Lo que hay que ver. Un López Obrador le dice a todos que en México, fuera de él, todos son una mafia en el poder. Y otro López Obrador nos sale con que el mejor candidato para Veracruz es Héctor Yunes Landa, del PRI.

Wow. Me encanta la política. Siento que estoy en Disneylandia. Ahí hablan los animales, se comportan como personas, visten, manejan autos, van al mercado, atesoran dinero, tiran basura, luchan los buenos contra los malos, siempre ganan los buenos y nos dejan lecciones que debiéramos aprender los seres humanos.

En el mundo de la caricatura, sin embargo, los malos son malos y chistosos y los buenos son buenos y también chistosos. Pero todos, por lo que he visto, se hablan con la verdad. No mienten. Si Batman está dedicado a combatir al mal, a los delincuentes que son más efectivos y poderosos que la policía y las instituciones, lo hace de manera genuina. No engaña, no es demagogo, no miente.

Los hombres sí. Y esa es la diferencia. La política nos permite ver que muchos políticos son como animales con disfraz. Visten como personas pero razonan como animal. Y muchos de ellos son bien animales.

Ahí está lo de los López Obrador, que cada día nos sorprenden más. Andrés Manuel tiene años tirándole al PRI y a los priistas, aunque él proviene del PRI, diciendo que son el cáncer de México, que le dan con todo al presupuesto, que han creado una brecha gigantesca entre pobres y ricos y que gracias a ellos la riqueza en este país está mal repartido.

El Peje, justo es decirlo, siempre ha hecho una distinción entre los priistas de arriba y los de abajo. Condena a los de arriba pero mantiene la puerta abierta a los de abajo por si quieren seguirlo. Así era en el PRD y ahora en Morena, su partido, suyo de su propiedad.

Lo que sí es que cuando a un priista lo considera corrupto, corrupto le dice, y no hay Dios que lo haga cambiar de opinión. Bueno sí, el Dios Peje. 

Acaba de sorprendernos cuando mostró su poder omnipotente, en Villahermosa, Tabasco, su cuna. Ahí redimió a un priista al que tiempo atrás había acusado de corrupto. Sí, de corrupto. Le decía corrupto y de hecho lo condenaba a la hoguera eterna, ardiendo en los infiernos y condenando su alma al castigo total.

Ya no es corrupto, nos dijo el Dios Peje un día. El vato se arrepintió. Sí, güey. En tiempo récord se arrepintió y lo sacó del catálogo de los condenados por sus pecados. En un acto público le dijo a todos que está limpio, que su arrepentimiento fue de corazón, que ya se portará bien y claro, que lo ayudará a ganar todas las elecciones que sean posibles. 

Qué grande es el Dios Peje.

Te canto como David. Te bailo como David. Te adoro como David. Un salmo por el Dios Peje.

En Veracruz también llega la luz divina. Acá, Andrés Manuel comenzó tirando con todo, diciendo que entre Yunes y Yunes no hay ni a cuál irle. Los Yunes del PRI son rateros y los Yunes del PAN son ladrones, dijo.

No se metía con Javier Duarte ni con Fidel Herrera. Entonces comenzó la sospecha. Muchos pensaron que lo habían contratado para bajar a los Yunes priistas y Yunes panistas, que en resumidas cuentas eran enemigos del gobernador y del ex gobernador de Veracruz.

Después surgió la sospecha de que Morena estaba siendo inflado en Veracruz para quitarle votos a Yunes Linares, el del PAN. Así fue como se vio crecer al candidato de Morena al gobierno estatal, Cuitláhuac García, que pronto estaba en todos los medios de comunicación, compitiéndole a los priistas y los panistas.

Pero ahora el hermano de Andrés Manuel, Arturo López Obrador, logra que a su esposa, novia o pareja sentimental, como gusten decirle, Javier Duarte le da un premio nombrándola oficial mayor de la Secretaría de Educación del gobierno de Veracruz.

Días después Arturo López Obrador llama a conferencia de prensa y asegura que Cuitláhuac García no tiene aún la consistencia para ser candidato a gobernador de Veracruz y que el bueno es el priista Héctor Yunes Landa.

Cha-les y recontra cha-les. Salió el peine. Se confirma que López Obrador le vino a hacer la chamba al PRI, a impulsar a Héctor Yunes, que anda por la calle de la amargura y descalifica a Cuitláhuac, bajándolo de la carrera pa’ que se crea que puede ser gobernador.

Sí, ya se. Va a salir el Dios Peje a decir que él es el divino y su hermano es un mortal más. Va decir que él no apoyaría a nadie de la mafia en el poder, como es Héctor Yunes. Va a salir con que a Arturo López Obrador le pueden ofrecer de todo pero ellos, los del Morena, no están para apoyar a esos changos del PRI sino para reconstruir Veracruz, que esa es su misión, como si fueran los Jedi de Star Wars. La República debe subsistir.

Lo que hay que ver. Un López Obrador redime a los priistas a los que antes llamaba corruptos y otro López Obrador dice que el priista Héctor Yunes debe ser gobernador. Qué bonito.

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