Verdes son las canas que nos están sacando. No son verdes porque cuiden el ambiente, ni porque sean una esperanza, ni por simple cuestión cromática. Los del Partido Verde son una lacra que está jodiendo a México.

 

Comenzando con su líder, el asunto está que apesta. El tal Jorge Emilio González Martínez, el Niño Verde, es un ladronzuelo de altos vuelos, de moches y sobornos, que trafica influencias, que le rompe su máuser a las zonas protegidas y que hasta está implicado en el crimen de la modelo búlgara Galina Chankova Chaneva. Ese es el Niño Verde.

 

El partido está integrado por una punta de inútiles que como él, han lucrado con los cargos públicos, que hoy son diputados y después senadores, que vuelven a ser diputados y al rato son senadores de nuevo.

 

El papá del Niño Verde, el Viejo Verde, es otro jijo bien hecho. Jorge González Torres fue el que se alió con el PAN, con Fox, el que le puso algo de votos y con eso pretendía que lo hicieran secretario de Medio Ambiente. Lógico, lo mandaron al carajo pues a decir verdad, el PVEM no vale una secretaría de estado.

 

Encabronados porque Fox les pateó el trasero, se fueron con el PRI. En todas elecciones aparecen. No hacen nada, no acarrean gente porque no la tienen, no operan porque no tienen estructura electoral, no son factor decisivo para hacer ganar o para hacer perder al PRI.

 

Pero le sirven de máscara. Los verdes le sirven al PRI para postular candidatos que no son aceptados por los priistas. Los postula el Partido Verde y el PRI se adhiere a la candidatura.

 

No se sabe cuantos votos reales tiene el Partido Verde Ecologista de México. En las elecciones el PRI le otorga un porcentaje de los que coseche. Y cuando en las boletas electorales aparecen votos por el Verde, proviene de priistas que reciben línea para votar en ese sentido.

 

Esa cosa llamada PVEM es uno de los peores inventos que ha dado la democracia mexicana. Le cuesta un mundo de dinero al erario y sostenerlo duele como si a uno le patearan un kiwi.

 

Por esencia son tramposos. Están en el poder porque el PRI los usa como patio trasero donde echa su basura, o sea a sus candidatos repudiados, y así les da vida política.

 

Y les digo que son tramposos porque violan todas las normas electorales para promoverse. Por eso el Instituto Nacional Electoral los trae a chingadazo puro. Los multa y multa, alcanzando cifras que nunca antes se había visto en el régimen de partidos en México.

 

La última multa es de 322 millones de pesos, equivalente a sus prerrogativas económicas de todo 2015. Antes ya le habían aplicado otros 188 millones de pesos en sanciones.

 

Todo parte del abuso en que ha incurrido el PVEM en la difusión de spots en televisión, triangulando pagos a Televisa y TV Azteca desde las cámaras de diputados y senadores, e incluso con aportaciones de particulares, violando la ley y violándola también los empresas de televisión porque pasaron por encima del INE.

 

Lo que los verdes difunden son sus logros legislativos. Dicen, por ejemplo, que no lograron la pena de muerte a secuestradores, como proponían originalmente, ni la cadena perpetua, pero sí 140 años de cárcel.

 

Se vanaglorian de que a propuesta suya el gobierno da vales de medicamentos en las instituciones de salud si las farmacias de los hospitales no cuentan con ellas.

 

Pero de los asuntos torales del país no dicen nada. El PVEM aprueba todo lo que propone el PRI: reforma energética, laboral, de telecomunicaciones, educativa, fiscal, económica. Ahí sí ni chista. No la cuestiona. Simplemente la acata y ya.

 

La historia del Partido Verde es vergonzosa. El PVEM no pertenece a la red de partidos verdes a nivel mundial porque se le cataloga como un partido satélite del PRI, que no defiende el medio ambiente, que hace negocios con los recursos públicos, que va en contra del bienestar de la población.

 

Usa la base de datos del padrón electoral para enviar sus kits verdes, con playeras, gorras, mochilas, a los ciudadanos, en otra violación a las normas electorales.

 

Es un juguete del PRI, dice el líder estatal del PRD en Veracruz, Rogelio Franco Castán. Por el Verde llegan los juniors de los priistas corruptos, como Fidel Herrera Beltrán. A Javier Herrera Borunda lo harán diputado. Y seguro Fidel será senador.

 

Más de 150 mil mexicanos suscribieron una petición para que le fuera cancelado el registro oficial. El PAN hizo lo propio ante el INE. Y en respuesta, el PVEM incrementó su publicidad masiva, violando todo lineamiento electoral.

 

El Partido Verde es una carga económica para el INE, vive de los impuestos de los mexicanos y encima viola la ley. ¿Hasta cuándo, güey?

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