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Juan Ciudadano

Los Gobernados

¿Será que la Gendarmería acabe con la violencia?

27/01/2016 08:36 a.m.

Hagamos cuentas. Cuesta una lana pagar salarios, alimentos, un sitio dónde tenerlos, el combustible y el mantenimiento de patrullas, armas y municiones, la luz de las oficinas, el personal administrativo, y al final resulta que el Mando Único Policial, la Policía Estatal y las municipales, no sirvieron.

De los municipios y el gobierno de Veracruz sale para eso y más. Sale para la capacitación y el adiestramiento en la Academia El Lencero. Sale para el patrullaje. Sale para los uniformes. Sale para todo lo que tiene que ver con la seguridad. Y al final, el fracaso.

Cinco años después, el gobernador Javier Duarte tiene que aceptar que el problema lo aplastó. Fue como si una avalancha lo hubiera atrapado, como si lo precipitara a una velocidad endemoniada y lo sacudiera, y lo hiciera dar vueltas sin saber qué pasa y en qué va a terminar. Es como si estuviera pagando el precio de haberse aferrado a un negocio, el de la protección a los delincuentes, y hoy ya no puede más.

En cinco años ha pasado de todo. En Las Choapas, en Coatza, en Agua Dulce, en Villa Allende, en Acayucan, en Mina, en Cosolea, y más allá, en Tierra Blanca, Rodríguez Clara, Xalapa, Veracruz, Cardel, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Misantla, Martínez de la Torre, en todo el estado, en todo Veracruz, se soltó el diablo y nos trajo dolor y terror.

Este lunes Javier Duarte volvió con lo mismo. En ese monólogo de inicio de semana salió con que Veracruz está por debajo de la media nacional en cuanto a la comisión de delitos violentos. Y mostró estadística, cifras, cuadros comparativos. Jodidos los otros, pero no Veracruz.

Ojalá fuera así pero es falso. Veracruz está del nabo en seguridad. La violencia nos pega todos los días. Los muertos aparecen —esos sí aparecen— en carreteras, ranchos, ejidos. Los muertos presentan signos de tortura. A otros los despedazaron. A unos más los embolsaron.

Los cinco jóvenes de Playa Vicente, detenidos y entregados por la policía de Tierra Blanca a la delincuencia organizada, es el tiro de gracia para el gobernador. Ahí comenzó a desprenderse el bloque de nieve que se convirtió en avalancha.

El gobernador se negaba a que la Gendarmería Nacional entrara a Veracruz. ¿Por qué? Porque así pierde el control de la seguridad, los negocios que se fraguan a partir de la protección a los grupos delictivos, ese régimen de complicidades que existe entre quienes violan la ley y los políticos, que debieran ser los responsables de hacerla cumplir.

Lo de los jóvenes de Playa Vicente deja en claro que Javier Duarte no sirve a la sociedad sino a las bandas de delincuentes. La policía estatal, a cuyo frente estaba un delegado de Seguridad Pública señalado de desaparecer personas, detona un caso de corrupción policíaca, desaparición forzada, vínculos de la policía con criminales.

Era la último que le podía faltar al gobernador. Su gobierno está en el ojo del huracán. Si se mueve para allá o para acá, las ráfagas lo van a destrozar y no habrá poder, ni el del presidente de México, Enrique Peña Nieto, que lo pueda salvar.

Desde hace tiempo, el entonces senador Héctor Yunes Landa dijo que había realizado una solicitud al gobierno federal para el envío de la Gendarmería Nacional a Veracruz. Pero no pasó de ahí. Como Javier Duarte no lo pidió, todo quedó en trámite

Ahora son diputados locales los que piden que la Gendarmería Nacional se haga cargo de la seguridad en Veracruz, que entren y aclaren qué pasó con los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca, quiénes se los llevaron y qué suerte corrieron.

Pero el asunto está de risa… o de llanto. Entre los diputados que lo requieren está José Jesús Vázquez González, del PRI-Verde, de Acayucan, hermano del ex cacique del lugar Cirilo Vázquez Lagunes, cuya familia todo el tiempo está inmiscuida en hechos de violencia.

Dice que como Veracruz es tan grande, lo que hace imposible que la Gendarmería pueda tener el control de todo, que se ubique en puntos clave, entre ellos Acayucan, Cosoleacaque y Minatitlán, que son “focos rojos”. ¿Y Las Choapas?

Como sea, el Mando Único Policial, las policías municipales, la Fuerza Civil, Seguridad Pública estatal, ya valieron. Cuando llegó Javier Duarte, pedimos al Ejército y la Marina; funcionaron a medias. Se realizaron operativos que no acabaron con el problema. Vino el Mando Único y dijimos ya la hicimos. No fue así. 

Con la Gendarmería Nacional hay una esperanza. Al paso de lo días se verá si es la solución para acabar con la violencia en Veracruz. ¿Y si no?

(Comentarios y tips a: [email protected])​


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