En el reino del revés, nadie baila con los pies; vuela el gato y maúlla el pez; el ladrón es vigilante y otro pillo es juez; usan barbas y bigotes los bebés, y al político se le cree, del ciento por ciento si acaso el diez.
 
Es el mundo en el que vive el gobernador Javier Duarte de Ochoa y que chale, chale, es el que ha forjado para Veracruz.
 
Ahora dice que en su gobierno nadie mete mano, ni Fidel Herrera, ni Miguel Alemán, ningún ex gobernador, porque ahí, le pese a quien le pese, las decisiones las toma él.
 
Le creo. Por eso estamos tan jodidos y a punto de la catástrofe mientras el dinero que percibe el gobierno por impuestos y contribuciones, quién sabe dónde diablos lo mete Javier Duarte, aunque muchos sospechamos que ya ni está en el país, seguro en alguna cuenta en Suiza, en las Islas Caimán, o en inversiones en Dubai, con eso de que se siente jeque petrolero.
 
Le creo a medias cuando dice pintó su raya con los ex gobernadores, pero qué tal los alemanistas y fidelistas que han ocupado los mejores cargos en el gobierno de Veracruz, desde un Erick Lagos en la Secretaría de Gobierno, pasando por la Subsecretaría de Gobierno y el PRI, hasta un Flavino Ríos Alvarado que fue diputado local, secretario de Educación y hoy es el muevo titular de Gobierno.
 
Este lunes, en su conferencia de prensa, habló de dos cosas: la influencia que pudieran tener los ex gobernadores en su gabinete, y el supuesto pleito con Fidel Herrera.
 
Lo que llama la atención es que le preguntaban una cosa y él respondía otra. Como si estuviera poniéndose la curita antes de cortarse la piel.
 
Supuestamente, Javier Duarte, Fidel Herrera y el super asesor Enrique Jackson, tuvieron un encuentro que parecería cordial. Comían en un restaurant de la colonia Condesa, en el Distrito Federal, y dicen que aquello terminó como el Rosario de Amozoc: entre mentadas y chingadazos.
 
“Deja de meterte en las decisiones políticas que sólo a mí me corresponden”, habría sido la expresión que dio pauta a choque de los endeudadores de Veracruz. “No sé de qué me hablas”, presuntamente respondió Fidel.
 
Y se les subió lo locos. Duarte le decía que le había dejado un estado hecho pedazos, endeudado por años y sin recursos. Fidel le recordaba que Duarte en el asunto financiero Javier había tenido gran culpa, pues fue secretario de Finanzas y Planeación.
 
“Pues chinga tu madre, Fidel”, dijo el gobernador. “Pues chinga la tuya, Javier”, le contestó. “Pues primero la tuya”, reviró. “La tuya mil veces primero”. Y no se madrearon porque de veras, de veras, que Dios es grande. Aunque hubiera estado a todas madrecitas.
 
Al gobernador Javier Duarte le preguntaron sobre ese incidente en la colonia Condesa del DF. ¿Y qué creen? Respondió de ladito, sin aclarar ni desmentir. Solo se limitó a decir: “Te digo puntualmente: nadie, ningún ex gobernador tiene, ha tenido desde el inicio de mi administración, ni tendrá en el cierre de la misma, injerencia en las decisiones que se tomen”.
 
Jojojo, dijo Santa Clós. Es el reino del revés. Si dice no, es sí, y si dice sí, es no.
 
Entonces si se hace güey con lo del pleito y las mentadas con Fidel, es que algo hay, pues pudiendo realizar un desmentido contundente, no lo hace. O bien pudo aclarar las cosas, decir que comieron, que no les gustó el aperitivo, que el postre les provocó diarrea y que cada uno se fue por su respectivo Pepto Bismol.
 
Pero no. El gobernador es rebuscado. Le preguntan por el pleito y lo único que se le ocurre decir es que ningún ex gobernador toma decisiones que sólo le competen a él.
 
Les digo, es el reino del revés. Pues ni Alemán ni Fidel se habrían de meter, pero su gente está de lleno en el gabinete de Javier Duarte, donde está el dinero, donde se opera políticamente, manteniendo las posiciones alemanistas y fidelistas, pa’ lo que viene, pa’ que no los excluyan del poder.
 
Es el reino del revés cuando el senador José Francisco Yunes Zorrilla asegura que en el presupuesto federal serán afectados algunos programas y Duarte le contesta en tono de burla que él ya revisó y hay un incremento del 16 por ciento para Veracruz. O sea, el gato vuela y el pez maúlla.
 
Dice el gobernador que los maestros disidentes se manifiestan por todo, ahora por el puente de Independencia. Antes protestaban por no asistir a clases, ahora porque quieren asistir.
 
Otra del reino del revés: asegura Javier Duarte que la inseguridad no es alarmante, que los índices delictivos van a la baja, que puede tener muchos éxitos, pero con un caso en contra, se lo comen vivo.
 
En el reino del revés, el ladrón es vigilante y el pillo es juez. Ni más ni menos. Es el reino de la prosperidad de Javier Duarte.
 
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