La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Juan Ciudadano

Los Gobernados

La neta, no los maté...

02/09/2015 08:49 a.m.
Sale, mis valedores. Ora sí que se deschabetó el tal Javier Duarte de Ochoa, marqués de Prosperilandia, dándole por llorar y quejándose que lo quieren hacer criminal de periodistas y activistas sociales cuando que él, por si no lo saben, es una auténtica hermana de la caridad.
 
Qué onda con el gobernador. Se presenta a su habitual conferencia de prensa de los lunes, en Xalapa, y ahí suelta un lamento que por principio de cuentas, no es propio de un político de su nivel.
 
Se queja el güey, perdón, don Javier, que en el caso del periodista Rubén Espinosa Becerril es inocente de toda inocencia y que le busquen por donde le quieran rascar, él no mata ni a las hormigas de su jardín.
 
Ha sido un juicio sumario, dice el señor Duarte de Ochoa. Lo llevaron al paredón, no le dieron chance de alegar en su favor, le echaron montón esos pinches periodistas que no tienen en qué perder el tiempo y emitieron una sentencia popular que pide su cabeza como si estuviéramos en la Francia de los Luises y la guillotina fuera su destino.
 
Pa’ mí que no tiene conciencia, pero dice Javidú que sí y que la tiene tranquila, que no mandó matar a nadie, ni a Rubén Espinosa, el de Proceso, AVC y Cuartoscuro, ni a Nadia Vera, la activista social y antropóloga, ni a ninguno de los periodistas a los que les dieron cran desde que empezó el actual sexenio en Veracruz.
 
Le echan montón y se lo acaban los medios porque es el gobernador, dice, pero si sólo fuera Javier Duarte, el ciudadano, el sujeto común, sin andar metido en política, sin representar al gobierno, ni quien lo pelara.
 
“Ni lo hice, ni lo mandé a hacer, ni tengo absolutamente nada que ver como en ninguno de los otros casos que tienen que ver con lamentables incidentes que han privado de la vida a trabajadores de los medios de comunicación”, dice el gobernador.
 
Uta pa’ llorón. Le duele que los medios se lo hayan acabado por el crimen de la Narvarte, por la forma en que terminaron sus días Rubén Espinosa y Nadia Vera, por el escandaloso multihomicidio.
 
Le duele también que connotados intelectuales se le hayan ido encima y hayan pedido que lo investiguen, que se llegue hasta las últimas consecuencias y que, como dice Javier Duarte, caiga quien caiga.
 
Le duele que desde que se conoció el asesinato del foto reportero Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera, así como otras tres personas, en la Ciudad de México se haya desatado una cacería hacia su persona y le hayan dado hasta con la cubeta sin darle chance de decir que en el fondo, muy en el fondo, siente un profundo amor por los periodistas.
 
Dice que por eso fue él quien le pidió a la Procuraduría del Distrito Federal que lo llamara a cuentas. Claro, no declaró frente a los agentes judiciales ni se expuso al tehuacanazo, una golpiza, los toques eléctricos y el apretón de güevos, como hacen con cualquier hijo de vecino para que se declare culpable de lo que sea.
 
A Javidú le enviaron el cuestionario. Lo respondió su equipo legal. Ya imagino las preguntas, suavecitas, a modo, pa’ que bateara todo, pa’ que dijera que él ya cumplió, sin tener mancha alguna, sin que le pudieran demostrar que a Rubén Espinosa no lo mató, ni lo correteó, ni lo espantó, ni lo amenazó.
 
Las autocomiseraciones son divertidas pero no convencen a nadie. Y eso es lo que hace Javier Duarte. Se martiriza, se duele de la confabulación. Pobichito él. Nadie lo quiere, todos lo odian, mejor se come un gusanito.
 
Sólo le falta decir, como el Peje, que todo es un compló. Que se han unido los periodistas con los intelectuales, con las organizaciones defensoras de derechos humanos, con los líderes de opinión y líderes políticos, y entre todos, con la peor de las intenciones, le enjaretaron el crimen de Rubén Espinosa y Nadia Vera.
 
Y puede decir de todo, pero su purrúm es que a ese muchacho, Rubén, lo traían vigilado, espiado y amenazado los agentes del gobierno. Y por eso se fue de Veracruz, cuando se dio cuenta que quedarse era un suicidio.
 
Nadia Vera se fue tras la represión que sufriera por protestar contra la imposición de Enrique Peña Nieto en la presidencia de México y aquel video en que habla de que si algo le pasa, hace responsable al gobernador Duarte.
 
Y ahora sale Javier Duarte con que todos están en su contra, todo es una infamia, todos se prestaron a un juicio sumario, todos lo condenaron sin derecho a demostrar su inocencia y todos son unos pinches jijuesuchi que le echan la culpa de un crimen que no cometió.
 
Puede decir misa si quiere, pero lo que me da risa es el tono de autoconmiseración. Llora y se duele el gobernador. Lo cañón es que alguien le crea.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.