Está dicho: la pólvora en manos de pendejos, no prende. Y las obras públicas en manos de Renato Tronco fueron una inversión tirada a la basura.
 
Ahí está la pavimentación del camino El Aserradero a Río Playas, con un costo de casi 22 millones de pesos y en la que el diputado ratón se metió con todo, con su empresa, la Unión de Ejidos 25 de Abril del 2000, dizque para abaratar la inversión.
 
Sí chucha. Lo que abarató Renato Transa fue la calidad de la pavimentación y hoy está hecha una desgracia, destruida en muchos tramos, provocando accidentes pues en algunas partes se ha deslavado.
 
La obra data de 2013 cuando el Ratoncito Vaquero era presidente municipal de Las Choapas y, claro, hacía lo que le venía en gana con el presupuesto.
 
Qué ondas con el Renato. Dijo que metió al contratista Noé Rodríguez y a la Unión de Ejidos 25 de Abril para abaratar costos, pero lo que traía en mente era invertirle menos sin importar que la obra sirviera o no.
 
Esa ha sido una constante en Renato. La Unión de Ejidos, que no une a ningún ejido, fue convertida en constructora en la que sólo sus chicharrones truenan. Los dirigentes de la UE25 son empleadillos del diputado, y a la postre resultan hasta sus cómplices. Hacen obras de mala calidad y se tapan unos a otros.
 
La cajeteó gacho el Renato. Uta, ese camino es el enlace de varios ejidos y poblados. Conduce a la congregación El Cerro de Nanchital, la más numerosa de Las Choapas, y por El Aserradero se puede llegar a Río Playas-Cerro Pelón, Las Marías, Robles y Escuadrón 21.
 
O sea, no es cualquier cosa. Es una vía de comunicación importante y lo menos que Renato Tronco debió hacer era pavimentarla con calidad.
 
Esa obra abarca 14.7 kilómetros y los recursos con que se realizó provenían del gobierno de Veracruz y de Petróleos Mexicanos. Con lo que aportó el primero se construyeron 5.7 kilómetros y con lo del segundo, 9 kilómetros más.
 
Nomás hay que ver las fotos que muestran las condiciones deplorables en que se encuentra el camino para percatarse que ahí no se invirtieron los 21 millones 980 mil pesos.
 
Se puede apreciar que no hay canales de desagüe y, claro, llueve y el agua se acumula provocando deslaves en las orillas.
 
Se ven hoyancos por todas partes. Y cuando llueve, los vehículos caen en ellos y no sólo se averían los autos sino que se han salido de la cinta asfáltica ocasionando accidentes.
 
En la carretera no se ven señalamientos en las curvas peligrosas, lo que incrementa el riesgo para los automovilistas.
 
El camino El Aserradero-Río Playas es el más importante de la zona rural. Dicen que es la columna vertebral que conduce a El Cerro de Nanchital y se conecta con la supercarretera Las Choapas-Raudales-Ocozocoautla, a la altura del kilómetro 59.
 
Transitar por ese camino es casi jugarse la vida. Hay que extremar precauciones porque en cualquier momento el automóvil puede caer en un hoyanco o salirse de la cinta asfáltica.
 
La carretera fue inaugurada el 5 de marzo de 2014. Lleva apenas un año y ya está peor que jodida. Circular en ella es un riesgo y lo que todos se preguntan es dónde quedó lo que se invirtió, los casi 22 millones de pesos.
 
Renato Tronco se hace guaje. Él tiene una doble responsabilidad: era alcalde cuando se realizó la obra y metió a su empresa, la Unión de Ejidos 25 de Abril del 2000, supuestamente para abaratar el costo. ¿Y la Ley de Obras Públicas, apá? ¿Y las licitaciones, apá? ¿Y la participación de otras compañías, apá? ¿Y las propuestas de otras empresas, apá?
 
Pues ya ven cómo quedó. Eso no es una carretera. Parece zona de guerra, llena de huecos, como si es hubieran arrojado granadas o bazukazos. Es un asco.
 
Mejor se hubiera asignado a una empresa responsable, a una compañía con buen historial, pero que no hubiera demeritado la calidad de la obra.
 
Pero dársela a la Unión de Transas 25 de Abril fue darle un negocio a Renato porque la obra iba a resultar una porquería, como muchas otras que ha realizado en Las Choapas.
 
Ahí le metieron 22 millones de pesos. Y eso sería lo de menos. Los recursos públicos son para eso. Pero no para que a un año de distancia la pavimentación ya no sirva.
 
Lógico que alguien salió ganando. Ese alguien es el Ratón Vaquero. Abatió el costo de la obra, la realizó con su compañía, le restó calidad y crecieron las utilidades. Y mientras, que los habitantes de la zona rural se frieguen.
 
Así de jodidas son las obras de Renato.
 
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