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No, no es que esté pobre. Es que, la verdá, ya no les quiere dar. No quiere el gobernador Javier Duarte de Ochoa seguir alimentando una prensa que no le ayuda, que no lo cuida, que no convence a la opinión pública de que Veracruz está enfermo, casi en fase terminal, pero se salvará.

Ya les dijo que si tienen uñas que comiencen a rascarse. Y si no, que se busquen una manita de plástico porque el gobierno ya no les va a quitar la comezón.

Javier Duarte tiene una extraña manía. Agarra los lunes y echa a perder la semana. Cita a la prensa, anuncia algo, y ¡zas! el desayuno se agrió.

Así lo hizo este lunes. Hubo conferencia de prensa en palacio de gobierno. Ahí les dijo que cada medio le apueste a la publicidad comercial, a la venta de ejemplares, y al rating en la radio y la televisión, a ver quién les quiere comprar tiempo y espacios.

Yo esperaba que fuera la de ocho columnas. “Nos cierra la válvula el gobernador”, pudo ser. “Adiós al chayote: Javier Duarte”, igual. “No más subsidio a la prensa aduladora”, qué tal. “Ya no sangrarán al gobierno de Veracruz: Duarte”, la que sigue. “Se le acabó a los plumíferos del gobernador”, una más.

Siendo honestos, así debieron cabecear la nota que da por concluido el dispendio del gobernador en una política de comunicación que no dio resultado, que le costó un ojo de la cara al erario de Veracruz y que enriqueció a una punta de ambiciosos empresarios del periodismo que ni le sirvieron a Javier Duarte ni le sirven a la sociedad.

Ha de ser gacho que después de tanto aplaudir, los aduladores terminen con las manos vacías. Ha de ser gacho para ellos, pero no para nosotros.

Para nosotros excelente. Que los aplaudidores a sueldo dejen de enriquecerse. Que los textoservidores se pongan a hacer algo más decente. Que la prensa pagada deje de callar la corrupción que impera en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

Si desayunaron cornfleiks, la leche se les debe haber cortado en la panza. Si fue huevo y frijoles, excuso decirles.

El gobernador les bajó la cortina y los envió a que le busquen por otro lado, que trabajen la publicidad comercial, que vendan más periódico, que realicen campañas en radio y televisión para que tengan mayor audiencia. Que le hagan como quieran porque el presupuesto de prensa del gobierno, ya se agotó.

Eso fue el lunes, de la semana pasada. Para el miércoles la cosa se puso bien cañona. El presupuesto del año 2016 viene súper recortado. En 2015 fue de 304 millones 800 mil pesos, pero el próximo año disminuye a la mitad.

Sí, en 2016 la Coordinación General de Comunicación Social dispondrá de solo 174 millones 700 mil pesos. O sea, una caída drástica. Ahí va la nómina, los servicios, las cuotas de publicidad y el gasto de TV Más.

De los 174 millones, un 10 por ciento se aplicaría a convenios de publicidad y acuerdos con periódicos, revistas, radio y televisión, que dicen son más de mil, los 500 portales en internet y los ocho mil reporteros que sabrá Dios de donde salieron.

Si Pitágoras no miente, a la prensa aduladora y los chayoteros del gobernador le tocarán apenas 17.4 millones de pesos, que es una madrecita.

Para estos parásitos la notica es mala. Para nosotros no. Si sólo se dedican a adular a Javier Duarte y el gobernador no da una, de qué le sirven a Veracruz. Que los dejen sin nada, que los pongan a trabajar y si no tienen capacidad, que cierren y se dediquen a algo más provechoso.

305 millones fue mucho dinero. 174 millones sigue siendo un mundo de lana. Pero lo que se sabe es que es mucho más. Sin registro, sin factura, sin recibo, existen otras partidas de dinero que van a parar a manos de los dueños de los medios de comunicación y de los reporteros y columnistas.

La cifra es monumental y es nebulosa. Estiman que a fechas actuales el adeudo del gobierno de Veracruz con la prensa oficialista es de dos mil millones de pesos, y que no hay cómo pagarla.

Si el último presupuesto fue de 305 millones de pesos y de ahí el 10 por ciento es para convenios publicitarios, o sea 35 millones, y suponiendo que a lo largo de cinco años se hubiera mantenido esa cuota, la deuda en teoría sería de 175 millones de pesos, pero sin pagar un centavo en ese lapso, ¿entonces por qué la deuda con la prensa es de dos mil millones?

La explicación estriba en que hay partidas secretas en cada secretaría del gobierno de Veracruz y que a la prensa se le paga por debajo del agua, en lo oscurito y sin dejar huella.

Tardó cinco años Javier Duarte en entender que esa prensa, los textoservidores, no le sirven a nadie. Son una carga, un lastre. Nos cuestan un mundo de dinero y ya hasta el gobernador se los sacudió.

¡Extra, extra! A los chayoteros les quitaron su lechita.

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