Como chinampina, así, seco, como una chingaderita, tronó el alcalde. Alzó la voz, dijo que no aplicaría el reglamento de tránsito estatal y horas después reculó. Bueno, así se dice en mi pueblo. Echó reversa y a tragar camote, güey.
 
Qué papelón el de Joaquín Caballero Rosiñol, alcalde de Coatzacoalcos. Muestra agallas, se pone más bronco que El Bronco y que Buganza, dice que en su municipio no acatarán el reglamento por sus multas excesivas y porque el pueblo está preocupado, y que él está de lado del pueblo. Y uno dice, pa’ su mecha Joaquinín, de dónde te salió lo machín.
 
Eso fue a buena hora del domingo 16. El boletín 992/2015 fue subido al portal del ayuntamiento de Coatza a eso de las 3 PM. Y claro, se sacudió no sólo Coatzacoalcos sino Xalapa. Qué digo Xalapa, el palacio de gobierno. Qué digo palacio de gobierno, el gobernador Javier Duarte.
 
También se prendieron las alarmas en unos 200 municipios que están que se los carga la mother porque el mentado reglamento de tránsito lo único que pretende es recaudar vía infracciones y exprimir al automovilista vía extorsión, y eso va a tener un costo político y, sobre todo, electoral. Traducción: voto de castigo contra el PRI.
 
Por unas horas el alcalde Caballero fue un héroe. Si lo había hecho él, pues ahí van todos, en tropel, como bufalitos, animados por la rebeldía del edil de Coatza.
 
De Miguel Ángel Yunes Márquez ni extrañó. Desde un principio dijo que ese reglamento no lo aplicaría en Boca del Río. Pero Yunes junior es panista y es hijo de papá y cada que tiene oportunidad se le para de frente al gobernador.
 
Pero de Caballero quién lo iba a pensar. Es priísta, le debe la alcaldía al gobernador Javier Duarte y siempre ha sido institucional. Así que cuando sale el comunicado que señala que no se aplicaría el reglamento de tránsito estatal, hubo cohetes, globos y festejo.
 
El comunicado oficial decía que Coatzacoalcos haría uso de su autonomía para aplicar en su jurisdicción un Reglamento de Tránsito diferente al estatal. Se refería al reglamento municipal, aprobado por el cabildo en marzo pasado.
 
Explicaba que la Ley de Tránsito para el Estado de Veracruz permite que los municipios elaboren sus propios reglamentos de tránsito y los apliquen. En los reglamentos es donde se estipulan las multas correspondientes a las diversas infracciones.
 
“Estamos poniendo especial atención en los montos de las sanciones y en la facultad de usar la amonestación verbal como la primera de las opciones en caso de faltas que no pongan en riesgo la vida de las personas”, decía el comunicado del ayuntamiento joaquinista.
 
Y luego presumió: “Lo que podemos asegurar a la gente de Coatzacoalcos es que puede estar tranquila de que tendremos un reglamento sin multas exorbitantes, ni daremos pie a abusos de parte de la autoridad”.
 
Pues el día pintaba para ser histórico. Después de Coatza vendrían otros municipios a sumarse a la revuelta, siempre y cuando hubieran aprobado su reglamento municipal de tránsito.
 
Pero el gozo se fue al pozo. Cuando todos pensaban que Joaquín Caballero tenía bien amarrados los calzones, que se le caen.
 
A las 9 PM el comunicado 992 fue bajado del portal del ayuntamiento de Coatzacoalcos y del área de prensa municipal comenzaron los telefonazos indicándole a los reporteros de la fuente y a los jefes de redacción que no pelaran el boletín. Y hasta ahí, sin dar mayor explicación.
 
No se sabe en qué momento le bajaron el calzón a Joaquín Caballero. No se sabe si fue el gobernador, si fue el secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, o si fue el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, pero de que lo acalambraron, lo acalambraron.
 
Ahora no sabe qué es mejor, si meter la cabeza en la tierra o ponerse careta o si tomar un curso en la Academia Cantinflas para hablar de todo y no decir nada.
 
Le preguntan qué pasó, si lo apretaron, si fue un paso en falso, si negoció, y lo único que hace es balbucear y decir incoherencias super cañonas.
 
“Estamos trabajando de manera muy cercana con Tránsito del Estado para que los operativos que se puedan instrumentar participe la Contraloría Ciudadana, que recientemente se ha renovado, para que podamos garantizar que se preserve la vida humana y tengamos garantizados mecanismos para vigilar que la vida humana sea lo más importante y participe la sociedad civil”, respondió entre evasivas.
 
Pues será el sereno, pero de que lo apretaron, lo apretaron. Y cuando todos pensaban que la decisión de Joaquín Caballero era un bazukazo contra Duarte, resultó una pinchurrienta chinampina.
 
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