Héctor Yunes Landa nos resultó El Señor de los Cielos. Sí, muy volador el valedor, se mueve en helicóptero, le piden que explique el derroche y sale con que no es suyo ni lo renta, se los prestan sus amigos. Y a ver cuántos se lo creemos.

Por acá nos cayó el senador veracruzano, en una aeronave matrícula N421PB, y ya saben, presumidillo el vivillo. Dice que el va a ser el próximo gobernador porque trae las encuestas de su lado desde hace seis años y que cuando en los sondeos indican lo mismo hasta tres veces es que va por ahí la candidatura del PRI.

Vino a Las Choapas en visita relámpago a participar en un evento estatal de charrería. Habló de sus aspiraciones, de su recorrido por todo Veracruz, ya sin rubor alguno, como si fuera el elegido de los priistas desde ahora.

No podía faltar la pregunta sobre lo que pide el diputado del PAN, Juan Bueno Torio, que conmina a Yunes Landa a esclarecer de dónde saca para pagar sus viajes en helicóptero en los que promueve su candidatura al gobierno de Veracruz.

Yunes Landa respondió que a él no le cuestan los helicópteros, que se los prestan sus amigos, que hasta le regalan el combustible y por supuesto, lo va a seguir haciendo. Y cada vez que podía decía que el elegido es él.

Un asunto como el de Héctor Yunes y los helicópteros es para ponerse a pensar. No es tan superficial como pudiera parecer. Le presten los helicópteros o no, es un derroche. Y lo peor es que el senador todavía se regodea presumiendo que en su proyecto están metidos empresarios de buen billete.

Yunes Landa debió decir quiénes son esos empresarios que tienen helicóptero y que se lo ponen a su disposición. Lo menos que debe hacer quien aspira a un cargo del nivel de una gubernatura, es transparentar sus acciones.

Deja ver el senador veracruzano su grandísima soberbia y las ganas de expresar que sus amigos son potentados, con helicóptero a su alcance.

Aquí lo sensato sería preguntar quiénes son esos amigos con tal poder económico que pueden facilitarle un vehículo aéreo y además correr con los gastos.

No dudo que Héctor Yunes tenga su lana. Tampoco que sus amigos sean adinerados. Pero también lo he visto moverse entre caciques y políticos de mala fama, de la peor calaña, muchos de ellos acusados de corrupción, de joder al pueblo o a sus gremios.

Uno de ellos es Renato Tronco Gómez, para quien tuvo disimulo, silencio y complicidad cuando todo apuntaba que el gobierno de Veracruz lo llamaría a cuentas por su mal gobierno en la alcaldía de Las Choapas.

La corrupción del polémico personaje está documentada. Existen pruebas de la forma abusiva en que gobernó Las Choapas, valiéndose de la protección que le dio Fidel Herrera y después Javier Duarte, quienes no hicieron nada por aplicar la ley cuando se descubrió su enriquecimiento, la asignación de las obras públicas a la Unión de Ejidos 25 de Abril, el uso particular de las patrullas de Seguridad Pública y los constantes atropellos de la policía municipal contra la población.

Entre los amigos de Héctor Yunes se cuenta Renato y seguro los veremos en campaña y quizá como secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca, porque en política los favores se pagan.

Esos empresarios y esos caciques son los que han gozado de “la plenitud del pinche poder” durante décadas, desde los tiempos de Miguel Alemán Velasco en la gubernatura, desde que Yunes Landa era subsecretario de gobierno.

Les digo que lo de Héctor Yunes hay que observarlo con cuidado. Diría que hasta con lupa.

No todos los días alguien anda exhibiéndose y pregonando que va a ser gobernador de Veracruz. Eso está bien para los que traslucen desesperación.

Yunes dice que él va a ser. Y quizá por eso no le importe el derroche que implica usar helicópteros que, sea quien sea el que lo pague, es dinero desperdiciado.

Qué imagen da que un aspirante a ser candidato del PRI al gobierno estatal, como Yunes Landa, ande por todo Veracruz en helicóptero, cuando los municipios y el estado ni siquiera se cuentan con ambulancias para transportar enfermos graves a hospitales dignos, ya no se diga un helicóptero o avión.

Yunes Landa actúa con imprudencia y sin tacto. Tanto nos quejamos de Fidel Herrera y de Javier Duarte y el que dice que viene para Veracruz es igual. ¿Qué puede ofrecer si no más de lo mismo?

Ya sabíamos cómo era Héctor Yunes. Lo que no sabíamos es que es El Señor de los Cielos.

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