¿Qué pasó ahí? La noche parecía plácida y tranquila y de pronto las llamas. Un incendio comenzó a consumir la vivienda. La gente gritaba y pedía auxilio. Se vivían momentos de angustia. Llamaron a las autoridades pero nadie acudió.
 
No es una escena de película. Es la vida real y sucedió en Isla, municipio que pertenece al distrito electoral de Acayucan. Es Veracruz y ocurre en pleno proceso electoral. La víctima es Liliana Janix Castro Muñoz, candidata a diputada federal por el Movimiento de Regeneración Nacional, el partido del Peje López Obrador.
 
Es un caso de violencia política, por supuesto que sí. Y no es el único. El de Liliana es el más reciente y estoy seguro habrá más porque, digan si no, esta elección ya se puso al rojo vivo.
 
Liliana Castro tiene las oficinas de Morena en la vivienda en que habita con su familia. Por eso lo dramático del caso, pues por fastidiarla políticamenete estuvieron a punto de matar a sus hijos.
 
Los hechos ocurrieron la madrugada de este lunes 13. Se despertaron en medio del fuego. Imaginémonos lo que es eso. Te despiertan las llamas, el calor infernal, los gritos, el no saber para dónde andar ni qué hacer, la desesperación, y sobre todo, sobre todo, el miedo a morir.
 
Pues así le pasó a la candidata de Morena. Sufrió una experiencia horrible, bien cañona, no sólo por lo que representó el atentado sino porque en ese momento no recibió el auxilio de la autoridad y así, impotente, vio cómo se consumió la vivienda en su totalidad.
 
Las reacciones no se han hecho esperar. La candidata de Morena pero por Coatzacoalcos, Rocío Nahle García, condenó el hecho y alertó que esto es de índole político.
 
Dice que en el lugar del siniestro hay huellas de gasolina que fue rociada alrededor de la vivienda, lo que implica un atentado criminal urdido por una mente enferma, donde no les importó si le arrebataban la vida a la candidata Liliana Castro, a su esposo y a sus dos hijas, quienes por fortuna lograron salir a tiempo y salvarse.
 
Se le habló al alcalde, a los bomberos, a la policía, a Protección Civil, a la Marina y al Ejército, pero nadie se presentó, lo que acrecienta las sospechas de que el gobierno pudiera tener las manos metidas en este incendio que pudo haber sido fatal.
 
En Xalapa, los pejistas salieron a las calles y se manifestaron también en una condena abierta, acusando al gobierno de estar detrás del atentado porque hay muchos elementos para suponer que esto no fue un hecho casual.
 
Aseguran que el incendio no lo provocó un cortocircuito, pues la candidata Liliana Castro se percató que la energía eléctrica funcionaba perfectamente. Lo cañón es que hay huellas de gasolina alrededor de la casa, que también sirve de oficinas a Morena.
 
Es un atentado por donde se le quiera ver. Es un ataque a una candidata a diputada federal por el distrito de Acayucan, donde el abanderado del PRI es Erick Lagos Hernández, de la cuadra de Fidel Herrera, el ex gobernador de Veracruz.
 
Por eso los manifestantes en Xalapa preguntaban si Erick Lagos tiene algo que ver con el atentado. Las preguntas que exhibían en cartulinas eran “¿Quién fue?” Y “¿Erick Lagos?”. Gruesos: eso no es duda, es acusación.
 
Los manifestantes de Morena exigen justicia y rechazan la intimidación a los candidatos de oposición. Se plantaron en Plaza Lerdo, en Xalapa, a la vista del gobernador Javier Duarte de Ochoa, atrayendo la mirada de todo mundo y logrando que la prensa le diera difusión al atentado.
 
Para el diputado panista Carlos Fuentes Urrutia, quien es presidente de Gobernación del Congreso estatal, pudiera tratarse de un asunto de género.
 
Dice que los atentados políticos se han perpetrado contra tres damas, sin importar su filiación partidista.
 
Una de ellas fue la presidenta del Congreso, la priista Octavia Ortega, a quien le arrojaron una bomba molotov a sus vehículo y se lo incendiaron. La otra es una candidata de Movimiento Ciudadano, según hizo público la presidenta de ese partido en Veracruz, Rosario Quirasco, quien reveló que se trató de una agresión aunque no aclaró si se presentó denuncia penal.
 
Ahora es el caso de Liliana Janix Castro Muñoz, de Morena, quemándole su vivienda en Isla, Veracruz, en el distrito de Acayucan donde el candidato del PRI, Erick Lagos Hernández, se está jugando su futuro político y hasta la posibilidad de ser gobernador.
 
Ahora que si no fue Erick Lagos, ¿quién fue? ¿Acaso alguien que quiere descarrilarlo? ¿O alguien que está manchando el proceso electoral en Veracruz?
 
(Comentarios y tips a: [email protected])