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Juan Ciudadano

Los Gobernados

El Cisne y las ratas

16/10/2015 09:24 a.m.

 


En Villa Ratón, o sea el PRI, hay ratitas y ratotas, que se quieren y se odian, que se muerden y se soban y cuando hay que elegir a nuevo rey, las más sucias le levantan el brazo a la que más apesta. Así son las ratas.


La rata de hoy tiene disfraz de cisne. Se llama Alberto Silva Ramos y es el elegido del gobernador Javier Duarte para presidir el PRI en Veracruz. Obvio, muchos priistas que son unas auténticas ratas, ya le encuentran virtudes y se rinden a sus pies.


Una de esas ratas es Guadalupe Porras David, ex alcaldesa de Minatitlán, que encabeza la cargada para ungir al cuestionado Silva Ramos, porque el personaje no es vendible, es cuestionable y tiene lo que en política menos se aconseja: una lengua larga y una cola más larga.


Lupe Porras habla del Cisne como si ella tuviera estatura moral. Pasó por el ayuntamiento de Minatitlán y ¡ay de los minatitlecos!, se encontraron con una depredadora insaciable, que no se robó los asientos del parque Independencia porque no los pudo arrancar.


Esta mujer carga con la peor fama que uno se pudiera imaginar. Concedía obras, como el puente Capoacán, que no construyó, que sólo le colocaron unos pilotes, pero por el que pagó una lanota, algo así como 45 millones de pesos. Y la obra ahí se quedó.


Se chutó todo el presupuesto, lo de los tres años que estuvo al frente del ayuntamiento, y sus gobernados se preguntan qué onda, qué hizo, qué obra, a quién se lo dio, cómo lo desapareció.


Lupe Porras era descarada. Toda tragedia la convertía en un evento político. Si había inundación, repartía cobertores; si temblaba, repartía anafres; si llovía, repartía impermeables. Y qué decir de los anteojos y las bicicletas, de las despensas y los juguetes. Pero daba una mínima parte; la mayoría lo aguardaba para las campañas electorales.


Nadie sabe a ciencia cierta cuánto se robo la mentada alcaldesa, pero su administración ha sido la peor en Minatitlán.


Su lista de gastos es como para apretarle el pescuezo. Lo que pagó en publicidad a la televisión es insultante. Compraba noticieros completos.


El derroche ocurría mientras el pueblo exigía obras y mejores servicios. Pero Guadalupe Porras  no escuchaba. El dinero lo dilapidaba y lo desaparecía mientras ella y su familia se daban vida de millonarios. Se daban y se dan.


Y ahora sale con que ella sí le da su respaldo al Cisne Silva. Pues es que cojean de la misma pata. Una rata levantándole el brazo a otra rata.


Otro ratón del PRI es Víctor Rodríguez Gallegos, actual líder del Movimiento Territorial, nuevo rico, qué digo rico, millonario desde que era secretario de Gobierno del ayuntamiento de Coatzacoalcos, durante la segunda alcaldía de Marcelo Montiel.


Marcelo se lo llevó a la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno de Veracruz, donde se sabe que hizo transa y media con los recursos que manejaba desde la Unidad Administrativa, que es donde pasa todo el dinero y se autorizan las inversiones.


Este cuate se llenó. Y todavía le fue mejor cuando Marcelo Montiel se lo llevó a la delegación de la Sedesol del gobierno federal en Veracruz. Si antes se volvía loco con los millones que le pusieron en las manos, peor cuando tuvo el control de los recursos federales para obras sociales.


La fama de Víctor Rodríguez es vergonzosa. Ni echándose tres buches de agua bendita alivia lo que ha hecho. El ahijado de Marcelo es una especie de Hood Robin. Sí, porque el personaje Robin Hood le robaba a los ricos para dárselo a los pobres, pero Hood Robin le roba a los pobres para dárselo a los ricos. Y así es Víctor Rodríguez. Se chinga al jodido para que el círculo de millonarios, del que él forma parte, se la pasen de rechupete.


Es el operador de Marcelo para enlodar a sus enemigos o para comprarles la voluntad. Y tampoco puede presumir de leal al PRI. Baste señalar cuando lo dejaron sin la candidatura a la diputación federal por Coatzacoalcos, a principios de este año. Se quedó calladito, operó y terminó provocándole una derrota a su partido en la elección.


Víctor Rodríguez habla en chino. Dice que los priistas están unidos, que el Cisne Silva es un chingón, que el Movimiento Territorial respalda sus aspiraciones, que tiene que haber operación cicatriz para que los senadores Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla se sientan chidos y no se vayan a desbalagar porque eso sí le pondría las peras a tostón al PRI.


Una rata como Alberto Silva quiere presidir el PRI y se arman los cocolazos. Lo impugnan los senadores, protestan muchos priistas, y entonces echan mano de las ratas emergentes. Al fin que son tal para cual.


Ya sólo falta esperar el evento que habrá de realizarse en Villa Ratón. Pero aguas con las carteras. Se las pueden volar.


(Comentarios y tips a: [email protected])


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