Porkys han habido muchos: los de la película ochentena, los de Xalapa, los de Pánuco. Pero como Los Porkys de Costa de Oro, no hay otros.

Los Porkys de Veracruz son la peor jodedera de los últimos tiempos. Se llevaron a una jovencita, la atacaron sexualmente en el vehículo, la privaron ilegalmente de su libertad, la violaron, han amedrentado a su familia, la amenazan y usan sus relaciones con el gobierno para librarse de la cárcel.

Estos Porkys son la juniorcracia. Son jóvenes adinerados, consentidos de sus padres, solapados cuando hacen de las suyas, cuando atacan a la gente y le causan daño, cuando se empedan y se drogan, creyendo que la vida de los demás les pertenece.

Estos Porkys de Costa de Oro, cuyos nombres son Enrique Capitaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta, van a los antros, le echan el ojo a una chica, la abordan, se muestran cool y luego sacan las garras.

Una de sus víctimas es Daphne N, estudiante del Colegio Rougier de Veracruz, a quien hace un año ubicaron en un antro del puerto y cuando salió del lugar y esperaba junto con un grupo de amigas el vehículo en que se retiraría, se la llevaron.

En el carro de los Porkys la tocaron, le arrancaban la ropa mientras ella gritaba que la dejaran libre. Fue conducida hasta la casa de uno de los juniors y ahí la metieron en un baño donde uno de los Porkys la violó. Los otros permanecieron en el lugar siendo cómplices del delito.

Esto es verdad. No es ficción. Eso no es Lo que Callamos las Mujeres ni La Rosa de Guadalupe. Eso ocurrió en Veracruz, en el puerto, y tiene conmocionado a todo México y parte del mundo, donde los medios de comunicación están dando cuenta del abuso contra las mujeres por parte de los Porkys.

¿Se encabronó? Yo también. Los que tienen hijas o hermanas, una prima o una amiga, podrían imaginar que eso le puede ocurrir a una de ellas.Basta con que estos monstruos le echen el ojo a una mujer para que su vida se transforme. Si les gusta la dama, a correr porque los Porkys no cejarán en un obsesión por poseer ese cuerpo al precio que sea, con engaños y con violencia.

Este caso ocurrió en enero de 2015 y por varios meses calló la víctima. Al mostrar una conducta distinta a cómo siempre había sido, una hermana comenzó a interrogarla hasta que le contó su tragedia. Así fue como lo supo el padre y como comenzó una lucha por sacarla del trauma.

La historia de Daphne N corre en Facebook y cientos de medios de comunicación se han dado a la tarea de informar para que se haga justicia.

Ella se resistía a proceder legalmente. Impidió que el padre lo hiciera. Él buscó a los agresores y a sus padres y los condicionó a que no se le acercaran a su hija, que se disculparan en videos y que tomaran terapia psicológica. No podía denunciar el caso porque la muchacha no quería verse expuesta al juicio de la sociedad, al morbo y a la burla de muchos.

Pero al cabo de cuatro meses los agresores no cumplieron y en cambio se desató una campaña en Facebook donde a la que exhibían era a Daphne N. Entonces decidieron proceder legalmente.

En mayo de 2015 denunciaron y la Fiscalía General de Veracruz hace como que hace pero no hay resultados. Las investigaciones no terminan.

Si no fueran juniors ya los habrían encarcelado y hasta les habrían aplicado en el penal el código con que se trata a los violadores.

Pero son Porkys y eso indica que las relaciones de sus padres con funcionarios de gobierno, incluso la condición de ex alcalde de Nautla de Felipe Capitaine Rivera, padre del violador, ha provocado que la Fiscalía le dé largas al caso.

Los Porkys de Costa de Oro tiene fama de violadores y poco a poco van saliendo evidencias que indican que abusaron de otras menores. Pero lo que indigna es que haya quienes salgan con que seguro la joven ultrajada provocó su desgracia.

La ley es clara. Si una mujer dice no, es no. Así haya coqueteado, se haya insinuado, haya provocado, y al final dice no, es no. Incluso una prostituta, que es su oficio, dice no, es no. Nadie puede tomar por la fuerza a una mujer. Hacerlo es violación.

Ha tenido que suscitarse este escándalo para que el gobierno de Veracruz actúe, para que explique cómo va la investigación, para que se acredite que se estaría garantizando el derecho de Daphne N a la justicia. Pero si no hubieran gritado los familiares y los amigos, si no hubiera llegado el caso a las redes sociales y a los medios de comunicación, los Porkys ya estarían preparando su próxima violación.

Pinches juniors. Sus padres los solapan y los justifican. Las autoridades empantanan la investigación judicial. Se percibe un ambiente de impunidad y ante eso todo Veracruz los quisiera castrar.

Pinches Porkys de Costa de Oro. Hay que mandarlos a la tiznada. Pero ya.

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