de desfilar a caballo para llegar al Congreso o mandar a reprimir a su pueblo.
 
Dice también que no sería de extrañar que se meta a la contienda por la gubernatura de dos años, en el 2016. Cuenta que Fidel Herrera ya lo destapó cuando dijo que podría ser un personaje del sur de la entidad y sombrerudo porque no le da el sol en la cara.
 
El Ratón Vaquero se mofa de los estudiados y que hasta doctorado tienen —te hablan Javier Duarte— pero que no han podido con los problemas de Veracruz.
 
Renato dice que esa gubernatura es para locos y que él se apunta.
 
“A lo mejor un loco puede hacer las cosas mejor. Hay que sacar el proceso federal que es importante para México y hay que sacar a votar a la sociedad en este proceso y que no sean los menos los que decidan en automático quién debe ser”, asegura.
 
La diputación federal, sostiene, es la antesala de la gubernatura de dos años.
 
Se le botó la canica. Ahora ya sabe más que los que tienen doctorado, se cree las bromas de Fidel y siente que puede competir con candidatos que tienen años siendo figuras en distrito de Coatzacoalcos, unos ex diputados federales, ex diputados locales, ex alcaldes, ex regidores, dirigentes de partido a nivel estatal y una dama con la mejor imagen por su lucha a favor de los niños con cáncer.
 
Ya era el Ratón Vaquero. Ahora es el Ratón Loco.
 
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