Hernández Toledo recibe consejos y amenazas * El Clan Hillman-Guízar no entiende qué es el voto de castigo * Amado Cruz no quiere ir a elección abierta * Gonzalo con sólo 2 de 10 intenciones de voto * También traen votantes de Ciudad Juárez * Viaje “todo pagado” y 800 pesos por afiliarse

Miguel Angel Yunes Linares se salió con la suya. Será el candidato del Partido Acción Nacional al gobierno de Veracruz, el ariete contra el Proyecto Duarte y, con toda seguridad, el sucesor de Fidel Herrera Beltrán, a quien le dispensa una cordial y profunda animadversión.

Electo por la cúpula nacional panista, el director del ISSSTE amarró la candidatura en una acalorada sesión de más de cinco horas en que se debatió la viabilidad de las propuestas —y sobre todo el perfil de los aspirantes— para enfrentar el proceso electoral del 4 de julio. No habrá elección con el voto de los militantes en Veracruz pues el escenario se había contaminado por la intromisión del priísmo encubierto en los círculos de panistas activos y adherentes; la mano fiel que dispensa contratos azules; que induce encuestas; que encuerda a un sector de la prensa y que vulgariza la protesta callejera y atiza el morbo.

Yunes Linares viene siendo desde hace meses una piedra en el zapato del gobernador Fidel Herrera Beltrán. Cuestiona sus logros, denuncia el atropello a las instituciones, lo acusa de incurrir en una simulación política, de sumir en el atraso a la entidad, de llevar a la bancarrota las finanzas de Veracruz y de pretender perpetuarse en el poder seis años más a través de su marioneta de ocasión, el diputado federal Javier Duarte de Ochoa.

Llega a la candidatura entre fuego amigo y la embestida de la fidelidad. Enfrentó el recelo de los panistas y el rechazo de sus adversarios de contienda. Se le cuestionó su origen priísta, su paso por la secretaría de gobierno en tiempos de Patricio Chirinos Calero, su mano dura y sus férreas decisiones. Fue el destinatario de la hipocresía fiel que patrocinó la campaña “En Veracruz los niños no se tocan”, en alusión a las acusaciones de pederastia, mientras en Veracruz a las niñas se les requetetoca y algo más.

Suscitó el clímax de la protesta en la víspera de la elección panista. Contratados para exhibir sus miserias, dos mil integrantes del Movimiento Nacional de los 400 Pueblos salieron a las calles sin más ropa que fotografías de Yunes Linares y de Chirinos Calero que servían para taparse los genitales, los pechos de las mujeres al aire. Ahí, en el escenario público, a la vista de todos, quedó evidencia del trance angustioso que atraviesa el régimen fiel frente a la amenaza yunista.

Yunes Linares obtuvo 25 de los votos de los integrantes de la cúpula panista; Buganza Salmerón 10, y Bueno Torio 5. Fue un acuerdo de cúpula que cerró la posibilidad de ver a los panistas enfrentados en una consulta interna, y sobre todo, movidos por la mano del gobernador Fidel Herrera Beltrán.
No tendrá frente a sí un contrincante a su medida. Javier Duarte era poco y ahora es nada. La disputa es entre Yunes Linares y Fidel Herrera. Yunes se mide al aparato de poder del gobernador y su estilo desenfadado —descarado es el mejor término— de usar los recursos públicos, imponer candidatos y asaltar elecciones.
¿Cuántos Yunes más se sumarán a Miguel Angel?

Archivo muerto

Hasta antes de expresar sus deseos de ser alcalde de Coatzacoalcos, Ramón Hernández Toledo era venerado por los zopilotes del Istmo. Dispensaba favores, pagaba espacios publicitarios y cada que Pulgoso y socios lo requerían, enviaba los 5 mil reglamentarios —por lo menos una vez una ex regidora le sirvió de portavoz— porque así eran las reglas y él las acataba.

Hoy, el líder de la Sección 11 del sindicato petrolero recibe consejos, avisos, advertencias y amenazas, cuyo único fin es conminarlo a declinar en sus deseos de ser presidente municipal de Coatzacoalcos.

Fiel de la balanza; priísta al que no se le sabe traición a su partido; impulsor de Gonzalo Guízar en 2003 y 2007 para hacerlo diputado federal y local; generador de la mejor de Iván Hillman en la elección federal en 2009 —5 a uno en Nanchital al PAN— aunque sufrió una humillante derrota en el resto del distrito, Ramón Hernández Toledo no tiene punto frágil en la lucha por la candidatura a la presidencia municipal.

Todos le deben algo. Aún así, el Clan Hillman-Guízar lo vapulea a mansalva. ¿Sabrán lo que es el voto de castigo? ¿Lo sabrá el delfín Duarte?... No tiene Amado Cruz Malpica la oportunidad de ganar la elección interna en el Partido de la Revolución Democrática en Coatzacoalcos. Carece de fuerza política y de cuadros. Sabe que en una votación abierta, tanto el ex alcalde Armando Rotter Maldonado como la ex diputada federal Gloria Rasgado Corsi lo destrozarán. De ahí que busque un acuerdo político que lo lleve a la candidatura a la alcaldía por la vía del dedazo. Quizá no sepa que Jesús Ortega, líder nacional perredista, ya se comprometió a que el candidato a la presidencia municipal de Coatzacoalcos saldrá de una consulta, de una elección amplia.

Si lo duda, que le pregunte al dirigente estatal, Rogelio Franco Castán, quien fue testigo de lo dicho por el Chucho mayor... Sombrío panorama para el diputado Gonzalo Guízar: desciende a velocidad de ráfaga en la intención de voto. Desde hace tres semanas se viene monitoreando la percepción del electorado hacia su candidatura. El rechazo es alarmante, provocado por los conflictos legales de sus hermanos.

De cada 10 entrevistados, sólo dos apoyarían a Guízar en su intención de ser alcalde de Coatzacoalcos. Los ocho restantes se pronuncian por el secretario de Obras Públicas Municipales, Joaquín Caballero Rosiñol, y por el líder petrolero, Ramón Hernández Toledo... No sólo de Tabasco llegaban ciudadanos a darse de alta en el padrón electoral de Veracruz. El PRI los traía de Ciudad Juárez, Chihuahua, y les pagaba 800 pesos de “premio” y el viaje “todo pagado”. O sea fraude VTP...

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