No le des margaritas a los cerdos, dice el refrán. Y no dejes que el lodo bañado de oropel te deslumbre. Así es la bazofia que anda por la vida ninguneando a los demás, haciendo mofa de las miserias de los otros.

Hablemos de la familia real, los Martínez, marqueses temporales del feudo de Agua Dulce, donde el rey Daniel realiza obras que burlan la ley, donde la reina Nery se agandalla una ambulancia, donde la novia del hijo se mofa del palacio municipal.

Lo que desató la muchacha con un comentario que denigra a Agua Dulce, tirando burletas en Instagram, la red social de las imágenes, fotografías que a veces son chidas y otras una auténtica porquería. Pero que todo mundo sube por el puro gusto de figurar.

El hijo y la novia andaban de viaje por Europa. Yo no qué sé en calidad de qué se fueron pero se nota que la estaban pasando súper. Y bien por ellos. La vida es para disfrutarla y si hay billullo derecho, ganado con el sudor de su frente, pues adelante. Y si no, pues también.

Visitaron Holanda. Estuvieron en Amsterdam. Qué lugar, aunque la gente ahí es medio especial, unos medio racistas, otros muy mamucos.

Pero la joven novia tuvo la ocurrencia de pitorrearse del Agua Dulce que su suegro gobierna. Se toma la foto, teniendo a sus espaldas el “Palais op de Dam”, o lo que es lo mismo, el palacio real, pa’ aquellos que no hablan holandés o que con trabajo le hacen al español.

No dijo mucho la novia del hijo del alcalde Daniel Martínez. Sólo expresó que esa construcción era el “palacio real de Agua Dulce”. Se trata de edificación muy al estilo holandés, de esas que se anidan en la memoria y de ahí no salen.

Comentó el novio, o sea el príncipe Martínez, que la iba a acusar con su papá, o sea con el alcalde de Agua Dulce. Otra persona terció: “Jajajajaja. Igualito verdad”. Qué pelados tan divertido, me cai.

¿Es chistosa la muchachita? Me late que no. Ya se sabe los Martínez sólo usan la política para sus intereses, para tener poder y si hay chance, y siempre lo hay, para meterle más pesitos al cochinito.

Y mientras ellos andaban retedivertidos, acá no tardó en armarse el lavadero. Los hidrómilos se pusieron de uñas y con sobrada razón. Una cosa es que Agua Dulce sea un municipio con carencias, con un gran rezago en sus áreas rurales, a la baja desde que los líderes petroleros perdieron poder y Pemex entró en crisis, y otra que la novia del príncipe Martínez, se mofe del palacio municipal.

Feíto y jodidito, pero el palacio municipal es la sede de los poderes en Agua Dulce. Y por si la muchacha no se acuerda —y si no lo recuerda es por que tiene Alzheimer—, ahí despacha el suegro, o sea el rey Daniel.

Se han reído los que son como ella. Se han hecho eco de la payasada. Bromean porque está retechispa que pongas en Instagram que el palacio real de Amsterdam es el palacio real de Agua Dulce, como escribió la futura reina de los hidrómilos. Pero, la verdad, es algo que da la idea de qué tan amolada está la joven.

Le han replicado los que tienen cerebro. Eso no se dice “ni en juego”, acusa Mario Esp¡nosa Ríos, líder de la Asociación Ganadera de Agua Dulce. “No se cuestiona la posibilidad de que haya viajado (a Europa) por el fruto de su trabajo. Qué bien que ha tenido esa suerte, pero no se deben hacer tales comparaciones”.

Y sostiene:
"Cualquier persona que tenga la posibilidad de salir debe aprovecharlo, pero no se vale la comparación; no tenemos grandes cosas, pero no se puede poner en la balanza a una ciudad como Agua Dulce con un lugar como Amsterdam”.

Otro que la cuestionó fue el regidor tercero, Jesús Martínez Monroy. Él expresó: “Son malos comentarios hacia nuestra ciudad, hacia nuestro municipio, pues no podemos comparar este lugar con un lugar de primer mundo”.

También habló el síndico, Antonio de la Cruz Balcázar: “No tengo en mi cuenta de redes sociales ni a la joven ni al muchacho; pero qué bueno que tengan la oportunidad de salir fuera del municipio, incluso fuera de nuestra nación. Pero sea quien sea, comparar así es lamentable: esta es nuestra tierra y esa sencillez es lo que nos da origen”.

Esos son los que hablan con respeto. Otros se la refrescan y le vacían todo el repertorio, con palabras y palabrotas, lenguaje vulgar.

Y es que, la verdá, la verdá, ¿a quién se le ocurre salir con semejante chistorete, diciendo que el palacio real de Amsterdam es el palacio real de Agua Dulce? Ah sí, a la nuera del rey Daniel Martínez. Si lo hubiera dicho otra, sería lo de menos, pero se le olvidó que ahí, en el palacio del que hace mofa, despacha el suegro.

Quien dijo que no hay que darle de comer margaritas a los cerdos, no erró. Es una frase para ejemplificar que lo bueno lo echa a perder el que no tiene clase.

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