​No sé. Por un momento pienso que se trata de jugar al más grosero, al que lanza la declaración más chusca, así sea con una vulgaridad.

Y se las paso a quienes han dado muestra de que el qué dirán les vale, pero no a quien representa la educación. Esta vez hablo del líder magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo.

Ya el gobernador Javier Duarte de Ochoa nos ha dicho que él no va a pasar a la historia como el “pendejo” priista que entregó Veracruz a la oposición. Y se refirió al distanciamiento con el senador José Francisco Yunes Zorrilla, que le puede, pues viniendo de otro “cabrón” ni en cuenta.

Y así se la lleva el gobernador, haciendo reír a una buena parte de los ocho millones de veracruzanos y escandalizando a otros, quizá los que se sienten puros y cultos, que sostienen que por muy poderoso que sea, lo menos, lo menos, es que muestre educación.

Eso vulgarizar la vida pública ya es moda. Ahora el que se aventó una colorada fue el maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, como si fuera el papá de los pollitos, en tono de sermón y con aires de “aquímeloschingoatodos”.

Le dieron voz en el Consejo Político Estatal del PRI, en Boca del Río y ahí el vetusto dirigente de la Sección 32 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación soltó el regaño.

“No se vale la lucha de los hombres solos. La lucha debe ser en equipo porque en equipo vamos a ganar. Necesitamos quitarnos todas las ideas de que solos podemos, ninguno puede solo, o nos unimos o nos rompen lo más sagrado que tenemos en la familia”, dijo el profe.

Wow. ¿Qué es lo más sagrado que tenemos en la familia? La madre. Y para los priistas, la madre es el poder.

Le entra Juan Nicolás Callejas al desmadre inaugurado por Javier Duarte de Ochoa, hablando como si trajera unos alcoholes encima, haciéndonos el día y arrancándonos una sonrisa.

Porque eso de que “o nos unimos o nos rompen lo más sagrado que tenemos en la familia”, de inmediato le dio la vuelta a Veracruz y nos ha hecho preguntarnos si el líder del magisterio oficialista carece de léxico para ejemplificar que en el PRI cierran filas o lo que se avecina es la derrota en la elección de 2016, donde estará en juego la gubernatura y el Congreso estatal.

Un llamado así es lastimoso para los priistas. Así de oscuro es el panorama, no porque los partidos de oposición, el de Acción Nacional o el de la Revolución Democrática, solos o en alianza, tengan muchos adeptos sino porque el gobierno de Javier Duarte lo ha hecho tan mal que es seguro, segurísimo, que habrá voto de castigo entre los ocho millones de veracruzanos.

Cuando un gobierno es malo, nadie le concede el beneficio de la duda. Nadie le refrenda su confianza. Nadie le da respiración artificial ni lo conecta al oxígeno. Ahí lo deja para que se muera y que los gusanos se encarguen de comerse los restos.

El de Javier Duarte así ha sido. Lo ha hecho tan mal, endeudando al pueblo como nadie lo pudo haber imaginado, dejando crecer la violencia y ahuyentando la inversión, que quienes voten libre seguro lo harán contra el gobernador.

También el profe Callejas dijo: “Es el momento de decidirlo. Bien vale la pena hacerlo por Veracruz. Ya no más descalificaciones. Una lucha electoral para que el año que entra, cuando pregunten quién ganó, ganó el Partido Revolucionario Institucional y sus aliados. No podemos ir así. La política es de diálogo, la política es de consenso. La política es de consensos.

“Ay de aquel que no sabe dialogar. Allá de aquel que no sabe establecer acuerdos. Ay de aquel que no entiende que debe respetar la manera de pensar de los demás, pero defender esa manera de pensar. Esa debe ser la lucha, una mentalidad abierta. Por eso, no podemos ganar la elección si no establecemos las condiciones”.

Callejas de hecho admite que en el PRI no hay unidad. Llama a los aspirantes a unirse y también a los militantes. Y asegura que o se unen o les parten lo más sagrado.

Sólo le faltó decir “chínguenle güeyes que esto se está poniendo peor de lo que su inche madre pensaría”.

Javier Duarte se refiere a otros con un “cabrón” y él no quiere ser el “pendejo” que le entregue el gobierno de Veracruz a la oposición. También dice que las  encuestas son “mamadas”.

El profe Callejas, que debiera ser ejemplo de educación, habla de una partida de madre en la próxima elección.

Ya me lo imagino al frente de un grupoescolar, desquitando hasta el último centavo de lo que se le paga, diciéndole a los alumnos que hagan la tarea o les parten su mamacita.

Javier Duarte ha perdido la compostura. Callejas igual. Qué capaz que en otros sexenios alguien se expresara así.

Pero es parte de la democracia del desmadre. Si Callejas usa ese léxico es que el PRI, gracias a Javier Duarte, lleva todas las de perder.

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