Ya lo veo. Renato siguiendo la sesión a distancia, con llamadas de celular, esperando el fallo de sus “compañeros” que nunca fueron realmente sus compañeros diputados porque ni se paraba por el Congreso y seguro que se quedaría sin fuero y a expensas de la Fiscalía que lo acusa del crimen de su acérrimo enemigo, Alfredo Pérez Juárez.

Ya lo veo, es un decir. Ya lo veo con los ojos de la imaginación, como en una foto, como en un video, como si lo tuviéramos a distancia, dejando que la mente vuele, pensando por él, mentando madres por él, viendo que esta vez, la verdá, el final es peor de lo que pudiera pensar.

Fue día de sesión en el Congreso de Veracruz, ayer, y había consigna de retirarle el fuero a Renato Tronco y dejarlo a merced de la ley, y que responda por el asesinato del ex regidor del PAN, Alfredo Pérez Juárez, enemigos cuando llegaron a la alcaldía de Las Choapas.

Y mire cómo son las cosas. La misma mayoría que le solapó todo, que le aguantó que fuera un “aviador”, porque cobraba su dieta sin presentarse a legislar, fue la que le retiró el fuero para enfrentar la denuncia de la Fiscalía General como presunto autor intelectual del asesinato del regidor, ocurrido el 5 de junio de 2006. 

El marcador fue 36 a cero. O sea, 36 a favor de retirarle el fuero y cero en contra. 12 diputados se abstuvieron de votar. Renato no se presentó a la sesión. De maje que lo hace. Capaz que ahí mismo, ya sin fuero, le entregan una cita de presentación, lo remiten a la Fiscalía y de ahí ya no sale hasta que le giren la orden de aprehensión y lo llevan a la cárcel.

Me imagino qué piensan en esos momentos los diputados. Era la primera vez que desaforaban a uno de los suyos. Los otros casos han sido de alcaldes, pero es la primera de un legislador. Han de pensar, creo: si ya se lo hicieron a Renato, nos lo hacen a cualquiera. Es como si entre ellos se apuñalaran. Nomás que se lo proponga el gobernador y el Congreso se queda sin huéspedes.

Los diputados que están al servicio de Javier Duarte de Ochoa, sin pensar en las consecuencias, acatan la orden, haya o no elementos que pudieran determinar si la Fiscalía tiene cómo sustentar la acusación. Ellos le cumplen al gobernador así como el gobernador los ha enriquecido.

En el salón sesiones, sin que hubiera público porque fue a puerta cerrada, el abogado Sergio Vaca Betancourt esgrimió los argumentos a favor de Renato. Dijo que los magistrados que revivieron el caso no leyeron bien, o leyeron bien y les importó poco.

Ahí, en el expediente estaba el oficio con el que la Procuraduría se desistía de cualquier acción contra Tronco, o lo que es lo mismo, le daba la suave, lo dejaba libre, le quitaba la sospecha de que hubiera sido el autor intelectual del crimen del regidor.

Se los decía Vaca Betancourt pero los diputados estaban sordos. Lo único que ellos oyeron era que el gobernador quería a Renato Tronco en manos de la Fiscalía General de Veracruz.

Y 36 de los diputados lo dejaron hablar, agotar sus palabras y a votar. Los 36 dijeron que procedía el desafuero. Otros 12 se abstuvieron de hacerlo. Pudiendo votar en contra, prefirieron la abstención. Dos no llegaron, uno de ellos Renato.

No tarda en que a Renato lo declaren prófugo de la justicia. De un momento a otro se sabrá que hay orden de aprehensión dictada por algún juez y que el aprendiz de cacique es buscado por todas las policías.

A estas altura, podrían estar ocurriendo dos cosas: que a Renato ya lo tengan ubicado o que Renato ya haya salido de Veracruz, lo que no es señal de que se haya librado de la persecución de Javier Duarte.

Octavio Orozco Salmerón fue aprehendido por el crimen de Alfredo Perez Juárez. Ganó un amparo y recuperó su libertad. Se fue de Veracruz. Cuando todo iba tranquilo, lo ubicaron en Juchitán, Oaxaca, y lo reaprehendieron porque dicen que hallaron otras pruebas que lo implican.

Dice el abogado Vaca Betancourt que a Orozco Salmerón lo podrían torturar y obligarlo que implique a Renato Ratón en el crimen del regidor panista. La otra es que no haya tortura sino que la Fiscalía negocie: que incrimine a Renato a cambio de su libertad.

¿Alguien imaginó a Renato huyendo? Yo no. Y pa’ sus pulgas. Él retando al gobierno, al gobernador, a Fidel, a todo lo que se mueva, porque él no le tiene miedo a nadie, le da risa lo que le están reviviendo, porque temen que sea candidato independiente al gobierno de Veracruz, porque él es muy, pero muy requetechingón.

No hago leña del árbol caído. No me gusta. Pero muchos en Las Choapas, todos esos a los que el Ratón Vaquero atropelló y agravió, hoy ven las cosas de otro color.

Veamos qué sigue, si lo agarran, si se les pela, si se burla del gobierno o si se pasa lo que le queda de vida en prisión.

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