Él creyó que Oaxaca era Veracruz, que llegaba y lo aclamaban, que abría la boca y los dormía, y que iba a ser una especie de Dios priísta al que todos habrían de reverenciar. ¿Y saben qué? Se equivocó Fidel Herrera Beltrán.
 
El día en que el líder nacional del PRI, César Camacho Quiroz, anunció que Fidel sería el nuevo delegado en Oaxaca, hubo quien expresó que ahí sería su tumba política. Y parece que así será.
 
Los oaxaqueños se pusieron en alerta, los que están en el PRI, pero sobre todo los que están fuera del PRI, en la oposición y hasta la gente del pueblo, los que ya están hartos de los priístas que quieren regresar al gobierno estatal, pues a Oaxaca lo gobierna Gabino Cué, de la oposición.
 
El día en que rindió su protesta, sí, hubo protesta. No fue una, fueron dos. La primera fue de Fidel. Aquella de “protesto cumplir y hacer cumplir los estatutos del PRI...” y etcétera, etcétera, etcétera. Y la que armó un grupo de priístas que están que se los lleva pifas porque al ex gobernador de Veracruz si algo lo distinguen son las mañas y que nada, nada, lo hace a favor de la gente de bien.
 
Dicen los relatos que Fidel Herrera tuvo que rendir la protesta a la carrera. Les habían avisado que se dirigía al PRI un grupo de priistas inconformes. Estaban alterados, en pie de guerra, dispuestos a sabotear la toma de posesión del nuevo delegado del PRI nacional en Oaxaca.
 
A Fidel no lo acompañó César Camacho, como se esperaba y como debió imaginar el ex gobernador de Veracruz. Le envió al secretario de Organización del PRI nacional, Encarnación López Alfaro, un dinosaurio que hace muchos años fue líder nacional de las juventudes priístas, poco después que Fidel Herrera presidiera esa agrupación, el llamado Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria, lo que hoy es el Frente Juvenil Revolucionario.
 
No fue una ceremonia de gran realce. Fue un evento de poca monta. Dirigentes estatales, líderes de sectores, militantes distinguidos, alcaldes y diputados. Y párele de contar.
 
Dicen las crónicas sobre el evento publicadas en algunos portales de internet, que de pronto les avisaron que se dirigía hacia allá un grupo de priístas con mala actitud, encabronados, que le iban a protestar a Fidel..
 
Y que le corren los vatos. Refieren las noticias que Fidel Herrera y los dirigentes priistas salieron por la puerta trasera y pegaron la graciosa huida. Unos dicen que lo manifestantes ya no llegaron. Otro que sí, que protestaron para que quedara claro que a Fidel Herrera no lo quieren ahí, en Oaxaca, por todo lo que hizo en Veracruz.
 
Han pasado los días y aquello sigue igual. Yo diría que peor. A Fidel Herrera le protestan por todo. Quizá pueda sofocar las broncas con los priistas pero hay otros grupos de la sociedad que no va a caer en su juego de palabras, en las promesas que suele hacerle a todos, en las mentiras que son su sello distintivo y en el engaño, que es lo que mejor sabe hacer.
 
Ayer jueves el conflicto lo armaron los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, los de la CNTE. Había que ver. Le hicieron pintas en paredes, graffitis improvisados donde no importaba si tenían toque artístico sino lo que decían, el mensaje que trasmitían a la sociedad.
 
Se pusieron cañones. Llegaron a la sede del Comité Directivo Estatal del PRI y le plantaron una leyenda directa: “Fuera Fidel Herrera Asesino”.
 
Chale, güey. Duro y a la cabeza. Se la cantaron de frente, en la puerta principal, en el acceso a la sede priísta.
 
Esos maestros están agrupados en la Sección 22 del SNTE. Son los maestros disidentes, que han advertido que realizarán una serie de movilizaciones para boicotear las elección federales del 7 de junio.
 
Dicen ese es un solo paso. Van a seguir agitando al estado, que no van a dejar que haya elecciones, como consecuencia de las reformas estructurales, entre ellas la educativa, que echó a andar el gobierno de Enrique Peña Nieto
 
A Fidel Herrera lo enviaron allá. Le pusieron una papa caliente en las manos. El mismo día en que asumió el cargo de delegado del PRI nacional, sintió el rechazo de los oaxaqueños. Ahora son las pintas de los CNTE en el edificio del PRI, donde lo tachan de asesino.
 
Quizá imaginó que iba a operar como lo ha hecho en Veracruz. Sólo que Oaxaca es más pesado porque los priistas de allá ya lo conocen y no lo quieren, y porque los maestros de la CNTE lo va a traer a los bandazos.
 
“Fuera Fidel Herrera Asesino”, dice la pinta en la fachada del PRI. Y eso es sólo el comienzo.
 
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