A veces quisiera no ser rasposo. Quisiera ser cordial y diplomático. Quisiera llamar a la cordura y a la reflexión. Pero no puedo. Me acuerdo que estoy en Veracruz y se me olvida. Me enchila que el gobierno se pase de berenjena, que piense que al pueblo se le puede exprimir y también reprimir.

 

¿De dónde tanto coraje? Pues por el nuevo reglamento de tránsito. Porque eso no es para corregir nada, ni para enderezar al que maneja mal, ni para meter al orden a taxistas y camioneros. Es para joder al pueblo, güey.

 

Nos pasan a arder con las multas estratosféricas, con los requisitos para circular, con las condiciones para vender en la vía pública, con la forma de protestar y hasta con el lugar que debe ocupar el peatón cuando camina por las banquetas. Sólo les faltó que no quisieran cobrar por respirar.

 

Voy a los hechos: Por arrojar objetos o desechos, basura pues, en la vía pública, dos mil 48 pesos; por no utilizar el cláxon en términos del reglamento, 682; por emitir sonidos que rebasen los 75 decibeles, dos mil 48; por falta de silenciadores de escape o mofles que no sean de fábrica, cinco mil 530; por emitir humo negro, azul o ruido en exceso, seis mil 828.

 

Otra tanda: Por no dar parte a la autoridad cuando ocurre un accidente, tres mil 414 pesos; por colisionar con otro vehículo por no respetar el uno por uno, dos mil 389; por abandonar el lugar de los hechos, por abandonar a personas lesionadas o por mover un vehículo accidentado, cuatro mil 96.

 

Por transitar con un vehículo en malas condiciones mecánicas, mil 24 pesos; por traer el parabrisas roto o estrellado y que eso afecte la visibilidad, dos mil 799; por no contar con limpia parabrisas o que no funcione bien, por no contar con espejos retrovisores o por no traer llantas en buen estado, mil 24; por no tener frenos en buen estado, tres mil; por portar topes o tumbaburros, dos mil 48; por no contar con extintor, 682; por no traer llanta de refacción, mil 24; por falta de herramienta complementaria, 819, y por no contar con señalamientos en caso de accidente o reparación, cuatro mil 96.

 

En el caso de quienes manejan en estado de ebriedad, ahí sí que se encajen, que cumplan con su arresto de 24 a 36 horas de prisión cuando superan el .50 y cuatro mil 438 pesos; a los que superan el test de alcoholemia en .40, multa de cuatro mil 96; a quien conduce en estado de ebriedad y causa daños, cuatro mil 779; a los operadores del transporte público que conduzcan con sus copas encima, cinco mil 121.

 

Otra: por abandonar un vehículo que presente falla mecánica o repararlo en la vía pública cuando no se trate de una emergencia, multa de dos mil 48 pesos; colocar algún objeto para apartar espacio en la vía pública, multa de dos mil 389 pesos. Ya me imagino a los comerciantes que creen que la calle es suya.

 

Lo peor se lo llevaron los taxistas. Si llevan pasaje y pretenden hacer servicio colectivo, la multa es de 23 mil 898 pesos; por prestar servicio inseguro e ineficiente, por vehículo en malas condiciones o por negarse a prestar el servicio, multa de seis mil 28 pesos.

 

Por cargar combustible con pasajeros a bordo, cuatro mil 779 pesos; por llevar pasajeros de pie, cinco mil 530; por realizar servicio fuera de ruta, 17 mil 70.

 

Y está lo de la falta de licencia de conducir, o tenerla vencida, o los motociclistas que no usan casco protector, o que llevan pasajero menor de edad, o no prender las luces después de las seis de la tarde, o estacionarse en doble fila, o afuera de centros escolares, o en lugares para personas discapacitadas o mujeres embarazadas, o conducir usando audífonos, con exceso de velocidad o de manera temeraria. Para todos hay multa.

 

Lo de menos es eso. A quienes expongan la vida de los demás, que se los atoren. Pero lo que hay en el fondo es la ambición. Las multas son estratosféricas y con la intención de meterle lana a las arcas del gobierno, o que las mordidas suban de precio. Eso es todo. Sacarle al pueblo lo que ellos han robado a manos llenas.

 

Y la otra tiene que ver con que ahora los vendedores de los cruceros tienen que sacar un permiso en el ayuntamiento para realizar esa actividad. Otra vez sacarle el dinero al pueblo.

 

Además, el nuevo reglamento reprime la manifestaciones. Quieres marchar, quieres protestar, a darle aviso a las autoridad con siete horas de anticipación.

 

Óigame no. Qué ganas las del gobernador de andarse metiendo en caminos de once varas.

 

¿Y cuánto le cobramos nosotros, el pueblo, a estos imbéciles por gobernar mal, por robarse el dinero que tienen en las tesorerías, por darse vida de reyes con el dinero de paga la sociedad, muchas de ellas productos de las multas de tránsito? ¿Cuánto?

 

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