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¿Es justicia o es venganza? Ya no sé. Sé que a Alfredo Pérez Juárez lo mataron, que a Renato Tronco lo culpan y que lo van a desaforar y a encarcelar. Pero creo que por encima de la venganza política debe hacerse justicia. Y eso alcanza a Fidel Herrera y a Javier Duarte.

¿Y por qué tanta alucinación? Porque ante tantas voces que a lo largo de nueve años exigieron que se hallara a los culpables materiales e intelectuales y que el crimen del ex regidor del PAN en el ayuntamiento de Las Choapas no quedara impune, viene la justicia veracruzana y justo en tiempos electorales nos da la buena nueva de que ahora sí le echará el guante a Renato Ratón y a las ratitas que faltan de ir a prisión.

Y eso veo. Van rumbo al tambo el Ratón Vaquero y su mozo de estribo, Octavio Orozco Salmerón, o sea de Renato pa’ bajo. Pero no veo que la espada de la justicia se dirija hacia un plano mayor, a quienes desde la cúpula del poder lo encubrieron y le taparon un hecho tan grave como es un asesinato político.

La postura de algunos diputados en el Congreso de Veracruz, como la de Hugo Fernández Bernal, panista, es tan acérrimamente opositora que sólo les interesa ver la vertiente vengativa del asunto, sin siquiera interesarse en investigar el fondo, la tragedia humana y social, en el caso del asesinato del profesor rural Alfredo Pérez Juárez, quien por cierto era regidor panista.

Lo de Pérez Juárez es un crimen político y por su actitud crítica al entonces alcalde choapense Renato Tronco, con denuncias fundamentadas de actos de corrupción, un crimen contra la libertad de expresión.

Si de verdad se hiciera justicia, no sólo Renato iría a la cárcel sino también Fidel Herrera y Javier Duarte, quienes durante más de una década le dieron protección al menguado cacique, gracias a la complicidad con la que actuaron en delitos electorales y malversación de recursos públicos.

Si a Fernández Bernal, y a otros como él, les interesara la justicia, primero se informarían, investigarían y reunirían elementos, publicados en su mayoría, para pedir no sólo juicio político contra Renato, sino también contra sus cómplices y protectores, Fidel, quien fue dueño de Veracruz de 2004 a 2010, y Duarte, arrendatario de la parcela jarocha de 2010 a la fecha.

Dan náuseas los diputados que elevan la voz para decir que Renato Tronco será llevado ante la justicia, pero que a lo largo de nueve años callaron y se tragaron los reclamos de la familia, de los amigos y las fuerzas vivas de Las Choapas que demandaban y exigían que se llegara a tope, que se sometiera a la ley a quien ordenó arrancarle la vida a Alfredo Pérez Juárez.

Los asesinos materiales están en prisión, juzgados y condenados. Uno de ellos es Hormido Cruz Bustamante, exdirector de la Policía Municipal, el jefe policíaco de Renato; otro es Ignacio García Meza, “aviador” en el ayuntamiento de Las Choapas, y el otro era Norberto del Valle, el sicario que cazó a Alfredo Pérez y lo mató. Y digo era porque quesque murió en la cárcel, sin que se volviera a saber más.

El Ratón Vaquero fue señalado de la autoría intelectual del crimen y eso lo llevó a enfrentar un juicio de desafuero en el Congreso, siendo diputado local del PAN, cargo que ocupó cuando dejó la alcaldía de Las Choapas. Ahí lo defendían los legisladores panistas, quienes se rasgaban las vestiduras por la embestida que lanzó el entonces gobernador, Fidel Herrera Beltrán, contra tan ilustre ratón.

Renato y Fidel pactaron. Renato dejó al PAN, se pasó al PRI y comenzó a degustar las mieles del fidelismo. Nadie lo tocó, la Procuraduría archivó el caso, se olvidó que era señalado como autor intelectual y, diría el autor del cuento, vivieron todos felices.

Regresó a la alcaldía de Las Choapas. Se chingó todo lo que encontró. Después Javier Duarte le extendió la protección y lo hizo diputado local. Y ahí vino el truene. Renato se llenó de soberbia, se enfrentó al gobernador, ejerció presión y terminó declarándose candidato independiente a la gubernatura de Veracruz.

Ahora lo persigue Duarte. Le reviven el caso gracias a una resolución del Tribunal Superior de Justicia que deja sin efecto el sobreseimiento de la acusación como autor intelectual del asesinato de Pérez Juárez.

Vuelvo a lo mismo. ¿Es venganza o es justicia? Sí, que Renato enfrente los cargos en su contra por la autoría intelectual, pero que también sean enjuiciados Fidel Herrera y Javier Duarte por complicidad, por haberlo encubierto a lo largo de nueve años, por haberle dado más poder, mientras muchos, cientos o miles de choapenses no dejábamos de exigir que fuera juzgado por el asesinato del maestro Alfredo Pérez Juárez.

Mínimo, mínimo, Fidel y Duarte debieran ser llamados a declarar por complicidad.

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