Hay veces que no entiendo al pueblo. Y esta es una de ellas. Nos quejamos, mentamos madres, rajamos contra el gobierno, que porque son ratas, que porque nos exprimen, que porque no nos dan servicios, que porque ellos roban y nadie los toca. Y cuando podemos echarlos del poder, nos cruzamos de brazos.
 
Y sí, esta es una de esas veces que podemos convertirnos en dueños del circo y hacer que los políticos corran y salten, que se suban a la cuerda floja y caminen en ella, arriesgando se den un pinche porrazo, pero no lo aprovechamos.
 
Muchos en casita, domingueando, paseando, viendo el futbol, viendo a los ratoncitos verdes de la selección, viendo que son unas natas que ni pa’l futbol llanero sirven, en vez de ir a las urnas y darle sentido al voto.
 
Y les digo, muchos güeyes puro quejarse pero no actúan. Y siendo abstencionistas nada se resuelve, se le deja la mesa servida a los políticos para que sigan hinchando la billetera.
 
Pues hubo elección de diputados federales. ¿Y qué creen? El abstencionismo fue del 60 o 70 por ciento. O sea, votaron unos cuantos y eso le favorece al PRI porque con su voto duro le da para ganar.
 
En Coatzacoalcos se pusieron las pilas los ciudadanos y se dieron el gusto de madrear al PRI. Los pejemorenos festejaron en cuanto terminaron de contabilizar sus actas y proclamaron el triunfo de Rocío Nahle García, a quien ahora sí se le hizo porque hace tres años, cuando era perredista, la derrotó el priista Joaquín Caballero.
 
Pero lo de Coatza no pasó en los otros distritos del sur de Veracruz. En el distrito XIV, de Minatitlán, los resultados favorecen al PRI. José Luis Sáenz Soto encabeza la votación en la zona urbana. Morena, con María Elena Oloarte, va en segundo, gracias a los votos de los choapenses, y el candidato del Partido del Trabajo, Javier Soberano, le sigue en tercer lugar aunque hay reportes que ganó en Uxpanapa e Hidalgotitlán.
 
En Cosoleacaque, todo indica que se la va a llevar el junior del cacique, Cirilo Vázquez Parissi, no tanto porque lo quieran sino porque mister Rodeo, Víctor Manuel García Palacios, no pegó como se esperaba, y la candidata del PAN, Lilia Bahena Corbalá, no le cae bien ni a sus compañeros de partido.
 
Acayucan pintaba que fuera para Morena, pero la candidata Liliana Castro Muñoz no obtuvo el respaldo de los electores ni pudo con la compra de votos de Erick Lagos, el ex secretario de gobierno.
 
En otras partes del estado de Veracruz le fue mejor a la oposición. En Xalapa urbano y rural la cosa pinta Morena. En Boca del Río y Veracruz, panista. En Poza Rica, perredista. Quizá Córdoba, Orizaba y Zongolica se le complique el tricolor.
 
Pero yo me pregunto qué tiene que pasar para que el pueblo salga y se ponga las pilas, que se faje los pantalones y exprese su repudio a un gobierno que no nos representa, que está metido en transa y media, que tiene estancado al estado de Veracruz. Y nosotros, cuando tenemos la oportunidad de darles su patadita en el traserito, preferimos quedarnos en casa, irnos a la reunión familiar o echarnos el infumable partido de la Selección Mexicana, que por cierto, resultó un pinche asco tanto porque los ratones verdes juegan del carajo como por el pobre espectáculo de los brasileños que a punto estuve de pedir que regresaran Pelé, Zico, Bebeto, Romario, Ronaldo y Ronaldiño.
 
Una parte del problema es la clase política. La otra parte somos nosotros. Ellos nos joden y nosotros nos dejamos joder. Así de fácil.
 
Los políticos van por todas. Llegan a una alcaldía a hacer dinero. Piden diezmo por cada obra asignada. Y el contratista que quiere la obra, a pagar. Les dan su corta los inspectores de comercio, los policías, los que autorizan los permisos de construcción, hay miles de pesos que se manejan de manera subterránea.
 
Los diputados usan el cargo para hacer relaciones y dinero. No, si levantar el dedo es uno de los mejores oficios que tiene este país. Y también salirse de la Cámara cuando hay votación o aprobar una ley o una iniciativa del presidente. Lo pagan bien.
 
Pero ellos están ahí porque nosotros lo permitimos. Podemos salir a votar y no lo hacemos. Podemos expresar nuestro rechazo a que haya tanta inseguridad, falta de empleo, educación de mala calidad, falta de hospitales y medicamentos, pero no, primero la hueva, después nuestra responsabilidad.
 
Holgados los triunfos de la oposición en Boca del Río y Veracruz, en Orizaba, pero no el sur, a excepción de Coatzacoalcos.
 
Pudimos hacer más, aprovechar el desmadre en que tienen convertido al país y salir a dar un voto de castigo, pero no quisimos.
 
Los que votamos, bien. Un aplauso, mis estimados. Los que no, que no se quejen, que no lloren, que no reclamen. Porque tuvieron la decisión en sus manos y prefirieron callar. Para ellos una trompetilla.
 
México y Veracruz andan mal. Pero los que no hacen nada por cambiar a través de un castigo a los malos partidos y a los malos gobernantes, están peor.
 
Ahí será para la otra, vatos.
 
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