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Juan Ciudadano

Los Gobernados

El médico y el torturado

07/08/2015 08:51 a.m.

Siempre lo mismo. Y no sé por qué, pero ya les gustó Las Choapas para el levantón, la tortura, la desaparición, la confesión para mitigar el dolor y no seguir siendo golpeados y hasta la fosa clandestina. No sé por qué, pero siempre es así.
 
Ahí está el caso Poblete. El médico Mario Poblete Hipólito recibió a un lesionado. Traía diversos golpes en el cuerpo y una herida en el cuello y cara. Lo atendió y curó sus heridas. Para efectos de registro, pidió el nombre del personaje y lo consignó en su reporte. Hasta ahí todo normal.
 
Supuestamente normal. Eso ocurrió en septiembre del año pasado. Antier 5 de agosto todo cambió. Lo aprehendió la policía, dizque porque falseó un documento para hacer creer que ese personaje fue torturado.
 
Tenía que pasar casi un año para que su vida cambiara, para que estuviera refundido en un penal, enfrentando una denuncia penal porque su simple firma en un documento puede hacer caer al fiscal general de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, y enviar a prisión a un grupo de policías ministeriales.
 
Uta pa’ caso. ¿Qué entraña? Tortura policíaca, violación del debido proceso, intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y que muchos, muchos cabrones, vayan a parar a la cárcel.
 
Cuando el doctor Mario Poblete atendió a aquel personaje no sabía de quién se trataba. Era José Armando Salinas Linares, “El Panadero”, acusado de haber participado en el secuestro y asesinato de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes, en Coatzacoalcos, entre julio y septiembre de 2014.
 
Los policías lo llevaron con él. Poblete cumplió con su labor. En la Cruz Roja atendió al paciente y le pidió el nombre: José Armando Salinas Linares.
 
Unos días después se enteró que el detenido estaba implicado en el secuestro y muerte de la niña, pero ese no era su problema. Él cumplió su labor.
 
Al paso del tiempo, el abogado del “Panadero”, Enrique Rentería Zavaleta, requirió que certificara que lo había atendido médicamente en Las Choapas. Así lo hizo porque así fue. Ese testimonio demostró que el “Panadero” estaba lesionado porque lo sometieron a tortura y que los policías ministeriales no lo pusieron a disposición de ninguna autoridad judicial, como era su obligación legal, sino que lo mantuvieron incomunicado.
 
Con esos elementos de prueba, el abogado Enrique Rentería Zavaleta trabajó un juicio de amparo cuya trascendencia es mayor a lo que pudiera imaginarse: quedaría libre Salinas Linares y quedaría impune el crimen de la niña Karime Alejandra, ya que “El Panadero” es el único detenido por ese delito. Sus supuestos cómplices no aparecen y se presume que por lo menos uno de ellos fue torturado y se les quedó en las manos a los agentes.
 
El fiscal Luis Ángel Bravo sabe las consecuencias de que se demuestre que Salinas Linares fue torturado para implicarse en el secuestro, reconociendo una culpa que no es suya. El caso se desplomaría y sería el último descalabro de su carrera.
 
Por eso, tanto el médico Poblete como el abogado Rentería fueron acusados de falsificación de documento, no únicamente para invalidar su testimonio sino para que terminen sentenciados y en la cárcel, y dejen de estar jodiendo al fiscal Bravo.
 
Poblete fue internado en el Cereso Duport Ostión, de Coatzacoalcos. A Rentería trataron de aprehenderlo en Xalapa y como no pudieron, porque se negó a descender de su auto, lo llevaron a Coatza trepado en una grúa. En el vehículo iban su esposa y sus dos hijos.
 
Rentería ingresó al penal, presentó su amparo provisional concedido por el juez de distrito y salió.
 
Les decía que ya les gustó Las Choapas para los casos explosivos. Si levantan a alguien en otro municipio, lo traen acá. Si la policía tortura para que los detenidos se involucren, lo hacen acá. Si se trata de fabricar culpables o chivos expiatorios, qué mejor que Las Choapas. Si se les pasa la mano y tienen que sepultarlos en fosas clandestinas, aquí es el paraíso.
 
No soy de los que meten las manos al fuego por nadie. No lo hago. Pero en este caso le creo más al doctor Poblete que a la Fiscalía. Tantas veces hemos visto que levantan gente, los golpean y los hacen declararse culpables, que ya no creo en la autoridad.
 
Lo más cañón es que si la autoridad inventa delitos y hace que la gente se incrimine, entonces nos preguntamos quiénes son más delincuentes: ¿los acusados o los que los acusan? Y eso es crisis de confianza.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

 


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