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Soy todo oídos y ojos, dije. Y me aposté a ver que los “aviadores” de la SEV, sí, los 2 mil 173 “aviadores” pasaran frente al pueblo y se les exhibiera públicamente. Que se les suprimiera el salario cobrado pero no devengado y que se les remitiera a la autoridad. Eso pensé.

El lunes se filtraron las listas. Asumí que era el inicio de un nuevo tiempo. Con todo y lo que se diga del gobernador Javier Duarte de Ochoa, no estaba mal que se pusiera orden, que se identificara a los “aviadores”, que se les excluyera de la SEV y que se les denunciara penalmente.

Pero así como las listas de “aviadores” se iban conociendo, comenzaban los reclamos. De los primeros 120 detectados, una buena parte son maestros o trabajadores de la SEV en activo o que ya se jubilaron o que ya fallecieron. ¿Entonces qué? ¿Eran “aviadores” o no?

Este martes los reclamos crecieron. Los maestros señalados refutaron al gobierno de Javier Duarte, enviando cartas a los medios de comunicación que divulgaron la lista, dejando claro que ellos son trabajadores, que desquitan lo que se les paga y que ahí están para lo que se les requiera. Son trabajadores reales, no “aviadores”.

Uno de los casos que más llama la atención es el del catedrático Alfonso Gorbea, quien falleciera en noviembre de 2014. Fue maestro en el Colegio Preparatorio de Xalapa, maestro en Antropología, Arquitectura, Sociología y Medicina de la Universidad Veracruzana, así como director del Instituto de Antropología de la UV.

Era licenciado en derecho y licenciado en Antropología Social, decano del Instituto de Antropología, posgraduado en ciencias sociales aplicadas y maestro en Antropología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Pero la SEV y la gente del gobernador aseguran que era un “aviador” y que ha cobrado hasta la pasada quincena de octubre.

Salieron a defender su memoria sus alumnos. Exigen que no se manche su trayectoria. La Secretaría de Educación de Veracruz les responde que la culpa es de los familiares porque no comunicaron que había fallecido, no tramitaron alguna pensión y que alguien está cobrando por él. Y por eso es “aviador”.

Se necesita ser pinche para cajetearla así y todavía, cuando se descubre la metida de pata, justificarse diciendo que alguien sigue cobrando por el maestro Gorbea, un año después de fallecido.

Las protestas están de a peso. Muchos maestros han reclamado que se les tilde de trácalas, acusándolos de cobrar sin trabajar, cuando que ellos pueden acreditar y demostrar que dan clases a diario, que cuentan con el testimonio de sus alumnos y que la SEV y quien filtró la lista debe repararles el daño moral.

Pero aguántenme. Lo mejor es lo que ahora dice la SEV. Si los maestros tienen cómo demostrar que sí dan clases, que se acerquen a la autoridad y se subsana el error.

¡Ah, chingá! Primero te exhibo y luego te doy un abrazo.

Lo que va quedando claro es que la citada investigación realizada por el gobierno de Javier Duarte no es tal. Nunca investigaron. Metieron a medio mundo en las listas de “aviadores” para distraer la atención cuando lo que está por aprobarse en el Congreso de Veracruz es que el gobernador pueda suscribir cuatro créditos bancarios con un monto de 31 mil millones de pesos, que obviamente se los van a robar.

Eso de los “aviadores” es un distractor para que muchos ni se enteren, ni pelen, ni fumen, les pase de noche, la última puñalada que le dará Duarte a las finanzas de Veracruz.

Pero el asunto es todavía peor. La lista de “aviadores” no la divulga la SEV oficialmente. Quien habla de 120 “aviadores” que vienen de la época en que el hoy panista Miguel Ángel Yunes Linares era secretario de gobierno, es el diputado federal y líder del PRI estatal, Alberto Silva Ramos, mejor conocido como el Cisne o el Pavorreal.

O sea que la divulgación de datos personales, contraviniendo la ley, es responsabilidad del señor Silva Ramos, puesto que él dijo que se daría a conocer la lista y horas después ya estaba en manos de los medios de comunicación.

Resumamos: muchos de los que se mencionan no son “aviadores”, lo que implica daño moral; el asunto lo filtra el líder del PRI en Veracruz, Alberto Silva; se trata de un distractor para que nadie atienda lo de la nueva deuda por 31 mil millones de pesos, y se divulgan datos personales, contraviniendo la ley.

Qué pachanga. Lo menos que esperábamos es que los “aviadores” fueran reales. Si así hubiera sido, Duarte de Ochoa se habría llevado un aplauso. Pero no. Le pasaron mal los datos y los afectados, que sí son maestros y dan clases, reclamaron.

Ahora lo que queda es ver qué va a pasar con los otros 2 mil 53 “aviadores” que aseguran forman el resto de la lista de quienes la SEV investigó y constató que cobran sin trabajar.

Todo indica que el gobernador se metió en un problema mayor y que no tardarán en caerle las demandas.

Una manchita más al tigre.

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