Qué asunto tan cañón. El fiscal de Veracruz llenándonos de mentiras, diciéndonos que no, que ahí sólo habían encontrado huesos de perro, y no era verdad. Negó que hubieran restos humanos y resultó que sí. Llegó el Ejército, la Marina y la PGR y que se derrumba el circo.
 
Todos hablan de ello. Todos andan escandalizados por las nuevas fosas clandestinas y los cuerpos que hallaron en el puerto de mis amores, el de Veracruz. Son restos, huesos, cráneos, y son de humanos.
 
El asunto comenzó en las redes sociales. Que si había fosas clandestinas en la carretera de Veracruz, que si había sido el crimen organizado, que si había que checarle por ahí del kilómetro 13, en un bar cerrado de la colonia Las Bajadas, que si fue por el olor a descompuesto que se pudo dar con los cuerpos.
 
Y que sale disparada la autoridad. Fueron los ministeriales con auxilio de la policía y escarbarle con lo que tengan. Y nada. Sale, un poquito más allá. Y nada. Ora por allá. Y nada.
 
Y el 27 de marzo, el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras toma el tema en sus manos. Ya saben. A lucirse ante la prensa. Condenó que hubiera gente sin alma que se pone a decir que hay fosas clandestinas y claro, los familiares de muchos desaparecidos se ponen nerviosos, quieren saber que pasó con los levantados, si son ellos o no. Salen corriendo a ver si aparecen los cuerpos.
 
Suelta pues el fiscal su célebre frase: “No había fosas, sólo se encontró el esqueleto de un perro”.
 
Zúmbale pues. Le dio carpetazo al rumor que corría en las redes sociales y que decía que ahí era cementerio clandestino, con fosas y cuerpos de los que no se volvió a saber ni mais.
 
“No se encontró nada”, decía el fiscal del gobernador Javier Duarte. Solo le faltó decirle a la prensa que lo asediaba: “a chingar a su madre, cabrones”. Le faltó darles su patada en el trasero y quitárselos de encima. El caso de las narcofosas en Veracruz ya era cosa del pasado.
 
Pero muy quitado de la pena estaba el fiscal Bravo cuando llegaron el Ejército, la Marina y la PGR. Ni le visaron. Se pusieron a escarbar. Y como era de esperarse, hallaron lo que él no encontró: las fosas y los cuerpos.
 
Peritos de la SEIDO llegaron con perros rastreadores y fueron checando metro por metro, en una labor que dio resultado el sábado pasado cuando hallaron los primeros restos. En un terreno arenoso de la zona norte del puerto de Veracruz, en la colonia Colinas de Santa Fe, había cinco cráneos, ropa ensangrentada y los restos de las personas como se decía en las redes sociales.
 
Qué les cuento. Se armó la grande. Mientras el fiscal de Veracruz se aventó el rollo del esqueleto de perro, los federales hicieron su chamba, escarbaron en el perímetro que les habían indicado y dieron con los cuerpos ya en estado de descomposición.
 
Ya nadie cree en el fiscal Bravo Contreras. Se la pasa mintiendo. Lo mismo hizo con Coatzacoalcos, cuando a principio de año hallaron las fosas clandestinas en las colonias Veracruz y Lomas de Barrillas. Ocultó todo lo que pudo.
 
En ese entonces se hablaba de 18 cuerpos hallados. Primero fueron seis. Después se cerró y ordenó que nadie se acercara. Y fue cuando se produjo el zafarrancho con los periodistas que intentaban captar imágenes del momento en que eran rescatados los cuerpos y trasladados en vehículos a la morgue. Fueron 18 cadáveres pero oficialmente no lo reconoció así.
 
¿Se acuerdan de las fosas de Tres Valles? Pues si no ha sido por el subprocurador que admitió que había más de 30 cadáveres, el fiscal lo hubiera negado. Los cuerpos se los llevaron a Xalapa y después serian dados por no reconocidos y a la fosa común. Al subprocurador lo corrieron por decir la verdad. Eso es ser un jijuesuchi.
 
Pues al poco tiempo otra vez. Hallaron otros 14 cuerpos en la misma zona pero esa vez lo negó el fiscal y nadie tuvo acceso a los cadáveres. Y ahí le dio carpetazo al asunto.
 
No sé qué sentirán los familiares de esos cinco muertos, cuyos cuerpos fueron encontrados al norte del puerto de Veracruz. Ha de ser gacho que una autoridad diga que ahí sólo había un esqueleto de perro y luego aparezcan las fosas, los cráneos, los restos y la ropa con huellas de sangre.
 
Eso es ser inhumano. Pero lo gacho para él es que llegó el gobierno federal, la PGR, el Ejército y la Marina y lo dejan en ridículo.
 
Ahora habría que ver cuántos hallazgos más de fosas clandestinas ha habido y se hace güey. Y cuántos cuerpos más habrá y el fiscal Luis Ángel Bravo hará todo lo posible por ocultarlo.
 
¿Sabrá que lo que está haciendo es un delito?
 
(Comentarios y tips a: [email protected])