Órale mi Fidel. Que se pone frente al espejo, que se inspira y nos dice que la guerra sucia se la deja a los políticos sucios. ¡Salud!

Cosas que hay que ver. Uno de los políticos más marrulleros, no sucio, cochinísimo, experto en enlodar a sus enemigos, como es Fidel Herrera Beltrán, hablando de que la marranada está del otro lado.

 

Soltó una frase que no tiene desperdicio:

“El PRI no caerá en descalificaciones y mi responsabilidad de cara al próximo 7 de junio es de trabajo con la ciudadanía y de resultados con la militancia para obtener el carro completo”.

 

Y qué decir de esta otra:

“La guerra sucia se la dejamos a los políticos sucios. Nosotros vamos por propuestas, empleos, inversiones, oportunidades y progreso por Oaxaca”.

 

¡Sopas! Repito: “La guerra sucia se la dejamos a los políticos sucios”. Sí, lo dijo Fidel Herrera Beltrán. Y yo, como muchos, pues no sólo no le creo sino que me pongo a recordar que este personaje es el arquetipo de la política de lodazal.

 

Fidel soltó esa en Oaxaca, en la toma de protesta de la comisionada político-electoral en el distrito de Oaxaca, Rebeca Cervantes Navarro. En los días previos se había desatado la filtración de videos y fotografías comprometedoras de algunos candidatos que terminaron siendo la comidilla de todos.

 

Fidel, tan fresco como una lechuga, respondió a los señalamientos de la prensa. No se enganchó y hasta ahí todo iba bien. No le dio cabida a la especulación y a que se diga que dudó de este o de aquel. Pero bien pudo decir que sobre el tema no iba a hablar y ya.

 

Pero le ganó esa forma tan de él, tan propia de Fidel. Se fue de la lengua y dejó a todo mundo con el ojo cuadrado y con ganas de echar memoria y recordar que si de algo no puede presumir, es de limpieza política.

 

El PRI, según el ex gobernador de Veracruz, no le entrará a la guerra sucia; eso es para los políticos sucios. Y que se arma el desmadre.

 

Y cómo no si Fidel es uno de los íconos de la corrupción y de la guerra sucia contra sus adversarios. Le gusta el escándalo, sobre todo cuando el personaje involucrado le disputa algo. O cuando tiene que quitar del camino a políticos rivales que siente que son como piedras en el zapato.

 

En Veracruz, cuando fue gobernador, eso hacía. Les armaba unos pedotes en la prensa, los azotaba, casi los llevaba al MP y a los tribunales y después los soltaba.

 

Pudo con todos y sólo le quedó Miguel Ángel Yunes Linares. Yunes sí que le ha dado lata. Fidel Herrera le lanza de todo, a través de líderes del PRI o de políticos aliados o través de la prensa. Pero Yunes sigue ahí.

 

En la campaña de 2010, Fidel pretendía bajar a Yunes Linares y evitar que le ganara la gubernatura a Javier Duarte, postulado por el PRI. Desató una campaña que incluyó la publicación de un panfleto donde se decía que el panista era pederasta, que golpeaba mujeres, que le ponía sus catorrazos a la esposa, que andaba con la diputada Silvia Monge. Bueno, sólo le faltó que dijeran que era un peligro para México.

 

Le sacaron que había dejado escapar al Chapo Guzmán cuando era subsecretario de Prevención Social del gobierno de Fox. También dijeron que era narco. También sacaron que saqueó al ISSSTE y que era amante de Elba Esther Gordillo.

 

Financió Fidel Herrera a los 400 Pueblos y los hizo asediar a Yunes y a Dante Delgado, quien también era candidato a la gubernatura por la coalición PRD-PT-Movimiento Ciudadano. Ahí andaban los encuerados tapándose el rabo y los genitales con las fotos de Yunes y Dante.

 

Como gobernador de Veracruz, mandaba a enlodar a todos sus enemigos, a empresarios que le disputaban algún proyecto, a líderes sindicales que no jalaban con su gobierno, a grupos estudiantiles que se oponían a la manipulación de la Universidad Veracruzana.

 

Y ahora sale con que el PRI no le entrará a la guerra sucia porque, según Fidel Herrera, eso es para los políticos sucios.

Pues de ahí eres, papito. Fidel Herrera pervirtió la política en Veracruz, acabó con la ética política, llenó de lodo a sus adversarios y hasta correteó a sus rivales.

 

 

Pero Oaxaca es otra cosa. Y está bien que lo piense para entrarle a la guerra sucia. En Oaxaca se va a enfrentar a grupos radicales, de esos que lo van a reventar a la primera.

Ya tuvo una muestra. Cuando llegó como delegado del PRI nacional, le pintarrajearon la fachada de la sede priista.

 

Le pusieron que era un asesino y que se fuera. Esos fueron los maestros. Así lo van a tratar los demás. Y todavía sale con que la guerra sucia se la deja a los políticos sucios.

Mira nomas que ahora me salió muy decente. Sí, cómo no.

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