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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Es su hijo y tiene derecho a reclamar

18/01/2016 08:30 a.m.


Ese hombre tiene razón. Si le levantan a un hijo y a un sobrino, hay tres jóvenes más plagiados, la policía se queda estática y el gobierno reacciona tardíamente, entonces lo menos que puede hacer él es denunciar, irritarse, sacudirnos a todos. José Benítez Herrera se indigna y yo con él.

Su hijo, José Benítez de la O, es uno de los cinco jóvenes levantados por policías en Tierra Blanca, el lunes 11 de enero, cuando regresaban de Veracruz con destino a Playa Vicente, luego de tomar unas vacaciones.

Los cinco son muchachos de estudio, dos de ellos egresados de la Universidad Veracruzana, hay una jovencita de 16 años, y todos fueron vistos por última vez en una gasolinera. Ahí los abordó una patrulla policíaca, los interrogaron y se los llevaron.

Pasan las horas y nada. Toman el teléfono, les llaman y nada. Se hablan entre los padres, los hermanos, los amigos y nada. Uta, la angustia, el miedo, la desesperación. Y peor, peor, peor: este gobierno desaparece a la gente y luego no se hace responsable. No jodan. A ellos no, por favor Dios, no. A ellos no.

Ese lunes corre la noticia. Los chavos de Playa Vicente no aparecen. El martes pasa, el miércoles se volvió noticia, notición y escandalazo. Y cuando comenzó la putiza al gobernador Javier Duarte de Ochoa y a la Policía Estatal, que se ponen las pilas. O quesque se las ponen con el clásico lema del duartismo: “Se aplicará la ley caiga quien caiga”.

Y el miércoles 13 pasan a arder a 40 policías de Playa Vicente. Los intervino la Policía Ministerial y órale güeyes, al tambo con lo que traigan puesto. Se los llevaron a Xalapa, sí, concentrados. Así le dicen cuando los investigan, cuando hay sospecha de que actuaron como criminales o son parte de la delincuencia y hay que hacerlos pagar.

El jueves 14 la Fiscalía de Veracruz dice que sí, que cuatro policías los detuvieron y los desaparecieron. Otros cuatro supieron lo que ocurría y guardaron silencio, o sea fueron cómplices. Los primeros fueron consignados a un juez, luego se agregarían dos más.

Esos dos son el delegado regional de Seguridad Pública en Tierra Blanca, Marcos Conde Hernández, y el policía Otoniel Cruz Linares, a los que se les fincó responsabilidad en el levantón de desaparición forzada.

José Benítez Herrera, el padre y tío de dos de los jóvenes, sostiene que no es posible que el comandante no supiera qué ocurría cuando que la detención se realizó con su patrulla. Obviamente, hay gato encerrado.

Por eso se fue al Distrito Federal. Allá lo iba a recibir el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pero no lo atendió nadie. Entonces se marchó y rajó contra todos. Le abrió un espacio Brozo, en su Mañanero, y Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula. Reproducen su indignación Proceso, Aristegui y las redes sociales, que con ellas basta y sobra.

Dice Benítez Herrera que el gobierno federal es indiferente a lo ocurre en Veracruz, con la gente levantada, con la gente asesinada, con la angustia de los padres y los amigos, con el clima de miedo. Si el gobierno federal no arregla lo que pasa en Veracruz, ¿entonces quién?

Benítez Herrera mienta madres. Y yo con él. Dice que así habla, que es muy nervioso, que se desespera, que él es así. ¿Y acaso yo, y usted, y usted, no estaríamos igual si nos levantan a nuestros chamacos.

Nomás de pensar que podríamos no volverlos a ver, nos morimos. “No, a nosotros no, a nuestros hijos no”, decimos como consolándonos, como resistiéndonos, como negando la posibilidad de que a cualquiera de nuestros hijos alguien se los pudiera llevar.

La verdá, la verdá, me reencanija lo que les hacen a esos cinco chamacos. Si sólo habían ido a pasar sus vacaciones a Veracruz y ya iban de regreso a Playa Vicente. Y que se les atraviesan los pinches policías hijos de puta que sin más, así nomás porque son polis, los detienen con el cuento de que andaban manejando con exceso de velocidad. Ah cabrón, ¿y acaso ellos son agentes de tránsito para abordarlos, interrogarlos, llevárselos y desaparecerlos? No manchen.

A José Benítez no lo recibió Osorio Chong. Pero apenas fue a los medios y lo exhibió, la Procuraduría General de la República anunció que el área de personas desaparecidas comenzó acciones de búsqueda. Al gobierno federal le importa un reverendo pito lo que ocurre en Veracruz, si su gente es levantada, desaparecida, asesinada por la policía del gobernador Javier Duarte, o si a esos desaparecidos los entregan al crimen organizado. Le vale a Peña, a Chong, a la inútil procuradora, a los de Seguridad, a todos. Pero en cuanto el asunto se va a los medios, a correr.

Y por eso está bien que José Benítez reclame. Hagamos una oración por los cinco jóvenes y por su padres, por José Benítez, por todos. Ojalá vuelvan con bien.

(Comentarios y tips a: [email protected])



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