¿Fue Fox? ¿Fue Yunes? ¿Fue Houdini? ¿Fue Copperfield? ¿Quién fue? Se pela El Chapo y hay fiesta en el zoológico político, sobre todo en el área de los dinosaurios, o los narcodinosaurios, y hasta entre sus narcofans que saben que uno de los suyos alcanzó la libertad.

 

Ufff y recontra ufff. Pues no fue Fox, el ex presidente emergido del PAN, ni Miguel Ángel Yunes Linares, al que Fidel Herrera y sus jijos políticos responsabilizan de la fuga de 2003. Esta vez fue Peña Nieto y su gobierno, justo cuando el preciso andaba por las Europas con su majestuosa comitiva en su visita “histórica” a Francia.

 

Pues menudo putazo el que se ha llevado Quique Mentirín, el Peña Miento como le dicen los pejezombies, que hace año y medio presumía la detención encarcelamiento de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, cuando la naval, previa orden de la DEA, lo atrapó dándole un besito a su esposa y jugueteando con sus gemelitas en Mazatlán.

El Chapo se peló la noche del sábado 11 como a él le gusta, por un túnel, como de película, o como serie de Telemundo, algo así como el Señor de los Cielos. Fue al baño, supuestamente a bañarse o a lavar sus enseres personales, y un rato después ya no se supo qué onda.

 

Las notas dicen que se prendieron las alarmas. Lo buscaban por todas partes. Empezaron a detener al personal del penal de máxima seguridad del Altiplano, en el estado de México. Al rato ya lo sabían los medios de comunicación y poco después se hizo el anuncio oficial.

 

¡Y pum! Estalló la bomba. El Chapo Guzmán se fuga por segunda ocasión, como nadie antes en un penal de alta seguridad en México. Bueno, sólo Chucho El Roto se peló más veces de San Juan de Ulúa hasta que le metieron un plomazo y sanseacabó.

 

El Chapo, como cualquier otro narco, como cualquier otro preso famoso, no se fuga así nomás que porque sí. Se pela ayudado por los de adentro, por los custodios y el alcaide de la prisión y los de penales federales y los de Gobernación y todos los que integran esa nueva casta a la que llamamos narcopolítica.

 

Esto es un escándalo. Dos veces, sí, dos veces lo han detenido y dos veces se ha fugado El Chapo, para fortuna de todos aquellos en el gobierno, los dinosaurios, la peor porquería que tiene el sistema político, que ahora de cierta forma pueden estar tranquilos porque ya no hay peligro, porque lo que no haya dicho El Chapo hasta ahora, ya no lo dirá, y muchos nombres quedarán, por ahora, en secreto.

 

Una fuga así no se hace sólo porque los custodios y el director del penal están de acuerdo. Aquí se requiere que lo decidan y lo autoricen los políticos, o narcopolíticos, los pinches dinosaurios, que están en el ajo, aquellos que financian sus campañas con dinero del crimen organizado, los que encubren a los capos y a los cárteles completos.

 

Sobre los dinosaurios cabalga El Chapo, no como don Quijote sobre Rocinante, ni como El Cid sobre Babieca, ni como Alejandro sobre Bucéfalo, ni como Pancho Villa sobre Siete Leguas. No, porque esos son héroes imaginarios o reales, pero héroes al fin.

 

En cambio, El Chapo es un antihéroe. Es un criminal sanguinario, que ordena crímenes, que ordena mutilar gente, que aniquila al que puede, que corrompe a policías, jueces y políticos, y que envenena a millones de personas con la droga que trafica.

 

Que esté en la cárcel es lo normal. Que se haya fugado es lo anormal.

 

 

Y vuelvo a preguntar. ¿Quién lo dejó ir? ¿Fue Fox o Yunes? No, ahora fueron los priístas, la gente de Peña Nieto, los que están en el poder, los del gobierno, los que tienen las llaves de los penales.

 

 

Poderoso caballero es don dinero. Eso lo sabe El Chapo Guzmán. Con dinero se abren las cárceles y se puede salir oculto en un tambo de ropa sucia, como lo hizo la primera vez que se peló, en los tiempos de Fox, y con dinero se hacen de la vista gorda y cierran los oídos los custodios, el alcaide y otros reos para hacer como que no se dan cuenta que se perfora un túnel bajo el penal del Altiplano.

 

 

Los dinosaurios se venden caro. Siempre lo han hecho. Los dinosaurios del sistema, los priístas, los narcopolíticos saben lo que representa Joaquín El Chapo Guzmán libre, lo que les deja a sus cuentas bancarias porque la protección del gobierno tiene precio y es alto, pero sobre todo, ellos se cotizan caro y él está dispuesto a pagar el precio.

 

 

Sin un sistema político como el mexicano, con una clase política integrada por dinosaurios, por una narcopolítica tan descarada, difícilmente El Chapo Guzmán se habría podido fugar de la prisión. Pero se fugó porque así les conviene.

Inches güeyes. Tales para cual.

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