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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Columna Los Gobernados de Juan Ciudadano

09/03/2015 11:49 a.m.
No, si pa’ conmemorar somos buenos, pa’ elogiarlas también, pa’ exaltarle sus virtudes ni se diga. Pero qué tal en los hechos. La mujer es víctima, sí víctima del hombre, en la casa, en la escuela, en el trabajo y en todo lugar.

Las despertamos con unas “Mañanitas”. Les levamos una flor. Algunos les dimos regalos. “No mami, no te molestes; te llevamos a desayunar”. Qué detalles. Qué melcocha. Todo sea para la reina de nuestro corazón.
Y así las honramos porque este domingo fue el Día Internacional de la Mujer.

Pero siguen siendo las abnegadas mujeres que reciben malos tratos en casa, en el trabajo, en la escuela, en el círculo social. Las honramos de palabra pero no en los hechos y eso es como una gran hipocresía, porque en el fondo hay misoginia y hasta un profundo desprecio a ellas, que son nuestra esencia, nuestra razón de vivir.

No generalizo y sí preciso. Así como habemos quienes tenemos en un lugar muy especial a la mujer, porque todos procedemos de una madre, hay un buen número de machos que las ven como una amenaza, como un objeto al que hay que usar y como ese ser en quien descargan todas sus frustraciones.

La estadística dice que la mujer es sojuzgada porque en el fondo el varón teme ser desplazado, superado y puede terminar al servicio de la mujer. La agrede para no dejarla crecer moral, profesional o socialmente. La agrede porque sabe que ella puede hacerlo mejor.

A nivel mundial las estadísticas sobre violencia contra la mujer son por demás preocupantes. Anualmente, en España se registran 600 mil agresiones contra la mujer. De ellas, sólo 40 mil son denunciadas. De esas 600 mil sólo el 25 por ciento lo revelan; el otro 75 por ciento se lo calla. El promedio anual es de 70 muertes por violencia contra la mujer.

El 45 por ciento de las mujeres han reconocido que han sido amenazadas por su pareja sentimental o por su marido.

En América Latina , las cifras son pavorosas. El país donde mayor violencia se ejerce contra la mujer es Bolivia. Ahí la violencia sexual o física es del 52 por ciento; en Colombia y Perú, 39 por ciento; en Ecuador, 31 por ciento.

Ecuador registra una grave discriminación contra niñas y mujeres. El 78 por ciento de las niñas reconoce haber recibido algún tipo de maltrato en el hogar y 41 por ciento en la escuela.

En todo el mundo, 700 millones de mujeres se casaron siendo menores de 18 años; 250 millones antes de los 15 años. Muchas de ellas son víctimas de VIH, de otras enfermedades de transmisión sexual, y embarazo precoz.

120 millones de niñas fueron forzadas a tener relaciones sexuales; 133 millones han sufrido mutilación genital femenina, como ocurre en 29 países de África y Oriente Medio.

En México, la entidad donde se registra el mayor índice de violencia es el Estado de México con el 57.6 por ciento; Nayarit, 54.5; Sonora, 54.0; Distrito Federal, 52.3, y Colima, 51 por ciento. Chiapas es la entidad donde hay menor violencia contra la mujer.

La violencia es la principal causa de muerte en mujeres de entre 15 y 44 años de edad, más que el cáncer y los accidentes de tránsito. Entre el 45 y 60 por ciento de los feminicidios se cometen dentro del hogar y son obras de los cónyuges.

Gacho, ¿no? Y todavía nos atrevemos a decir que a la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa.
Jodidos los que no valoran lo que son, los que incrementan esa estadística que debe llenarnos de vergüenza, los malditos golpeadores, los perros asesinos, los que las acosan, los que las pervierten.
Ellas, nuestras mujeres, son una flor a la que debemos cuidar.

Por eso hay que pensar en ellas como nuestra novias amadas, como nuestras esposas ejemplares, como nuestras madres santas, como nuestras lindas hijas.

No sé usted, pero para mí son lo mejor que me pudo haber pasado. Son nuestra razón de ser, son nuestro origen, son hermosas, las amamos, las protegemos, las cultivamos, las honramos.
Son nuestras magnolias de acero. Parecen frágiles pero resisten todo. Aprendamos a caminar a su lado y si nos rebasan, aguantemos.

Que no sea un Día Internacional de la Mujeres. Que sean 365 días dedicados a las mujeres, porque eso, y mucho más, es lo que ellas merecen. Y para ello debemos enfrentar, disminuir, acabar con esa estadística de agresión a la mujer.
 
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