Ajá. Y nosotros que seguramente no pensamos, que andamos en la luna, que no tenemos espíritu crítico, que no somos suspicaces y mal pensados, seguro les vamos a creer que los candidatos independientes son realmente independientes, o que nos vamos a tragar que no los mandan a distraer y a dividir el voto.
Si ellos, Buganza, Tronco, Brizuela, quizá Héctor Yunes y hasta Tomás Ruiz, son independientes, yo soy obispo.

Lo de los candidatos independientes se volvió circo. Unos vienen del PRI, otros del PAN y algunos más del PRD, y además están ligados al gobernador Javier Duarte, a los ex gobernadores Fidel Herrera y Miguel Alemán, a Manlio Fabio Beltrones y hasta a Marcelo Ebrard.

¿Quiere usted lana? Láncese por la libre, sin partido, con un discurso en el que desnude a los partidos políticos que son el mayor de los males que tiene México.
Ah, ¿que usted ya fue priista o panista o perredista? No hay fijón. La ley no dice que está prohibido. Y lo que no está prohibido, está permitido.

Ahí está Gerardo Buganza. El muy cínico anda de candidato independiente, echando grito y trompetilla, despotricando contra el mal gobierno como si los brutos de los veracruzanos no supiéramos que fue el secretario de Gobierno de Javier Duarte y como si desconociéramos que el que lo sacó del PAN y lo jaló a su causa fue Fidel Herrera.

Renato Tronco, el Ratón Vaquero, ladra que ladra contra el gobierno que le dio cabida, que lo libró de ir a la cárcel por el crimen del ex regidor de Las Choapas, Alfredo Pérez Juárez, porque lo señalaba la Procuraduría de Veracruz de ser el autor intelectual.

San Ratón no legisla. No se para por el Congreso. Bueno sí, va a la Legislatura a cobrar el billete, lo de las dietas y los gastos para gestoría y todo lo que les dan a los diputados y que no devenga el campesino nylon, más sintético que una chamarra de plástico tricolor, aunque antes fue azul panista.

Héctor Yunes es impredecible. Se levanta cada mañana y se pone a pensar a qué partido le toca pertenecer. Es del PRI, pero se puede ir de candidato del PRD, del PAN, del PES, del AVE o independiente, porque dice que el gobernador Javier Duarte lo quiere vetar porque no le aceptó la caña de pescar que le obsequió para que atrape “peces gordos” entre su familia, o sea Yunes Linares y los Yunes Márquez.

Tomás Ruiz, el secretario de Infraestructura y Obras Públicas, es alemanista y duartista. Era el candidato natural al gobierno de Veracruz, en 2004, apoyado por Miguel Alemán Velasco y ahora es una de las cartas que pretende impulsar Javier Duarte.

El perredista Elías Miguel Moreno Brizuela, quien ya fuera diputado federal y senador por el PRD, amigo de Marcelo Ebrard, de buenas a primeras nos sale con que él se va por la tangente, sin pelear con la dirigencia del PRD, libre como el viento y peligroso como el mar, súper independiente.

Para muchos, las figuras independientes que se promueven para las próximas elecciones en Veracruz, las de la minigubernatura 2016-2018, son puro barro político, que forman parte de una perversa estrategia del fidelismo-duartismo para mantenerse en el poder.

Integrantes de una misma pandilla, saben bien que las pilladas que han hecho a lo largo de casi doce años, han dejado el estado en la ruina moral y financiera. Veracruz a nivel nacional es sinónimo de violencia, represión y corrupción. Ese ha sido su actuar y esa es su herencia.

Por lo anterior, los que pagarán las consecuencias serán el PRI y el arrodillado priismo veracruzano que les dio patente de corzo para sus tropelías.
El PRI perderá en las próximas elecciones. Por eso el fidelismo-duartismo prepara la gran farsa de los candidatos independientes, bajo la consigna de “miéntenme la madre, pero no me toquen”. Eso explica a “candidatos” como Gerardo Buganza Salmerón, Renato Tronco Gómez, y, muy en breve, Héctor Yunes Landa y Tomás Ruiz González.

Todos ellos, cómplices de este gobierno de saqueo, derroche, represión y crímenes. Ahora quieren vender el cuento de una independencia que no existe. Lo que sí es tangible y no hay duda, es de su cínica complicidad. Antes callaron, ahora ladran. Distraen.

Los candidatos independientes no van a ganar ninguna elección porque no representan nada. Pero sirven para dividir el voto, para que un elector que podría usar su voto útil a favor de Yunes Linares, quien seguramente será el candidato del PAN, lo termine desperdiciando votando por un personaje que no ganará pero que le habrá de restar a la oposición.

¿Cuántos podrían votar por Buganza, Tronco, Héctor Yunes, Brizuela o Tomás Ruiz? ¿Acaso 20 mil por cada uno? Pues 100 mil votos que no van para Yunes Linares pueden marcar la diferencia entre que el PRI se quede dos años más en el gobierno de Veracruz. Y ahí a preparar la elección de 2018 y amarrar otros seis años en la cima de la montaña.

Para eso quieren a los independientes.
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