No la tronches, mi Patty. Ahora resulta que los que no escuchamos bien somos nosotros. Que los mal pensados somos los que estamos de este lado. Que los que les decimos que son un peligro, somos los demás. Y que la amiga de los migrantes eres tú.
 
Dice mi Patty Peña, la diputada por Coatzacoalcos, que ella ni madres que se disculpa por lo que dijo de los migrantes, hecho que la tiene en el centro de un escándalo nacional e internacional, pues los calificó de delincuentes.
 
Ayer la abordaron los chicos de la prensa y se puso a contar una historia que, de veras, de plano, sólo un sordo, un ciego o un loquito se la podría creer. Andaba por ahí, en lo de la instalación de la Coordinación Antisecuestro para el sur de Veracruz, cuando los medios le pidieron que respondiera a todo lo que ha suscitado su polémica declaración. Y en vez de salirle la humildad, le ganó la soberbia.
 
Dijo de entrada que ella no se disculpa, y que si quieren le echen a la CNDH y al CONAPRED, que para los dos tiene y hasta le sobra.
 
Respondió que ella sólo expresó lo que la gente le dice, que algunos migrantes cometen asaltos y se dedican a la prostitución. Rechaza que sea xenófoba, o sea que le tenga odio a la gente extranjera, a los no oriundos de esta región y que ha votado a favor de los migrantes en las iniciativas de ley que se han ventilado en la Cámara de Diputados.
 
Para la diputada por Coatzacoalcos, lo de la queja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos no tiene mayor problema. “Tengo que contestar y ya. Es algo normal. O sea, no es algo que me preocupe. Yo dije lo que tenía que decir. Yo las palabras que dije tengo cómo sustentarlas, tengo pruebas”.
 
Ajúa, chingao. Se envalentona la Patty. Y que no crean que porque anda en boca de todos, aquí en Veracruz, allá en México y acullá detrás de las fronteras, se echa pa’ tras la chamaca.
 
Es de kiwis la diputada. Y por si a alguien le quedara duda de que no se retracta, dijo que como diputada tiene derecho a expresarse.
 
No, pues de que sí pues sí. También mi perico tiene derecho a hablar, pero no sabe ni qué chingao anda diciendo el emplumado.
 
Así es la diputada federal. De que puede hablar, claro que lo puede hacer. Pero no para generalizar, para tachar a los migrantes de “peligro”, de decir que asaltan, se matan entre ellos y se prostituyen. Quizá unos lo hagan, pero no todos, que merecen nuestro respeto.
 
Patty Peña dice que los migrantes pueden ingresar a México, quedarse en las garitas, permanecer ahí hasta por 72 horas y continuar su camino.
 
Y le salió lo benefactora: “Yo lo que puedo hacer por ellos ya lo hice. Ellos tienen donde llegar. Si llegan en camión, caminando o lo que sea a una garita, tienen la seguridad de que ahí no les va a pasar absolutamente nada y van a tener 72 horas para poder seguir su paso y llegar hasta donde quieren llegar, Estados Unidos”.
 
Sí, por supuesto que sí. Pero eso no es lo que se escucha en la grabación con la que armó un torbellino poca madre, que provocó que la acusen de xenófoba y que le motivó que fuera denunciada ante la CNDH y el CONAPRED.
 
Ahí se le oye decir que los migrantes “salían, asaltaban. El paso de ellos es un peligro porque son personas que llegan sin dinero y asaltan, hacen cosas indebidas en la vía pública y, bueno, es que no es nuestra responsabilidad las personas que vienen de otros lugares, la responsabilidad que tenemos es con los nuestros, los mexicanos que nos dieron su confianza”.
 
También expresa: “Cerramos una casa en donde se les daba atención a los migrantes porque nosotros podemos tenerlos de paso, pero con los problemas que le ocasionan a los habitantes que viven cerca de estos sitios, se convierten en foco de asaltos y de prostitución”.
 
Señala que los migrantes “asaltan, se prostituyen, matan” y  agrega que “los gobernantes se deben y tienen la responsabilidad sólo con los mexicanos, más no con los indocumentados”.
 
Pero dice la diputada Patricia Peña que ella tiene como sustentar sus palabras y que no le preocupa que esté denunciada ante la CNDH y el CONAPRED. Asegura que no odia los migrantes y que lo que tenía que hacer por ellos, ya lo hizo.
 
Ah qué mi Patty. No quiere dar su brazo a torcer. Le está cayendo un diluvio encima y todavía se hace la digna. Ella montadita en su macho. Como que no le cae el 20 de que está metida en el pedo más grande de su vida.
 
Y óyela, güey. Primero muerta que pedir disculpas. Chale, maestra.
 
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