Tenía dos opciones y escogió la peor. Pudo decir que esa no era su voz, que lo imitaron y que fue otro el que discriminó a los indígenas. Pudo decir que no era él. Pero lo admitió y quedó como un personaje que discrimina y es racista.
 
La verdad, a mí me repateó. Sí, me repateó y me repatea escuchar que el tipo que encabeza la próxima elección federal, la del 7 de junio, se burla gacho de los indígenas, de cómo hablan, de cómo se expresan y cómo piden no ser ignorados.
 
La verdad, les digo, no se vale. Lorenzo Córdova Vianello es el presidente del Instituto Nacional Electoral y él, quizá más que nadie, debe tener un sentido claro de la igualdad, de lo que son nuestras raíces, nuestras etnias, la gente que le dio origen a México.
 
Enfrenta un escándalo porque una conversación telefónica le fue grabada. Ahí se mofa de un dirigente indígena, luego de un curso de asesoría que le dio a grupos étnicos que solicitan la creación de la sexta circunscripción electoral, lo que facilitaría la postulación de candidatos pluris de origen indígena.
 
El curso se realizó el 23 de abril. Lorenzo Córdova habló con uno de sus subalternos en el INE y lo que dijo, y que quedó grabado, le provocó una tormenta de poca abuela.
 
Corre audio:
 
“Había uno, no mames, no te voy a mentir, te voy a decir cómo hablaba este cabrón.
 
“Yo jefe, gran nación chichimeca, vengo Guanajuato. Yo decir aquí o diputados, para nosotros, yo no permitir tus elecciones.
 
“No sé si sea cierto que hable así ese cabrón, pero no mames.
 
“O vio mucho Llanero Solitario, con eso de toro cabrón, cabrón, no mames, sólo le faltó decir ‘yo gran jefe toro sentado, líder gran nación Chichimeca’, no mames, no mames, está de pánico cabrón.
 
“Habría que escribir crónicas marcianas del INE.
 
“Está de pánico, o acabamos muy divertidos o acabamos en el psiquiatra de aquí, cabrón”.
 
¡Uppps! y super ¡uppps!
 
El jijuesuchi de Lorenzo Córdova se pasó de lanza. Hacer mofa de la forma de hablar de un líder indígena, está de pelos. Pero compararlo con el personaje del Llanero Solitario está peor.
 
Unas horas antes hasta se tomó la foto con ellos, luego de concluir el curso de asesoría a los líderes indígenas, y después sale y que se burla del modo de expresarse de uno de ellos. Y todavía dice: “Yo, gran jefe Toro Sentado, líder gran nación Chichimeca”.
 
El asunto le provocó ataques de risa. Gozaba con las burlas y todavía dijo que era como para escribir Crónicas Marcianas del INE, a lo que el tipo con el que dialogaba recordó al autor del libro, Ray Bradbury.
 
Se la pasaron chido. Se comieron vivo al líder indígena. Pero se tragaron el chicle los muy imbéciles cuando se enteraron que estaban siendo grabados. Sale la conversación y excuso decirte, güey, que se arma la grande.
 
Entonces tragó camote. No negó lo que dijo, pero le pareció más grave que lo hayan espiado.
 
Lorenzo Córdova se deshacía en disculpas para con los indígenas. “Mis respetos a los derechos indígenas y hacia toda minoría ha sido patente a lo largo de mi trayectoria como académico y como servidor público”.
 
Sí claro. Y nosotros tan pendejos que nos lo creemos.
 
Después de eso se dedicó a condenar el espionaje, que le hayan grabado la conversación, que hayan filtrado sus palabras a la opinión pública.
 
Lorenzo Córdova movió al INE y éste formuló una condena al espionaje. Dice que se trata de desprestigiar al INE, que de por sí está mas que desprestigiado, y presentó una denuncia en la Procuraduría General de la República.
 
Puede decir lo que quiera el presidente del INE, pero su racismo es innegable. Es un tipo sin moral que lo mismo habla, sonríe y se toma la foto con indígenas, y de ahí sale a burlarse de ellos.
 
Lo preocupante es que Lorenzo Córdova, un personaje que desprecia a la gente marginada, sea quien encabece la elección del 7 de junio. Es un mal augurio.
 
Ningún presidente del máximo órgano electoral, cuando lo tenía el gobierno bajo su control y cuando se ciudadanizó, había sido exhibido con ese nivel de racismo. Nunca oímos a Woldenberg, a Luis Carlos Ugalde, a Andrés Albo Márquez, a Valdés Zurita o a María Larván, decir algo semejante de los indígenas.
 
Lorenzo Córdova así se expresa de ellos. Sólo que esta vez, con una grabación telefónica, por supuesto ilegal pero reveladora, se pudo conocer el desprecio que les tiene. Su voz lo delata.
 
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