La historia: En un cajero automático, dos funcionarios de la Sedesol ordeñaban las tarjetas de más de cien ancianos beneficiarios del programa 65 y Más. Hacían la transa cuando fueron sorprendidos por policías municipales de San Andrés Tuxtla, Veracruz. Los detuvieron y al ser consignados se armó la grande.
 
La historia es de ahora, de este fin de semana. Los detenidos están en la cárcel. Salieron en la foto con las credenciales y el billete. Y claro, en seguida se le armó al delegado estatal de la Secretaría de Desarrollo Social, Marcelo Montiel Montiel.
 
Hace poco el tal Marcelo enfrentaba otro caso similar. El senador Alejandro Encinas, quien fuera líder del PRD y jefe de gobierno del Distrito Federal, reveló que le llegó un paquete de documentos, videos, audios y un relato de cómo se roban el dinero de los programas sociales y que los responsables son gente de Sedesol.
 
Encinas presentó denuncia sin que hasta la fecha se haya resuelto y sin que el gobierno federal haya dispuesto alguna acción contra Marcelo Montiel.
 
Después que Encinas lanzó la bomba, el Partido Acción Nacional hizo lo mismo. Dio detalles del robo y comenzó a subir a internet los videos que describían el modus operandi de los saqueadores de Sedesol.
 
En los videos, algunos ex trabajadores de Sedesol acusaban a los funcionarios más allegados al delegado estatal de robarse el dinero de los beneficiarios, falsificando firmas y usurpando sus nombres.
 
Todo apuntaba a Marcelo Montiel. Lo conminaron a que renunciara al cargo de delegado para que se pudiera realizar una investigación imparcial. Y quienes lo pidieron tenían razón. Es una desgraciadez usar los recursos federales de beneficencia pública para su bolsillo personal.
 
Marcelo Montiel financió una fuerte campaña mediática para, lagrimeo de por medio, sacudirse de encima las sospechas de saquear Sedesol. Pero no todos le creyeron.
 
Lo que ocurrió es artero y criminal. Tomaron los recursos sociales y los desviaron a campañas políticas y para el bolsillo de su camarilla.
 
Así se la pasó Marcelo, llorando como Magdalena, haciendo conferencias de prensa en las que exhibía documentos para decirle a todos que las pruedas presentadas no eran auténticas y que todo era falso.
 
Marcelo salió a sacudirse la sospecha. Mostró comunicados entre funcionarios de Sedesol que hablaban de cómo aplicarían el dinero para cierto número de beneficiarios.
 
Parecía gato boca arriba. Decía que los cobros no se realizaban en cajeros bancarios, sino a través del telégrafo. También afirmaba que las cantidades mencionadas en los videos no correspondían a los presupuestos considerados por Sedesol.
 
Es decir, todo era mentira. Marcelo Montiel hizo todo por evitar que se creyera que alguien se estaba robando los recursos de los programas sociales. Y pudo sofocar el escándalo.
 
Pero este fin de semana el asunto se actualizó. Dos ex trabajadores de Sedesol en Veracruz fueron sorprendidos cuando cobraban cantidades de dinero usando credenciales de beneficiarios de programas sociales.
 
Uno se llama Eduardo Martínez Pedraza y el otro Domingo de Jesús Cinta García, quienes tenían en su poder más de 100 tarjetas Banamex transfer, usadas por los beneficiarios para cobrar lo que les asigna la dependencia federal.
 
La policía los sorprendió cuando estaban en un cajero bancario en San Andrés Tuxtla. Vio una actitud sospechosa al momento en que extraían el dinero. Los detuvo y cuando se les interrogó, soltaron la sopa.
 
Ahora investigarán por qué tenían en su poder tantas tarjetas bancarias y cómo obtuvieron el NIP, la contraseña de acceso a las cuentas para realizar el cobro.
 
Tan campante que andaba Marcelo Montiel. Creía que ya nadie recordaba los videos que dieron a conocer el senador Encinas y el PAN, y que provocaron que lo acusaran de haber estado usando los recursos de Sedesol para sus proyectos políticos. Y de pronto, un domingo en el que nadie se preocupa de nada, ¡sopas!, que le caen a los dos ex empleados con las tarjetas y el dinero en su poder.
 
Marcelo se gastó una buena lana en aquella operación mediática para lavar su imagen y al final la detención de los empelados de Sedesol hicieron que todo reiniciara.
 
Seguramente esta es la punta de madeja del evidente y comprobable saqueo.
 
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