¿Es justo quejarse? Sí. ¿Y protestar? Igual. Pero ante la inseguridad y la violencia que nos llenan de miedo y no nos dejan vivir en paz, hay que ir más allá, encarando al gobierno y obligando a las instancias de justicia a actuar.

A todos nos pega la delincuencia. A los directamente agraviados y a los que observan cómo le  va al amigo o al vecino o al familiar que un día, sin deberla ni temerla, es víctima del robo o el asalto, y en algunos casos de hechos de sangre.

Nos pega la violencia y sólo unos cuantos hacen algo. A todos nos inunda el miedo, pero muy pocos actúan. Algunos protestan, reclaman y se llegan a organizar para manifestar su rechazo a la inseguridad y también para exigirle al gobierno que se mueva, que no se deje rebasar, que no sea cómplice de los malos.

Por momentos veo dos bloques en la sociedad: los que se arrugan ante la delincuencia y los que se arman de valor. Y me quedo con éstos.

A Las Choapas, como al resto de Veracruz, la violencia lo trae jodido. Cíclicamente hay crímenes, como si se tratara de una oleada que va y viene, dejándonos sumidos en el miedo cuando sabemos y algunos llegamos a ver, que los sicarios actúan con toda impunidad y disponen de la vida de quien ellos quieren.

Nos está comiendo la violencia y también el robo, el asalto, la extorsión y el secuestro. Nos llenan de miedo y no hay autoridad que pueda frenar esto.

En los últimos meses los robos están de a peso en el municipio de Las Choapas, de manera paralela a los violentos crímenes ejecutados por sicarios y atribuidos a supuestos “ajustes de cuentas”, que provocan zozobra entre miles de familias y pequeños empresarios de la localidad.

Algunos hablan y se quejan. Eso es loable. Los ciudadanos deben levantar la voz públicamente. Deben exigir que las corporaciones policíacas combatan eficazmente a la delincuencia.

Lo que no me cuadra es que pareciera que sus demandas no hallan eco. El Domingo de Resurrección, terminando la Semana Santa, los facinerosos de nueva cuenta asaltaron la gasolinera que se encuentra en la entrada de la ciudad sobre el bulevar Antonio M. Quirasco.

A muchos ya nos tiene hasta el copete que la delincuencia haga cuanto le plazca y no haya autoridad que los pueda frenar. Y peor cuando algunos de los que se quejan y protestan, no sigan el cauce legal. Eso demerita la acción de las víctimas.

Uno de esos protagonistas de las demandas sociales es el doctor Dagoberto Ortíz Camacho, a quien ya la delincuencia le hizo una trastada, pero no interpuso la denuncia correspondiente antes las autoridades por el robo sufrido.

La clínica del doctor Dagoberto Ortiz fue visitada por los delincuentes el 28 de febrero, por la noche. Él atendía a una jovencita, a la cual le practicaba un ultrasonido. Cinco individuos perpetraron el asalto, amenazando al galeno para que entregara sus pertenencias. Le aplicaron toques eléctricos para que dijera donde tenía la caja fuerte. Les explicó que no había tal, que se llevaran el dinero que traía en su cartera y hasta lo dejaron sin su teléfono celular.

Alrededor de las 12 de la noche, un grupo de personas llegó con un paciente lesionado de la pierna a la clínica La Luz. Ante lo que le ocurrió a Dagoberto Ortiz, no les abrieron. La policía investigó y despejó cualquier sospecha. El paciente fue trasladado al hospital Doctor Pedro Coronel Perez.

De diciembre de 2015 a la fecha, han sido asaltadas tres clínicas. Eso ha provocado que ya no otorguen servicio de noche.

Desde hacía tiempo, diversos sectores de la sociedad choapense se habían manifestado para exigir que el director de la Policía Municipal, Alfonso Lázaro García, fuera destituido, como finalmente ocurrió. Pero de poco ha servido.

Han ocurrido más de 50 robos a clínicas, restaurantes, comercio en general y domicilios. La presencia de la Naval no ha aminorado la incidencia de asaltos. Los retenes policíacos se ven a todas margaritas, pero los delincuentes son los primeros que los burlan.

Y en medio de todo, las denuncias que son presentadas. Quizá el caso más ilustrativo sea el del doctor Dagoberto Ortiz Camacho. Lo asaltaron y protesta, pero la denuncia ante las instancias judiciales no llega. Y así no se llega a nada. 

A quienes más les conviene que no haya denuncias es a los delincuentes porque así evaden la acción legal. Y también a la Fiscalía porque se les permite lavarse las manos y no actuar.

Que muchos duden cuando tienen que denunciar, es entendible. Y obedece a la burocracia y corrupción que impera en la Fiscalía General de Veracruz. No obstante, es necesario que quienes ejerzan un liderazgo social denuncien legalmente y presionan a las instituciones para que cumplan con su deber... pero sin denuncia, ni es posible, ni es ejemplar.

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