Así, así, como que lo dice y no lo siente. Como que le pego a Fidel y que le rebote a Javier. Como que le pongo las banderillas al toro y al que le clavan la estocada es al hijo del toro.

Sin querer queriendo, diría El Chavo, Flavino Ríos Alvarado, secretario de gobierno del duartismo, tira el dardo, esparce el veneno y ve que le haga efecto a Fidel Herrera, el ex gobernador de Veracruz. Pero allá, en el rincón de palacio, hay alguien que se retuerce de dolor. Y ese alguien es Javier Duarte de Ochoa, su patrón.

Dice Flavino que los males de Veracruz tienen un origen; es el populismo de Fidel Herrera. Había que verlo meter la mano a la bolsa, sacar los billetes, darlos a los necesitados y observar la sonrisa en el rostro del hombre que gobernó la entidad y que inició el desmadre éste que nos tiene a todos con el Jesús en la boca, esperando el momento en que nos digan que ya estamos en la quiebra total.

Lo resume en un “tanto peca el que mata la vaca como el que se la come”. Pero para Flavino Ríos el que mató la vaca fue Fidel y los que se la comieron fueron los que recibieron dinero de él.

Yo creo que no. Fue Fidel y también quien llevó las finanzas de Veracruz. O sea, Javier Duarte.

 “Le faltó un gran sentido de responsabilidad (a Fidel) porque en su momento fue un buen gobernador para mucha gente, cien por ciento populista, pero en los hechos, ahí están las consecuencias, quiénes tenemos que pagar la deuda: todos los veracruzanos”.

Hoy se paga el derroche. El estado no es un cajón del cual hay que sacar dinero y repartirlo, dice el secretario de Gobierno. Hay que administrarlo bien porque es dinero de todos.

Era felicidad pasajera, dice Flavino Ríos. Y asegura que Javier Duarte está haciendo bien las cosas, con un sentido de responsabilidad.

La perorata de Flavino está para no desperdiciarla. Sostiene que en los tiempos de Fidel aparecieron periódicos, portales en internet, los llenó de publicidad, crecieron, sus dueños se volvieron ricos. Y a quienes no les puso periódico, les dio notarías, taxis, lo que fuera.

Uta. Flavino dice que no defiende a Javier Duarte, pero casi le hace pedicure. “Simplemente le tocó bailar con la más fea, hablando en términos económicos y administrativos, porque todo se lo heredó Fidel”, agrega.

Muchos hablan pero se beneficiaron de Fidel, dice el secretario de Gobierno. “Estoy hablando de mucha gente, empresarios, contratistas, se dice, se comenta cómo era el diezmo, el 15 o el vigésimo, lo comentan y lo dicen”.

Dice que “nos sobre excedimos, nos sobre endeudamos y obviamente eso es lo que está sucediendo en este momento”.

A la vaca le agarraron la pata todos, Duarte y muchos de los que hoy son antifidelistas.

Sin querer queriendo le da su raspón al gobernador actual, porque fue el hombre de las finanzas con Fidel, primero como subsecretario y luego como titular. Y cuando se fue a la diputación federal siguió metiendo la mano en el dinero de Veracruz.

Con dinero público pagó Fidel la campaña de Javier Duarte y así lo hizo gobernador. Con dinero público se pagaron las campañas de los priístas, la de Renato Tronco, nuestro Ratón Vaquero; la de Marco Antonio Estrada Montiel —“dale a todos”, le dice en un audio que exhibió la prensa nacional—; la de Juan de Dios Sánchez Abreu, las de los fidelistas que iban a alcaldías y diputaciones.

No sería la intención de Ríos Alvarado, pero al traer a cuento el refrán de que "tanta culpa tiene el que mata la vaca, como el que se la come”, durante una entrevista con los periodistas del portal de noticias Formato 7, en la que su objetivo era exculpar a su jefe y darle con todo al ex gobernador Herrera Beltrán, dejó en el aire que la audiencia completara el refrán: Y el que le agarra la pata... Tanta culpa tiene el que mata la vaca, el que le agarra la pata y el que se la come...

Javier Duarte no tiene disculpa. Fue pieza clave del gobierno fidelista, seleccionado como el sucesor que tendría como misión tapar las corruptelas de quien lo puso en la gubernatura y de quien lo puso en el trono para que disfrutara las mieles del poder.

Lo hizo pero no evitó que el problema de las finanzas de Veracruz estallara cuando llega a su fin el gobierno de Javier Duarte, cuando está encima la sucesión, cuando por su pésima administración el PRI está en riesgo de perder la próxima elección.

Fidel mató la vaca, Duarte la agarró la pata. Y si Flavino Ríos veía lo que hacían, el derroche y el populismo, el daño a las finanzas de Veracruz, por qué calló. Eso también es jalar la pata por omisión.
 
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