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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Alguien nos quiere meter miedo

13/04/2016 08:36 a.m.

​Siendo algo suspicaz, yo diría que la violencia de los últimos días no es casual. Es como si estuviera fraguada por una mente enferma, como si quisieran que el miedo se fuera a habitar con nosotros, que nadie salga a la calle, que todo mundo se ponga a orar y otros a llorar.


Chéquenle nomás:

Son los siete desaparecidos de Las Choapas, el ginecólogo de Coatzacoalcos, las doctoras de Minatitlán, los chavos de Nanchital que fueron al antro en Coatza y los secuestraron, los ejecutados que aparecen a orilla de carretera, el niño asesinado en Chinameca.

Y eso no es sólo en el sur de Veracruz, donde la vida cada vez está más amenazada, sino en todo el estado porque los levantones están a la orden del día, las ejecuciones igual y ni se diga los asaltos a comercios y casas habitación.

Lo de los médicos está cimbrando a Veracruz y ya es nota nacional. Lo refleja López Dóriga, que es un vendido con el gobierno pero aún así su noticiero tiene horario estelar en Televisa y lo ve media población.

Los médicos fueron a marchar. Se movilizaron por las calles de Minatitlán, expresando su indignación porque en siete días se llevaron a tres, entre ellos a Marcela Esparza, directora del Hospital General, y a la radióloga Carmen Medel Palma.

En Coatzacoalcos, el plagiado fue José Natividad Contreras, también ginecólogo, dueño de la clínica 24 Horas, a quien arrojaron en un pantano de Cosoleacaque, bien madreado el pobre, con lesiones que hoy lo tienen al borde de un desenlace fatal.

La indignación va desbordando todo. El domingo 10, un buen número de médicos, enfermeras y sociedad civil marcharon en Minatitlán, exigiendo a las autoridades que otorguen seguridad, que realicen un trabajo efectivo contra la delincuencia y que cese la oleada de violencia.

Pero oh sorpresa. O mejor dicho, qué sorpresa tan jija. Cuando tomó la palabra el presidente municipal Héctor Cheng, salió con una sartas de tonterías que provocó que lo abuchearan, tensando aún más la situación.

Los médicos iban por la solidaridad de las autoridades municipales y lo que el edil les leyó fue un catálogo de “acciones” que rayan en el cinismo.

El alcalde les dice que sin denuncia no hay apoyo. Y claro, los manifestantes le echaron montón. El mentado Cheng no podía ni hablar. Ustedes denuncien y yo personalmente voy y presiono. Sí tutis, ni quien lo pueda creer.

El caso es que se marcharon de ahí más enchilados que como llegaron, constatando que el alcalde de Minatitlán es un cero a la izquierda, que le saca al bulto, que no se compromete y todavía presume que aquel antro que infrinja el horario de trabajo, más o menos como a las 3 de la mañana, será clausurado.

Bueno, eso sí que fue la gota que derramó el vaso. Segurito que los secuestradores tienen horario de trabajo, sus reglamentarias ocho horas, con su media para comer, y si tienen que ir por alguien fuera de ese tiempo, cobran horas extras.

Y mientras la violencia sigue. Va creciendo ante la pasividad del gobierno, ante la incapacidad de las fuerzas policíacas, ante el valemadrismo de quienes gobiernan a Veracruz.

Un oso terrible ver, por ejemplo, al subsecretario de Seguridad Pública de Veracruz, Federico Rivas Valdés, presumiendo que anda de luna de miel en Cancún. Se saca fotos en la playa, con su amorcito, con imagen de turista, mientras a Veracruz se lo come la violencia.

El lunes 11 por la mañana decenas de médicos marcharon en Coatzacoalcos. Luego le fueron a cantar de frente sus verdades al alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, a decirle que si no puede con el paquete, ni se quiere enfrentar al gobernador Javier Duarte de Ochoa, que se haga a un lado y que sea otro el que asuma la defensa de la sociedad ante la inseguridad.

De todo esto, lo peor es que se va haciendo un círculo vicioso. La violencia crece y se sale de control, la policía se queda estática, la población se manifiesta y exige respuestas, el gobierno implementa acciones como enviar más elementos policíacos a los municipios que sufren el flagelo de la inseguridad y al rato volvemos a empezar.

Lo que ocurre en los últimos días es tema de preocupación general. Se han registrado más de 50 secuestros en lo que va de 2016 en la zona sur de Veracruz; todos el tiempo hay robos; todo el tiempo hay ejecuciones. 

No es la violencia de siempre. Es como si una mano siniestra moviera las piezas, como si los secuestros fueran calculados para dar en un blanco sensible, como son los médicos, como si todos los días nos tuviéramos que desayunar con la noticia de un nuevo ejecutado.

Alguien nos quiere meter miedo.

(Comentarios y tips a: [email protected])​


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