Vio a su papá y le preguntó: ¿puedo ver la tele? Sí —respondió el cruel padre—, pero no la prendas.
 
Parecido le ocurre a miles que acudieron por su tele digital, por su pantalla, porque ya en diciembre a chiflar a su máuser las analógicas. Y el que vio, vio, y el que no, ya se fregó. No recibirán señal. Podrán hacerlo mediante decodificadores o con las cajitas que dan los sistemas de cable. Fuera de eso, a escuchar la radio o ver internet. Se acabó la función.
 
Y les digo que se parece al niño que le pide permiso a papá para ver la tele y éste le dice que sí, pero que no la prenda.
 
Así está el gobierno. Llama a la gente más jodida, a los más pobres, a todos los que tiene afiliados en los programas sociales de la Sedesol y dizque hace un sorteo en el que curiosamente ganan todos, pues a todos les toca su pantalla. Puras habas. Eso es populismo y asegura votos para el PRI.
 
Y está a todas madrinas el programa sólo por un detalle: en muchas comunidades no cuentan con energía eléctrica.
 
O lo que es lo mismo, vean la pantalla pero ni hagan el intento de prenderla porque ahí, nomás con quinqué.
 
Pinche burla tamaño monumental. Fueron miles de personas que acudieron a recibir su tele, de las que obsequian las secretarías de Comunicaciones y Transportes y Sedesol del gobierno de Enrique Peña Nieto, porque el apagón analógico hará que sólo las de tipo digital puedan captar las señales televisivas.
 
Las cifras oficiales hablan de 9 mil 105 familias choapenses afortunadas, a las que les tocó su telera y que son afiliados a los programas de la Sedesol, como Progresa, 65 y Más, el famoso abueleando, los de Pisos y Techos Firmes, los de Jefas de Familia y quien sabe cuantos otros inventos más de los políticos.
 
En Las Choapas, en la cabecera municipal y algunas congregaciones, chido. Ahí, ni qué objetar, ni qué criticarle al gobierno. Bueno, sí, yo le critico que no haya pa’ obras, pa’ caminos rurales, pa’ sembrar, pa’ escuelas, pa’ clínicas. Y sí hay para perder el tiempo frente al televisor.
 
Esas son madrecitas. El dinero lo usa el gobierno del EPNtonto para tener contento al pueblo, pa’ que se entretengan mientras los grandes problemas les pasan desapercibidos. Y, repito, para votar por el PRI.
 
Esto es como la caja china de La Dictadura Perfecta. Inches broncas nacionales: cada vez hay menos dinero en el país porque el precio del petróleo cayó y nosotros tragando moscas mientras vemos a Laura Bodrio ventilando que si la hijastra se metió con el padrastro y ahora es abuelita de su propio hijo o que en La Rosa de Lupis Tutis todos son malos hasta que aparece la florecita blanca y sopla un vientecito purificador que hace que todos se vuelvan angelitos.
 
Y si no, oigamos a Martinoli con sus ironías y el sarcasmo cuando habla del TRI y su mediocridad, agarrando parejo con los dueños de los equipos de futbol, los jugadores, los árbitros, los cronistas de Telerisa, el Piojo y su liendre, que ganan una Copa Oro porque les arreglan los partidos, les inventan penales y los llevan a la final. Y claro, los rufianes sacan el espíritu pandillero que llevan dentro y a tirarle madrazos a los cronistas que les están diciendo que son fraude.
 
El plan es perfecto. Dadle a los bueyes su zacate y no tendrán tiempo de abrir la boca y protestar.
 
Bueno, casi perfecto.
 
Sí, porque hay comunidades en Las Choapas, como en muchísimas partes del país, donde la pobreza es tal que se carece de energía eléctrica. Y entonces el cuete es cómo rechingaos van a prender su pantalla y sentarse a ver la tediosa programación de Telerisa y TV Azteca si no hay forma de que la pantalla se active.
 
En el ejido Ceiba Blanca el problema es de energía eléctrica. Y así se lo hicieron saber al alcalde Marco Antonio Estrada Montiel. “¿No tienen luz en el ejido?”, les preguntó bien sacado de onda “¿Cómo no van a tener luz? Entonces tienen que hacer sus solicitud. Nosotros hemos estado metiendo mucha luz en los ejidos”.
 
La gente lo comentaba. Las pantallas de televisión son una cosa, pero los servicios públicos son imprescindibles. Y eso es lo que atiende el gobierno. Hace falta carreteras, clínicas, medicamentos, escuelas, puentes, energía eléctrica.
 
En 2004 ocurrió algo parecido. El candidato de PRI a diputado local, Juan de Dios Sánchez Abreu, dijo que no repartiría gorras y camisetas. Mejor dio CD con el himno a Veracruz.

 Entonces la gente le preguntó que cómo lo escucharían, porque en sus comunidades no tenían energía eléctrica. Once años después, los pueblos siguen igual y los políticos también.
 
Ándenle pues, vayan por su pantalla y no hagan por prenderla. Porque si no hay energía eléctrica, todo se vuelve burla.
 
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