Una chela no hace daño, dos te ponen alegre, tres es euforia. Después de la quinta ya es borrachera. Y si se las echan en pleno desfile petrolero, es una falta de respeto por donde se le quiera ver.

Óigame no. Así no es la cosa. Qué espectáculo es ese. Los obreros de Pemex en el desfile del 18 de marzo, en la fecha más chipocluda del año para ellos, en el aniversario 77 de la gesta cardenista, cuando don Lázaro rescató la industria del petróleo para los mexicanos, ellos marchan con su latita de Modelo en la mano.

Óigame no. Qué onda con eso de andar tomando en la vía pública. Y qué digo en la vía pública, en pleno desfile cuando se supone que todos debemos recordar que el petróleo (todavía) es nuestro, y que tenemos una industria, Pemex, que sigue siendo un orgullo nacional.

Óigame no. Qué dirán los chavitos que vieron a los trabajadores petroleros participar en el desfile pero con la cerveza en la mano, como diciéndonos que estaban ahí pero querían evadirse.

Y si nos ponemos en el lugar de los petroleros que se iban echando sus alipuses, seguro que era evasión y quizá hasta protesta.
En poblaciones que tienen vida por el petróleo, que fueron campos de extracción del llamado oro negro, como Agua Dulce, como Las Choapas, como Cuichapa, la sociedad le debe todo a Pemex.

Pemex le da trabajo a cientos y miles, pero también genera una cadena económica provocando que surjan otros negocios, tiendas, comercios, industrias, servicios. Y todo gracias al petróleo, el gas, la petroquímica, el sistema de transporte, las estaciones de bombeo.

Se mueve Pemex y se mueve todo. Invierte Pemex y la inversión les da de comer a todos. Por eso hay que cuidar a Pemex, no dejar que lo hagan chiquito, no dejar que lo vayan cerrando poco a poco.

La verdad, gacho. Esos petroleros que participaron en el desfile de Agua Dulce y que traían su lata de cerveza en la mano, algo traían. Así marchaban y merecieron el rechazo de todos.

Le faltaban al respeto al gremio, a la sociedad, a sus líderes y a Pemex. Eso no se hace y si estaban ahí a la fuerza, mejor hubieran dicho que no deseaban participar y se hubieran retirado. Y sale, cada quien a su rincón.

Otros no. Otros iban muy bien portaditos. Las damas en el remolque que llevaba el gallito petrolero. No el gallo porque esta vez fue menos grande. Pero ellas bien.

Unos más marchaban tranquilos aunque no hubiera tanta gente en las calles, aunque no salieran a verlos en este día tan importante para las poblaciones petroleras.

La reacción fue menor que en otros años. Los hidrómilos no se vieron tan motivados quizá por lo que ya se sabe: que Pemex va a ser objeto de recortes de personal y que algunas áreas serán entregadas a los inversionistas privados.

Todo eso flota en el ambiente y Agua Dulce no es ajeno a este desgarriate que a muchos no los deja dormir. Los petroleros se la pasan pensando quiénes se van, quiénes pasan a jubilación con el porcentaje que sea pero cuando menos que no los liquiden y quiénes ya no van a alcanzar planta así se hayan pasado toda la vida de transitorios.

El líder de la sección 22 no estuvo ahí. Ismael Melgarejo Vázquez se fue a Dos Bocas, Tabasco, a participar en la conmemoración de la expropiación petrolera, que presidió Enrique Peña Nieto. Quizá ni en cuenta con lo que hacían los petroleros marchando con su latita de cerveza en la mano, aunque luego debe haber recibido los reportes.
 
El que sí tuvo la información fue el alcalde Daniel Martínez. En la sección 22 nada se mueve si él no lo dispone. Imagino lo que ha de haber dicho cuando supo que los petroleros marchaban echándose sus chelas.
Ahí falló el control y el espectáculo fue deprimente. En los carros alegóricos con figuras de instalaciones petroleras se observaban las latas de Modelo ya vacías.

Quizá quienes decidieron marchar con su chela en la mano estén bien parados con los líderes y puedan darse esos gustos y hasta caer en el exceso. Pero no está bien.

Quizá lo hagan porque marchan molestos, obligados, a regañadientes. Y eso tampoco los justifica.
El desfile petrolero merece respeto. La gente que los observa, también.

 Pemex mismo, que es la fuente de ingresos de todos ellos, igual. Nada justifica que en un evento de tal importancia para las poblaciones petroleras, como es Agua Dulce, se den ese tipo de insultos. Nada lo justifica.

Si son consentidos de los líderes no va a pasar nada. Pero si se permite, el año que entra van a hacer un teiboldans en pleno desfile. ¡Plop!
 
(Comentarios y tips a: [email protected])