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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Ahora, todos quieren ser "broncos"

10/06/2015 08:09 a.m.
Este México es un circo. Un payaso llamado “Lagrimita” se postula para diputado federal; un futbolista, Cuauhtémoc Blanco, será alcalde de Cuernavaca, y un político al que apodan “El Bronco” se registra como candidato independiente y será gobernador de Nuevo León.
 
No son los únicos. Ahí está Carmen Salinas, nuestra célebre Corcholata, nuestra actriz de películas picantes, o la clásica lépera de arrabal, que se trepa en los hombros del PRI y llega a la Cámara de Diputados, seguro, seguro, a transformar al país.
 
De todo ello destaca Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, que mandó al carajo al PRI hace un año, cuando supo que no le darían la candidatura -¿Y si se la hubieran dado?- y se lanzó al ruedo. Y que sacude al electorado.
 
“El Bronco” tuvo el apoyo de los empresarios y del periódico El Norte. Con eso le bastó. Hubo dinero y difusión. Así enfrentó al PRI y comenzó a despuntar en las encuestas, abriéndose paso, dejando atrás a los partidos políticos que ya tienen hasta la madre a la gente.
 
La gente se enganchó con “El Bronco”. Cuando se dieron cuenta de su avance, lo quisieron parar, le sacaron trapitos al sol y hasta le inventaron propiedades que no tiene e historias de corrupción que no existen. Y Jaime Rodríguez las rechazó y las capitalizó creciendo electoralmente.
 
“El Bronco” se volvió un fenómeno político. Uno de los candidatos, el ex gobernador Fernando Elizondo, de Movimiento Ciudadano, declinó a su favor. La del PRI, Ivonne Álvarez, no le llegó ni a los talones.
 
Y claro, ahora todos quieren ser candidatos independientes. Aquí en Veracruz, en el DF, en cada rincón de nuestro México lindo y querido.
 
Por ejemplo, ahora que se avecina la minigubernatura de dos años para Veracruz, ya varios se apuntan para ser candidatos independientes, sobre todo aquellos que pertenecen al gobierno actual y que ven el asunto como una extensión del “Año de Hidalgo”.
 
La cosa no es tan sencilla. “El Bronco” tenía su arraigo, era conocido, era bien visto por un sector de la sociedad. Fue alcalde de García, municipio conurbado a Monterrey, pero hace un año dejó al PRI, despotricando contra las mafias de las que formó parte y a las que ahora acusa de adueñarse de la política y de los recursos de la sociedad.
 
Aprovechó que la legislación de Nuevo León se ajustó a la reforma electoral. Por eso pudo ser candidato independiente. Traía base y estructura para contender, pero no encajaba con los intereses de los grupos de poder, con los proyectos de los grupos locales y con los de la gente del centro, los de Peña Nieto y los de Beltrones.
 
Entonces se lanzó por su cuenta. Y, aprovechando el hartazgo social, para el que, paradójicamente, había contribuido desde el PRI, se convirtió en un fenómeno político al que muchos desdeñaron, al que vieron crecer, al que combatieron, al que quisieron desplomar con encuestas que lo ubicaban en tercer lugar.
 
Al final, “El Bronco” ganó y su ejemplo cundió entre muchos, que hoy ven fácil ser candidato independiente.
 
Óyelos pues hablar que si en Nuevo León se pudo, en Veracruz también se puede. Sí, güey, cómo no. Se ve fácil pero no cualquiera logra mover un millón de votos que es lo que se requiere para ganar Veracruz.
 
Acá ya dicen que el senador José Francisco Yunes Zorrilla va a ser independiente si el PRI no le da la candidatura. La gente de Fidel asegura ellos harán lo mismo. Ya veo al Erick Lagos o al Cisne Silva o quizá a Jorge Carvallo y hasta al hijo de Fidel Herrera inscritos para contender por la gubernatura.
 
Una cosa es que te digan “El Bronco” y otra que seas una rata al que lo persiguen las broncas. Y eso es lo que pasa con la gente de Fidel y del gobernador Javier Duarte de Ochoa. Pura bronca, pura transa, pura corrupción, puro conflicto, puro grilla, chingándose la lana del pueblo.

Y del otro lado igual. Si no es Miguel Ángel Yunes Linares es Miguel Ángel Yunes Márquez o Fernando Yunes Márquez. Y si no, entonces Julen Rementería, el gallego, o Juan Bueno Torio, el cordobés. Uta, los mismos de siempre. A los panistas también les hace falta su Bronco para que se embronque la cosa.
Hoy, todos quieren ser broncos, al fin al cabo lo que sobra es hartazgo social.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

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