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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Hay que frenar el baño de sangre

10/04/2015 10:33 a.m.
Llegamos al tope. Nos alcanzó la violencia, la más cañona, la más sangrienta. Nos llenamos de miedo y se sacudió la sociedad. Y ahora a ver militares por todas partes.
 
Eso no es malo. Es, creo, lo mejor que nos puede pasar. Pasamos por una oleada de violencia que exigía acciones drásticas y poner fin a tanto terror.
 
En 10 días hubo ocho ejecutados. ¡Wow! Qué fácil es decirlo, pero eso es terrible. Nos cimbra a todos como sociedad y nos hace preguntarnos, ¿qué onda, dónde quedó la ley y los encargados de hacerla cumplir?
 
No, vato. Esto no es un film de narcos o una serie de pandillas, esto es realidad. No es El Barón del Mal ni el Señor de los Cielos. Tampoco es El Padrino o Caracortada. Es violencia real y ocurre en Las Choapas.
 
Mataron a Leoncio Deveze y a su empleado, a Felipe Sosa y a su pareja, a Jesús Alemán López y a su esposa, a los primos José Alfredo Jiménez Díaz y Luis Ángel Cabañas Díaz. Ocho en 10 días.
 
Pero lo más jijuesuchi es la violencia desmedida con que lo hicieron. A unos los torturaron, a una la violaron, a otros les sacaron los ojos, a otros les cortaron el pene, y a varios de ellos les dieron el tiro de gracia. Esto es terrible.
 
Todos nos electrizamos al ver algo así. Y todos pensamos que esa es la violencia que vivimos. Algunas me contaban lo que sintieron a ver esas noticias. Decían que sabe uno cuando sale de casa pero no sabe si va a regresar.
 
Fueron ocho sucesos que cimbraron a Las Choapas. Y a muchos otros lugares más. Y aún pienso que podría ser peor.
 
Lo que no sabemos es por qué. No sabemos qué conexión puede existir entre los ocho casos. No sabemos si es la misma banda de delincuentes. No sabemos si son ejecuciones ordenadas por la misma mente y si en todas está la misma mano criminal. O si se trata de grupos rivales. No lo sabemos.
 
Pero lo que ya estamos viendo es la presencia de militares que patrullan las zonas urbana y rural, que irán a las inmediaciones de la autopista a Ocozocoautla, que realizarán rondines para que la ciudadanía esté segura y para que los delincuentes frenen sus acciones.
 
Es un operativo coordinado entre el Ejército, la policía estatal y la policía municipal. Los soldados pertenecen al 44 Batallón de Infantería que tiene su sede en Ixhuatlán del Sureste.
 
Desde el miércoles 8 ya se observa la presencia de los militares. Y la verdad, qué  bueno. La sociedad merece estar tranquila, moverse a cualquier parte, tener la seguridad de que va a llegar a su destino, que sus familiares pueden andar por cualquier parte y nada le va a pasar.
 
En las últimas semanas esa tranquilidad se perdió. En cosa de 10 días se registró el baño de sangre que nos puso a todos con los pelos de punta.
 
Es como un thriller. Nos decían que habían encontrados dos cadáveres. Y no nos reponíamos del susto cuando ya estaba otra noticia similar: otros dos muertos. Y a los pocos días, otros dos muertos. Y finalmente los últimos dos.
 
Lo que también me pregunto es qué onda con la policía municipal y con la policía estatal. Ahí estaban y la oleada de sangre seguía. Con todo y policía levantaban a la gente y luego eran hallados sin vida, ejecutados de manera brutal, con signos de tortura y mutilados.
 
La violencia de los últimos días puso a pensar a más de uno. Tantos crímenes no es normal. Y más cuando ve uno tanta saña y tanto odio.
 
Ahora cuando menos ya están los militares y eso debe servir para corregir el problema de inseguridad, para que los delincuentes se larguen o para que se actúe contra ellos y las bandas sean desmanteladas. Eso permitirá recobrar la tranquilidad a que todos tenemos derecho.
 
No van a faltar los que digan que después del niño ahogado, tapan el pozo. Y pue’ que sí. Pero es mejor eso a que se sigan ahogando más niños. Y hay que traducir la frase a los episodios de violencia que vivimos. Más vale que se refuerce la vigilancia y no que haya más muertes.
 
Tuvo que entrar el ejército. Y cuando entra el Ejército o la Marina, ¡aguas! Es cuando la violencia ya rebasó a la autoridad civil. Y eso no le conviene a nadie porque las instituciones se debilitan.
 
Ojalá sirva para frenar el baño de sangre.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

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