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Creía haberlo visto todo. Faltaba la ira oficial sobre el grupo de pensionados que con su reclamo, ridiculizó al gobernador Javier Duarte de Ochoa, mostrando que no está hecho para gobernar y que a la menor insinuación le asalta las ansias por reprimir.

Decía en otra entrega que Javier Duarte no se atrevió a tocar a los pensionados porque la sociedad entera se le echaría encima. Pero al final lo hizo y la sociedad entera le ha expresado la mayor de sus condenas.

Este miércoles la sangre llegó al río. Por quinta ocasión salían los viejecitos a protestar por falta de pago de sus pensiones, porque no les llegó el aguinaldo, porque no les pagaron el retroactivo, porque les daban cheques de hule que rebotaban en los bancos y porque todo tiene un límite y nadie soporta tanta burla y tanto valemadrismo oficial.

Ellos se cansaron y ejercieron su derecho a no creer. Les decía el gobierno que pagaría el adeudo, las prestaciones, lo equivalente a noviembre y diciembre, pero no el retroactivo, que ese quedaría para febrero, intentando apaciguar los ánimos y haciéndolos creer en su nueva promesa.

Los jubilados dejaron hablando solo al gobierno de Veracruz. Llegaron a la calle Enríquez, entre el palacio de gobierno y la Plaza Lerdo y la Catedral de Xalapa. Se apostaron en ella. Bloquearon el tráfico vehicular y comenzaron a lanzar sus consignas contra el proceder desastroso de Javier Duarte.

Exhibían sus pancartas y cartulinas, las mantas en que le decían al gobernador que pagara y nos decían a todos que ellos, como muchísimos más, ya están hasta la madre.

No duró mucho el bloqueo. De inmediato llegó la Fuerza Civil y la Policía Estatal Acreditable y avanzaron como las falanges romanas, dando pasos sincronizados, ensayados, firmes y agresivos hacia el grupo de pensionados que intentaron resistir a media avenida, entre ellos la maestra Rosario Piña Sanchez, quizá la mejor directora de Enseñanza Media que haya tenido Veracruz en los últimos años.

Ahí se le vio, brava, reclamando su derecho, reclamándole a los policías que incurrieran en un atropello a la sociedad. Protagonizó la maestra Rosario Piña una buena parte de los videos que circulan en las redes sociales, que han llegado a los medios de comunicación, que todos nos enviamos vía celular, y nos enseña cuán lejos está el gobierno de Veracruz de su pueblo. La maestra Rosario fue reprimida y estuvo incomunicada.

Veo otros videos y me lleno de rabia al observar la arbitrariedad. Con bastones en las manos, los policías siguen replegando a los pensionados. Los llevan al filo de la banqueta, los obligan a dejar la calle. Caen al suelo algunos de esos hombres y mujeres que reclaman el pago de su pensión. Caen por la acción violenta de los policías.

Otros son alcanzados por los bastones eléctricos, un arma táctica que distingue a la policía de Veracruz, pero que sólo se le aplica a quienes protestan por alguna injusticia o a los que increpan al gobierno por abusos de autoridad, por incurrir en represión, por incumplir sus obligaciones con la burocracia, con la Universidad Veracruzana, con los proveedores.

Qué terrible lección la de este miércoles 23, casi Navidad. Exigir el pago de las pensiones y a cambio recibir un arrastrón, un golpe, la intimidación.

Gravísimo error de Javier Duarte, creyendo que retirando de la vía pública a quienes están en su derecho de protestar, se gana el aplauso de la sociedad.

Si salieron a las calles y marcharon, y después se apostaron en la calle Enríquez, instando al gobernador a pagar, es porque Javier Duarte incurrió en una aberrante omisión. Tiene para contratar espectáculos carísimos y ser sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y no tiene para saldar el adeudo con los pensionados.

Nada es tan grave como lo que hizo con los pensionados. Le pega a los universitarios, a los maestros, a los periodistas, a los campesinos, y hay una fuerte condena. Pero toletea a los pensionados y se vuelve el acabose.

Lo más cañón es que Javier Duarte ya gobierna por celular. No se le ha visto en palacio de gobierno. No se aparece en la escena. Envía tuits o mensajes en Facebook justificando la fechoría de los elementos de la Fuerza Civil, diciendo que el pago ahí está.

Y cuando ve el tamaño del desmadre y la reacción todo Veracruz, sale con el recurso de los que no saben a quién culpar. Dice que ordenará una exhaustiva investigación. ¡Mis timbales! La represión es lo suyo, el abuso de autoridad, el uso del garrote para acallar las protestas.

Me cae que pensé que ya había visto todo. Faltaba la represión a los pensionados.

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