Aquí, en asunto de fugas y de reos, también tenemos lo nuestro. Son de película, espectaculares, a punta de balazos, en 3D, con funcionarios de reclusorios involucrados, como si los presos fueran personajes de La Gran Fuga, Papillón o Escape Mortal.
 
Me viene a la memoria con la huida del Chapo, esa que ni usted, ni yo, creemos, pensando todos que hicieron el túnel para el despiste pero que en realidad salió por la puerta grande, casi con reverencia de los custodios, escoltado y pisando la alfombra roja.
 
Echemos la vista atrás. Viajemos en el tiempo. Es 2011. Es 19 de septiembre, día en que recordamos el sismo que destruyó una parte de la ciudad de México. Ese día hay otro sismo, en Veracruz, que sacude al sistema penitenciario, pues nada más en una noche se les fueron 32 reos de tres penales. Wow.
 
Sí, 32 reclusos de un chingadazo. De La Toma, en Amatlán, se pelaron 16; de Duport Ostión, en Coatzacoalcos, 12, y de Cosamaloapan, 4. Todo sucedió en la madrugada del lunes 19 de septiembre y se le llamó La Fuga Maestra.
 
Claro, esa misma tarde el gobierno de Veracruz presumía que se había logrado la recaptura de 14, pero nunca lo pudo acreditar, pues años después la cifra oficial es de siete. De los demás ni el recuerdo quedó.
 
De los fugados, 15 de los reos eran por delitos de orden federal y 17 del orden común, según reveló el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, quien en ese entonces tenía a su cargo el sistema penitenciario de Veracruz. Después, ante la ineficiencia y la sospecha, las cárceles pasaron a control de la Secretaría de Seguridad Pública, donde han seguido siendo un desastre.
 
Qué golpe. El gobierno durmiendo y los reos escapando a punta de pistola. Dicen que en Coatza los custodios se pusieron muy sácalepunta. Los que fueron por lo reclusos le dijeron “éntrenle o háganse a un lado”. Y mejor los dejaron pasar. En esa fuga se fueron criminales cañones.
 
El caso es que fueron 32 en una noche. Algunas versiones hablaban de 42. El gobierno salió con que ya había capturado a 14, el mismo día de la fuga. Pero en septiembre de 2014, a través de la solicitud de información número 00732014, o sea tres años después, la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz confirmó que sólo siete reos fueron recapturados.
 
La fuga de peligrosos delincuentes de las cárceles son una muestra del nivel de complicidad entre políticos y mafiosos. En ese tenor, el grupo que mal gobierna y que peor administra Veracruz se sabe bien el ritmo y la tonada. Aquello fue un escándalo que hizo ver al gobierno de Javier Duarte de Ochoa como una coladera penitenciaria.
 
En el penal Duport Ostión muchos recuerdan cómo pasó. Llegaron los sicarios. Fueron amagando a los custodios, línea por línea. Tiraron bala para que vieran que el asunto iba en serio. Y así les fueron abriendo las puertas. Adentro ya estaban avisados los reos. Y así se fueron yendo.
 
Al principio todo era confusión. Los periódicos informaban de lo ocurrido, pero hubo versiones que alarmaban. Decían que el ex alcalde de Las Choapas, Antonio Pouchoulén, y el ex líder petrolero y ex alcalde de Minatitlán, Pablo Pavón Vinales, estaban en calidad de rehenes.
 
Fue un escándalo porque nunca se había producido una fuga masiva, de manera simultánea, en tres penales de Veracruz.
 
Lo del Chapo es otro rollo. El tipo es un super criminal, famoso porque trafica droga en todo el mundo, porque tiene una fortuna incalculable, porque es el delincuente número uno del mundo, porque ha podido corromper a gran parte del gobierno mexicano, incluidos altos integrantes de la policía, e incluso su escolta principal es un desertor del Ejército Mexicano.
 
El Chapo es el único que ha podido escapar del penal de alta seguridad del Altiplano, como antes lo hizo del penal de Puente Grande. Y lógico, le ayudó la corrupción, pues dice El Popeye, el sicario mayor del narco colombiano Pablo Escobar Gaviria, que mínimo tuvo que pagar unos 50 millones de pesos.
 
Aquello está de poca madre. Es una vergüenza para el gobierno de Peña Nieto. Pero de lo de Veracruz no es cosa menor. Eso de que se pelen 32 reos, en tres penales, a la misma hora, en las barbas de las autoridades, es corrupción.
 
Es el sistema penitenciario veracruzano. Los directivos de las cárceles se entienden con los reclusos, les dejan el poder. Los reos cobran sus cuotas y al que no paga, lo madrean. Y cuando hay orden de que salgan, ocurre la fuga.
 
Así pasó en Amatlán, Cosamaloapan y Coatzacoalcos. Fue en 2011. Se evadieron 32, capturaron a siete y de los más nadie supo nada más.
 
Así que acá también se nos fugan los reos.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])