Hágase pues el recuento de daños y hállese a los culpables. Y ante los hechos vandálicos, el conato de incendio en instalaciones de la Sedesol federal en Xalapa y el bombazo molotov en las instalaciones del INE, la oposición lanza la sospecha sobre el PRI y el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
 
Pue’ que así sea. Pue’ que sí porque al único partido que le conviene que la gente no salga a votar es al PRI. Y al único que le conviene que el PRI siga mandando es al gobernador porque si gana la oposición, segurito que lo van a encarcelar.
 
Por lo pronto, comenzaron las acusaciones. Que si fuiste tú. Que si al PRI le conviene la violencia para sembrar miedo y que la gente se abstenga de votar. Que si con el voto duro, la elección está ganada.
 
Eso es de lo que los acusa la oposición. En Oaxaca los que tomaron las instalaciones de las juntas de INE eran maestros de la Coordinadora de la Educación, todos con la cara descubierta, sin temor a ser identificados. En cambio, los que cometen desmanes e intentan quemar oficinas de gobierno en Veracruz, generalmente se cubren el rostro.
 
Y de ahí parten las sospechas. No porque estén paranoicos o quieran enrarecer aún más el clima electoral sino porque los diputados de oposición en Veracruz ya no se la creen que aquí los desmanes ocurren por pura casualidad.
 
Se pregunta Fidel Robles Guadarrama, del Partido del Trabajo en el Congreso estatal, qué hace la Fiscalía General de Veracruz porque siempre y para todo encuentra a los presuntos culpables y los presenta y los encarcela.
 
Pero ahora no. Pasan las horas y el fiscal Luis Ángel Bravo nos está quedando a deber los chivos expiatorios que suele usar para dar muestras de su eficiencia. Los que quemaron la Sedesol actuaron de madrugada y los del INE eran 30 cabrestos encapuchados y pues nomás no aparecen.
 
Tiene razón. El fiscal siempre lanza sus borregazos y hace como que hace justicia. Pero la verdad, más tarda en encarcelar gente, que estos en salir.
 
Y ahora no se ve que le entre a lo de los ataques de los anarquistas. Incendian parte de la Sedesol en Xalapa y del INE y no hay un solo detenido.
 
Cuauhtémoc Pola, diputado de Movimiento Ciudadano, también sospecha. Dice que hay lugares, como Papantla, que son focos rojos y puede verse vulnerado el voto popular.
 
Carlos Fuentes Urrutia, legislador panista y secretario de la Comisión de Gobernación, asegura que lo que se está provocando es ingobernabilidad y que la gente, por miedo, no salga a votar.
 
Sostiene que la quema en Sedesol y el INE es estrategia del PRI porque si la gente sale a votar, “evidentemente el PRI no ganaría”. Son acciones violentas para que haya miedo. La gente está descontenta y hay desencanto y eso puede tumbar del poder a los priistas.
 
Fuentes Urrutia había pedido que se reforzaran las instalaciones del INE con elementos federales, pero nadie atendió su llamado. Ahora, expresa, quieren tapar el sol con un dedo.
 
Jesús Velázquez Flores, del PRD, dijo que el ataque a las oficinas de INE “abona a que los ciudadanos no quieran salir a votar el 7 de junio.
 
Coincide en que los actos violentos del lunes 1 de junio pudieran haber sido perpetrados por gente pagada para que la sociedad se abstenga de votar.
 
El abstencionismo siempre ha sido aliado del PRI. Lo hace ganar. El vacío que dejan los electores permite que el tricolor se alce con la victoria con solo sacar a su voto duro a las casillas. Lleva a la gente afiliada a los programas sociales y con eso le basta para tener la votación mínima para obtener el triunfo.
 
Pasan pues las horas y en Veracruz no hay culpables. Los ataques fueron realizados por gente encapuchada. Dicen que eran unos 30 los que llegaron al INE. Entraron y arrojaron las bombas molotov aunque algunas no estallaron. Pintaron las paredes y expresaron su repudio a la elección.
 
Pero al gobierno de Javier Duarte de Ochoa parece que no le preocupa en lo más mínimo. Ni se mete, ni le aporta información a la autoridad federal. Y tampoco a lo de la Sedesol, que tampoco se empeña en esclarecer los hechos.
 
Y así se va generalizando la idea de que alguien con poder está agitando y sembrando pánico para que los electores se abstengan de salir a votar, lo que facilitará que el PRI gane la elección con la gente a la que le compra el voto.
 
Si a esas vamos, lo que la sociedad debe hacer, es ponerse la pilas, desafiar lo que haga el PRI y el gobierno y acudir a las urnas. Con la fuerza de la ciudadanía y su derecho a votar, las cosas pueden cambiar.
 
Por ahora, las sospechas apuntan al PRI y al gobernador Javier Duarte de Ochoa.
 
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