Lléguele temprano. Abra la llave. Acérquese. Escuche, escuche bien. Sí, un discreto sonido del aire que escapa por la tubería. ¿Y el agua? Simplemente no hay. Y así a mediodía, en la tarde o por la noche.

 

La suministran de madrugada y allá el afortunado que pudo llenar cubetas y tambos, y también los que tienen un aljibe.

 

Es el penar de los veracruzanos del sur. Sí, de todo el sur, pues esto es como premonitorio, como apocalíptico, como de “cuando el estiaje nos alcance”. Y resulta que ya nos alcanzó.

 

Ya no es sólo el caso de Coatzacoalcos con su super bronca de la presa Yuribia, que los habitantes de Tatahuicapan han usado para sacarle dinero al gobierno. Pidan y se les dará, dice la Biblia. Y ellos, los campesinos, son re bíblicos.

 

Se la pasan amenazando con que van a tomar la presa y cortar la tubería y adiós agua para Coatza. Así cualquiera afloja. Les dan su lanita y se calman una temporada hasta que se agota el dinero y regresan por más. El cuento de nunca acabar.

 

Hay uno que no duerme por la falta de agua en Coatza. Es el alcalde Joaquín Caballero Rosiñol. Hizo construir más de 20 pozos de alivio, los echó a andar, la gente se quejó porque era agua de mala calidad. Ahora dice que hay problemas y que no se han podido interconectar los pozos. Y la escasez de agua está cañona.

 

La gente tiene lo nervios crispados. Muchos compran pipas de agua o se bañan con agua de garrafón, pero porque tienen dinero para enfrentar ese gasto. Otros, que son la mayoría, no pueden. La gente de escasos recursos no dispone de agua y al ayuntamiento vale madres para atender las necesidades de la población.

 

Vamos a Acayucan. Ahí el panorama es extremadamente preocupante. En la zona rural, en las congregaciones y ejidos la gente anda irritada. Los pozos artesianos están en su mínimo nivel. Y el cuete es qué va a suceder cuando por el calor se sequen los pozos. Entonces vamos a entrar en una crisis de poquísima.

 

En Cosoleacaque la gente se puso bronca. Tomaron dos días las oficinas de la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz en protesta porque por más de un mes no les suministraron agua.

 

Mediante pipas se reparten más de 50 mil litros de agua al día. Así alivian parte del problema en decenas de colonias. Pero la solución de fondo no llega. Habían prometido perforar un pozo profundo y no lo han hecho.

 

Ahora Minatitlán. Uno puede ver a la gente llenando agua extraída de pozos artesianos, que la gente tiene en el interior de sus viviendas. Y los que pueden, los comparten.

 

La gente compra garrafones con agua purificada. Pero no todos. A los que les da el bolsillo, adelante, pero los que son pobres, a buscarle a ver quién te deja tomar el líquido de sus pozos.

 

También en Minatitlán el agua que hay, que es poca, ya no llega del Yuribia. Se desató la crisis de los habitantes de Tatahuicapan contra Coatzacoalcos y los acuerdos que les firmaron fueron drásticos. Agua sólo para Coatza y el resto se queda en la sierra para no agotar el yacimiento.

 

En Agua Dulce, en Las Choapas, en todo el sur de Veracruz es el mismo problema con el suministro de agua. El asunto ya reventó.

 

CAEV prometió muchas cosas. Dijo que perforaría pozos y no lo hizo. El estiaje viene cañón y no hay un plan para enfrentar la crisis que esto provocará.

 

Uff. El calor a todo lo que da y cada vez hay menos agua. Y no solo es el caso de Coatzacoalcos con sus broncas de la presa Yuribia. El estiaje nos está pegando parejo, desde Acayucan hasta Agua Dulce y Las Choapas.

 

Uff, les digo. Es requetegacho sudar la gota gorda, que abras la llave, que no salga el agua, que en todo este tiempo la CAEV, las CMAS, los sistemas de agua, no hayan podido perforar más pozos.

 

Se han dedicado a cobrar la cuota mensual que los usuarios pagamos. Pero no hay inversión en el sistema hidráulico. No rehabilitación las líneas de conducción, ni los pozos ya existentes, ni se perforan otros nuevos.

 

Uno se pregunta a dónde va a parar lo que se cobra en los sistemas de agua, cuando que debiera servir para comprar nuevos equipos, tenerlos al 100 por ciento, hallar nuevas fuentes de abastecimiento, hasta potabilizar el agua de los ríos porque si algo tenemos son cuerpos de agua.

 

Es super gacho abrir la llave, escuchar que pasa el aire y que no caiga ni una gota. Pero esa es la realidad que nos tocó vivir.

 

Se puede prescindir de todo, pero, a ver, díganme, quién puede vivir sin agua.

 

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